Rusia Unida: los 20 años del partido del Kremlin, una copia del Partido Comunista

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El partido del Kremlin, Rusia Unida, cumple 20 años de férreo control de la vida política en este país coincidiendo con las elecciones legislativas. La involución democrática que ha

vivido este país en las últimas dos décadas con Vladímir Putin al frente no se puede entender sin esa máquina burocrática y clientelar postsoviética.

"Rusia Unida es una mala copia del PCUS", aseguró hace una década Mijaíl Gorbachov, último dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética, muy crítico con el monopolio del poder de la formación presidencial.

El desgaste de Rusia Unida (RU) es evidente. Según los sondeos oficiales, el partido del Kremlin, que tiene mayoría constitucional en la Duma o Cámara Baja desde 2016, cuenta en estas elecciones legislativas con menos del 30 % de intención de voto.

Tras sustituir al primer presidente ruso, Boris Yeltsin, Putin acudió a sus primeras elecciones en marzo de 2000 con el respaldo del partido Unidad. Con el fin de articular el apoyo de todas las elites burocráticas tanto centrales como regionales, Unidad se fusionó al año siguiente con Patria, del alcalde Yuri Luzhkov, y el movimiento de gobernadores Toda Rusia.

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La campaña para elegir miembros del a Duma en San Petersburgo. Foto AP

La campaña para elegir miembros del a Duma en San Petersburgo. Foto AP

Desde entonces, el partido cuyo símbolo es el oso, ha ganado todas las elecciones parlamentarias con mucha ventaja sobre comunistas y nacionalistas, dejando a la oposición liberal al Kremlin fuera del arco parlamentario.

"Rusia Unida nunca ganaría las elecciones si fueran limpias. Pero como sabemos, no importa cómo se vota, sino cómo se cuentan los votos", señaló a Efe el comunista Pável Grudinin, segundo candidato más votado en las elecciones presidenciales de 2018.

Los barones regionales

Con la inclusión de los principales barones regionales, deportistas, periodistas y personalidades de la cultura, la lealtad del partido al Kremlin está fuera de duda. No hay ley propuesta por Putin que no haya sido aprobada unánimemente por la mayoría parlamentaria en la Duma.

"La Duma no es lugar para el debate", dijo su presidente, Boris Grizlov, célebre frase que ha pasado a la historia del parlamentarismo ruso.

La disciplina del partido es férrea y la cadena de mando no acepta división de opiniones. La Administración del Kremlin propone proyectos, los diputados oficialistas votan las leyes y el Gobierno las aplica.

"No es un partido al estilo de Occidente. Es una máquina burocrática que debe garantizar la apariencia de apoyo masivo a las políticas del Kremlin. No es un partido, sino un canal para que la burocracia y los funcionarios puedan defender y promover sus intereses", explica Lev Gudkov, del centro demoscópico Levada.

Gudkov afirma que el control "total" de los medios de comunicación convierte al partido gobernante en "un mecanismo de manipulación de la opinión pública y disciplinario de la población".

El voto para elegir miembros del a Duma. Foto AP

El voto para elegir miembros del a Duma. Foto AP

"En eso se parece a un partido monopolista de un sistema totalitario. Todo está dirigido a controlar la sociedad", subraya.

En su opinión, la supervivencia de Rusia Unida sólo se explica por la "gran decepción con la democracia" que ha cundido entre muchos rusos, ya que "los reformistas cometieron muchos errores" tras la caída de la URSS.

Peor que el PC

Grudinin, director del Sojoz Lenin, una exitosa cooperativa agrícola a las afueras de Moscú, perteneció a Rusia Unida, pero lo abandonó.

"El PCUS era un partido de trabajadores y campesinos. El objetivo era mejorar el nivel de vida del pueblo soviético. La nomenclatura nunca se comportó como hacen ahora los altos funcionarios. Rusia Unida es un partido que ha robado al país y lo ha convertido en pobre", explica.

Acusa al partido oficialista de llevar al país "a la total apatía" con políticas que han destruido la sanidad y la educación públicas, y ha obligado a la mayoría de intelectuales y estudiantes a emigrar al extranjero.

"Es un partido de patriotas que llevan el dinero al extranjero. Lo único que les une es pertenecer al partido en el poder", asegura.

Grudinin considera que el monopolio del poder de Rusia Unida ha contribuido a "la degradación de todos los institutos políticos".

"A día de hoy, hay menos de un 1 % de absoluciones judiciales. Vivimos bajo un sistema más totalitario que durante la URSS", opina.

¿Ladrones y sinvergüenzas?

El punto más bajo de Rusia Unida se produjo en diciembre de 2011, tras el fraude en las elecciones legislativas en favor de los candidatos oficialistas.

Las denuncias de fraude desembocaron en las mayores protestas contra el Kremlin desde la caída de la Unión Soviética. Su líder fue Alexéi Navalni, quien sacó a la calle a más de 100.000 personas, lo que obligó al Kremlin a prometer reformas políticas.

Entonces, Navalni hizo popular el término "partido de ladrones y sinvergüenzas", aunque fue el asesinado político liberal Boris Nemtsov el primero que lo pronunció por televisión.

Navalni, que ahora cumple dos años y medio de cárcel, ha sacado a la luz en los últimos diez años numerosos casos de corrupción en los que estaban implicados miembros del partido y de la administración pública, pero Rusia Unida permanece incombustible bajo el manto protector del Kremlin.

Agencia EFE

PB​