"Voto vacuna": quiénes son los argentinos con menos segundas dosis y más afectados por el Covid

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Mucho se ha especulado sobre cómo impactará la performance de la campaña de vacunación contra el coronavirus y la gestión de la pandemia en las próximas elecciones. Las PASO del 12

de septiembre serán un ensayo que, como todo ensayo, contempla el error y la chance de corrección.

se presume que el escenario sanitario cuando se vote en las generales del 14 de noviembre será sensiblemente diferente, tanto en cantidad de segundas dosis aplicadas como en el eventual impacto epidemiológico que pueda tener en el país la variante Delta.

Pero las urnas tomarán el próximo domingo un primer examen. Por un lado, de la gestión nacional: las decisiones sobre las cuarentenas y restricciones, el refuerzo de la infraestructura sanitaria y la compra y distribución de las vacunas en todo el país.

Por otro lado, el votante eventualmente evaluará qué hizo su provincia con lo que el Gobierno central le proveyó, esto es, la agilidad con la que las autoridades locales manejaron los recursos disponibles. Un paneo de Ushuaia a La Quiaca impide hablar de una sola pandemia en el país.

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En efecto, la foto actual muestra un escenario dispar en la cobertura vacunal y, puntualmente, en el avance de cada distrito en la aplicación de segundas dosis. Esas diferencias también se aprecian al observar cómo han impactado, en cada rincón de la Argentina, los contagios y las muertes por Covid.

Si bien agosto fue para el Gobierno “el mes de las segundas dosis”, la repercusión de ese esfuerzo fue desequilibrada entre regiones. No sucedió lo mismo en el Norte que en el Litoral, o en la región pampeana que en Cuyo o la Patagonia. El promedio de esquemas completos en el país alcanza hoy al 35,7 por ciento de la población, pero la distribución en el territorio nacional es heterogénea.

Concretamente, la mitad de las provincias se encuentra por debajo de ese promedio y la otra mitad, por encima. Las que se ubican en el primer grupo son: La Pampa (49,9 por ciento), Ciudad de Buenos Aires (49,1), San Luis (44,4), Tierra del Fuego (41,4), Santa Fe (39,5), San Juan (39,4), Córdoba (39,2), La Rioja (38,7), Río Negro (38,5), Santiago del Estero (38) y Neuquén (37,4).

Por debajo del promedio nacional aparecen Formosa (35,5), Tucumán (35), Mendoza (34,6), Buenos Aires (33,7), Santa Cruz (31,8), Chubut (30,4), Jujuy (29,4), Entre Ríos (28,7), Corrientes (27,8), Catamarca (27,6), Chaco (27,3), Salta (26,3) y Misiones (24,3). Como se ve, la brecha inmunitaria en el país es amplia: los pampeanos tienen el doble de segundas dosis aplicadas por habitantes que los misioneros.

Hay que recordar que el criterio de distribución de las vacunas ha sido equitativo en función de la cantidad de habitantes de cada provincia. Si bien eso pudo haber significado una desventaja inicial para algunos distritos con mayor proporción de grupos de riesgo prioritarios, a esta altura del operativo ese elemento ha dejado de ser relevante.

El punto importante de las gestiones provinciales está relacionado con la velocidad con la que han aplicado las vacunas disponibles y reducido el stock ocioso en las heladeras. Cada territorio tiene complejidades diferentes que hay que evaluar a la hora del balance, pero precisamente ahí es dónde pesa la destreza del gobernante para allanar esos obstáculos.

Una enfermera prepara una dosis de la vacuna contra el Covid. Foto: EFE

Una enfermera prepara una dosis de la vacuna contra el Covid. Foto: EFE

El análisis de los más y menos beneficiados con segundas dosis en cada provincia incluye también qué vacuna recibieron, aunque ese factor por ser común a todo el país no vuelca la balanza: el mayor déficit lo tienen los que recibieron la Sputnik V y luego los inoculados con AstraZeneca. Para los que les tocó Sinopharm la espera y la escasez no han sido tópicos recurrentes.

Impacto de las infecciones

Otra variable clave para el examen que se avecina en las urnas es cuál ha sido el impacto de los contagios en cada provincia, en función de la cantidad de población que albergan. En ese rubro hay diez distritos que han reportado una mayor proporción de contagios que la media. Es decir, son los que han sobrecargado la cifra nacional de infectados.

En ese punto cabe una aclaración: más importante que la población total de cada provincia es la densidad poblacional, determinante en la circulación del virus. No es lo mismo medir el impacto en ciudades, donde el distanciamiento se vuelve más difícil, que en extensiones rurales donde el abc de la prevención ocurre casi por default. Aunque otra vez: el gobernante sabe que ése es el desafío que le toca superar.

Los distritos que matemáticamente padecen un “exceso” de Covid son la provincia de Buenos Aires (39 por ciento de los casos contra el 37 de la población nacional), Ciudad de Buenos Aires (9,7 versus 6,8), Córdoba (9,8 versus 8,3), La Pampa (1,28 versus 0,79), Neuquén (2,16 versus 1,47), Río Negro (1,90 versus 1,6), San Luis (1,53 versus 1,12), Santa Cruz (1,14 versus 0,81), Santa Fe (8,9 versus 7.8), Tierra del Fuego (0,62 versus 0,3) y Tucumán (3,81 versus 3,7). En el resto de las provincias la proporción de contagios acumulados por habitantes se mantiene por debajo del promedio nacional.

Letalidad geográfica

El exceso de mortalidad en función de los habitantes lo acaparan la provincia de Buenos Aires (48 por ciento de las muertes del país contra el 37 por ciento de la población nacional) y la Ciudad de Buenos aires (14 por ciento versus 6,8 por ciento). La lista la completan Neuquén (1,99 versus 1,47), Río Negro (2,08 versus 1,6), San Luis (1,23 versus 1,12) y Santa Cruz (0,87 versus 0,81). La proporción de letalidad que aporta el resto del país es inferior a la media.

Gente que pudo recibir la segunda dosis la última semana. Foto: Los Andes

Gente que pudo recibir la segunda dosis la última semana. Foto: Los Andes

Dicho exceso puede expresarse también en cantidad de muertes por millón de habitantes. Mientras en el país ese indicador es de 2.461, las provincias mencionadas lo superan del siguiente modo: Ciudad de Buenos Aires, 5.190; Neuquén, 3.374; Río Negro, 3.128; provincia de Buenos Aires, 3.077; San Luis, 2.720; y Santa Cruz, 2.674. Los tres mejor ubicados, según los registros oficiales, son Misiones (554); Corrientes (1.330) y Entre Ríos (1.673).

La relación entre vacunas inoculadas y la situación sanitaria no es necesariamente directa. Los promedios de exceso de Covid engloban el año y medio que lleva la pandemia, mientras que la vacunación pudo condicionar positivamente los indicadores epidemiológicos recién a partir de enero de 2021, cuando los anticuerpos de los primeros inoculados empezaron a construir tímidamente un escudo protector.

Por otro lado, el prorrateo de las poblaciones provinciales en sus diferentes grupos etarios es clave también para comprender por qué algunas han tenido valores de muertes por millón de habitantes muy superiores a otras. Las provincias “más envejecidas” debieron cargar con la peor parte en ese sentido, sobre todo cuando no había vacuna.

¿Habrá correspondencia en las urnas entre la felicidad inmunitaria de la población y el voto? En la recta final hacia las PASO, las provincias mejor posicionadas en la aplicación de segundas dosis buscarán consolidar lo logrado, mientras las rezagadas seguramente intenten darle impulso a los émbolos adormecidos. La urgencia sanitaria se resignifica: cómo transformar las piedras en lingotes dentro de los sobres.

PS