Buena salud y baño de multitudes: el Papa Francisco concluyó su viaje a Budapest y Eslovaquia fortalecido

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El Papa Francisco, de 84 años, regresó en la tarde de este miércoles a Roma por vía aérea desde Bratislava, la capital de Eslovaquia, tras una gira triunfal que lo fortaleció

en el poder por su buen desempeño físico que aleja las versiones de una renuncia en el horizonte. También porque después de un año y medio de pandemia, Jorge Bergoglio pudo volver a los baños de multitudes.

Por la mañana, concluyó su gira de cuatro días en Eslovaquia, uno de los países más pobres de la Unión Europea, con 5,5 millones de habitantes de los cuales el 60% son fieles católicos poco practicantes.

Saludado con entusiasmo por una multitud en el día en que el país festeja la jornada dedicada a la Virgen de los Siete Dolores, patrona de Eslovaquia, Jorge Bergoglio viajó 70 kilómetros desde Bratislava, la capital, hasta el santuario de Sastin dedicado a la Virgen María, y recorrió con el papamóvil los caminos del lugar plenos con 60 mil fieles que lo aclamaban.

Francisco celebra misa en el santuario de Sastin. Foto: Reuters

Francisco celebra misa en el santuario de Sastin. Foto: Reuters

BANER MTV 1

El Papa argentino se mostraba de espléndido humor y mostró también en esta última cita que está bien de salud, hablando de pie y manteniendo charlas con la gente sin lucir cansado.

Bergoglio fue operado el 4 de julio último en Roma en el hospital Gemelli de una infección de divertículos que obligó a los cirujanos a extirparle 33 centímetros del intestino y estuvo internado, recuperándose diez días antes de volver al Vaticano.

Los médicos le recomendaron leer sentado sus discursos y no cansarse. Bergoglio cumplió pero demostró que el período de convalecencia ha concluido. Médicos y dos enfermeras del Vaticano lo acompañaron continuamente durante el viaje.

Los médicos le recomendaron leer sentado sus discursos y no cansarse. Foto: Reuters

Los médicos le recomendaron leer sentado sus discursos y no cansarse. Foto: Reuters

Desde el comienzo de la pandemia el Papa vivió un aislamiento que lo fastidiaba de la gente, pues se debieron suspender sus viajes apostólicos, las audiencias generales de los miércoles en el Vaticano y muchos encuentros con fieles, religiosos y autoridades de la Iglesia.

Una sola vez, el primer día en Budapest, donde permaneció siete horas el domingo para clausurar el Congreso Eucarístico Internacional, el Papa que debió leer sentado su discurso en un encuentro con autoridades religiosas, dijo “disculpen pero no tengo 15 años”.

Un país sin vacunas


Un serio problema que amenazó el viaje fue el agravamiento de la pandemia en Eslovaquia, donde solo el 40% de la población ha completado la inmunización con dos dosis de las vacunas anti virus.

El martes y miércoles se advirtieron con una cierta dramaticidad las medidas para evitar las aglomeraciones de gente. Pero solo en el encuentro del martes por la tarde el pontífice con los jóvenes, la multitud reunida en un estadio utilizó masivamente las mascarillas que protegen contra el contagio.

En el encuentro en el santuario de Sastin, se adoptaron medidas de control sobre la gente, ante el anuncio de que la pandemia se está agravando. Se pidió a la gran mayoría que demostrara haber sido inmunizado o haber superado la enfermedad. Tres mil no vacunados fueron autorizados pero asistieron aislados del resto.

En ningún momento el Papa utilizó el barbijo y muchos que hablaron con él tampoco lo hicieron. “Recemos para que no haya contagios”, dijo un sacerdote en Sastin ante un grupo de periodistas.

En su homilía durante la misa en el santuario de la Virgen de Siete Dolores, Francisco volvió a lanzar “desde el corazón de Europa” un llamado en favor de la acogida y a solidaridad, como componentes esenciales de la identidad cristiana en Europa.

Dos monjas dibujan corazones con las manos en Sastin. Foto: EFE

Dos monjas dibujan corazones con las manos en Sastin. Foto: EFE

“La sociedad se divide y es hostil”, pero el mundo “necesita cristianas tejedores de diálogo cuando se endurecen las posturas”, difundiendo “el buen perfume de la acogida y la solidaridad donde a menudo prevalecen los egoísmos personales y colectivos”.

El Papa, urgido también por las noticias de que medio millón de afganos podrían tratar de llegar a Occidente en lo que resta del año tras la toma del poder de los talibanes en Afganistán, dijo que “los cristianos deben proteger y custodiar la vida donde reinan lógicas de muerte”.

En la misa estuvieron presentes la presidenta eslovaca Zuzana Caputova y el primer ministro Eduard Heger.

Bergoglio llamó a prerrogativas “compasivas” que debe tener una fe “auténtica y sincera, no “con el pie en dos zapados” sino arraigado a los valores evangélicos.

“La virgen es el modelo de la fe de este pueblo eslovaco, de una fe que se pone en camino animada siempre por una devoción sencilla y sincera”.

A los obispos y sacerdotes los invitó a “no detenerse” porque si lo hacen “enferman a la Iglesia, enferman al pueblo e Dios”.

La fe, resumió Francisco, debe “compartir vida hacia quién está herido, quien sufre y quién está obligado a llevar pesadas cruces a sus espaldas”.

Vaticano, corresponsal

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