Nuevo contacto de EE.UU. y China para poner fin a la ‘guerra comercial’

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La representante comercial de Estados Unidos (USTR), Katherine Tai, sostuvo una videoconferencia con el viceprimer ministro chino, Liu He, el viernes por la noche, para discutir las prácticas comerciales chinas que

Washington considera desleales y “forjar” una relación “responsable”, en la búsqueda de salidas a la “guerra comercial” que estalló entre ambos países en los últimos años.

La guerra comercial comenzó en junio de 2018, cuando el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump impuso aranceles punitivos a las importaciones de China por valor de 50 mil millones de dólares en un intento por reducir el creciente déficit comercial entre los dos países. Trump acusó repetidamente a Beijing de efectuar prácticas comerciales injustas.

El conflicto se intensificó durante el año siguiente, cuando Trump impuso aranceles punitivos por valor de 500 mil millones de dólares adicionales a casi todas las importaciones de China, lo que provocó represalias por parte de Pekín.

La del viernes fue la segunda reunión entre los principales negociadores comerciales de los dos países desde el comienzo de la disputa comercial entre ambos. Katherine Tai y Liu He ya habían tenido un primer contacto en mayo. La charla del viernes fue “una oportunidad para que Estados Unidos y China se comprometan a forjar una relación comercial que se gestione de manera responsable, porque esta afecta no solo a las poblaciones de nuestros países, sino a todo el mundo”, señaló un funcionario del USTR bajo condición de anonimato.

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“Las dos partes mantuvieron intercambios pragmáticos, francos y constructivos”, dijo por su parte la agencia oficial Xinhua, que coincidió en que “las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos tienen gran importancia para los dos países y el mundo en general y hay que fortalecer los intercambios y la cooperación comerciales y económicos bilaterales”.

Tai detalló las preocupaciones de Estados Unidos “en relación con las políticas y prácticas de China que perjudican a los trabajadores, agricultores y empresas estadounidenses”, señaló el USTR.

Las conversaciones se producen después de que Tai presentara el lunes la nueva estrategia comercial de la administración del presidente Joe Biden con China, encaminada en principio a continuar la línea dura, pero con algunas exclusiones que se consideran beneficiosas para la economía de Estados Unidos

La administración Biden afirma que los enormes subsidios estatales de China para las empresas nacionales, el robo de propiedad intelectual y otros factores crean gran desigualdad en el comercio.

Estas prácticas han agrandado el déficit comercial de Estados Unidos con China. En 2019, el año anterior a la pandemia, fue de 344 mil millones de dólares solo en bienes, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos. En los primeros ocho meses de este año alcanzó 218.900 millones de dólares, según los datos publicados el martes.

Sin embargo, al contrario de Trump y su “artillería pesada” de aranceles punitivos, Tai sostuvo al presentar la nueva estrategia que la administración Biden no tenía la intención de “inflamar las tensiones comerciales” con el gigante asiático. Sin embargo, señaló que Washington quería hacer cumplir los compromisos adquiridos en el acuerdo firmado con Trump.

Intereses estadounidenses. Durante el encuentro, también se “evaluaron” los progresos hechos por China en la aplicación del acuerdo comercial “Fase 1”, que fue firmado en enero de 2020, con la administración Trump. Katherine Tai y Liu He “acordaron que ambas partes se consultarían en algunos temas que quedaron pendientes”, señaló un comunicado.

En la “Fase 1” del tratado bilateral, China se comprometió a comprar en dos años productos estadounidenses por valor de 200 mil millones de dólares adicionales, incluidos productos agrícolas, energéticos y manufactureros. El objetivo era reducir el desequilibrio comercial entre ambos países. Algunos puntos del acuerdo no se lograron en parte debido a la pandemia.

En cuanto a los 370 mil millones de dólares de aranceles, Tai inició esta semana un procedimiento para excluir determinados productos. Más que un gesto de buena voluntad hacia Beijing, explicó que se trataba de conceder exenciones “caso por caso” a las empresas estadounidenses que no tienen una fuente alternativa de suministro.

China “negoció la anulación del alza de tasas aduaneras y las sanciones adicionales”, sostuvo ayer Xinhua, sin dar más detalles. Pequeñas y medianas empresas llevan meses advirtiendo que estas tarifas amenazan su supervivencia.