Tres ciudades europeas que buscan mejorar la situación de inquilinos

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Los inquilinos de viviendas residenciales de Argentina atraviesan un momento económico difícil y de gran presión. Los datos obtenidos por una encuesta de Inquilinos Agrupados en Internet expuso el panorama de

manera clara.

Según detalla el relevamiento con casi 2400 respuestas, más del 50 por ciento de los consultados destinó la mitad de sus ingresos a pagar el alquiler. Y el mismo porcentaje indicó, que el último aumento por renovación del contrato, significó una suba promedio de entre 30 y 50 por ciento.

En el país en estos días otra vez está en discusión la nueva Ley de Alquileres. Dos son las cláusulas que generaron más críticas de una de las partes: la que marca la duración mínima de los contratos por tres años y la que indica la actualización de los montos de manera anual.

Según el sector inmobiliario, estos dos puntos llevaron a que muchas propiedades salgan del mercado del alquiler y se pongan a la venta.

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Pero los representantes de los inquilinos defienden ambos artículos porque sostienen que son las únicas variables que han logrado aumentar la estabilidad y previsibilidad de los que alquilan.

El problema de los inquilinos se repite en muchas ciudades del mundo, con igual o mayor gravedad que en Buenos Aires. Tres capitales europeas han tomado la iniciativa para intentar mejorar el escenario a partir de proyectos y regulaciones.

1-Berlín:

En la capital alemana el gobierno local tiene proyectado comprar 14.750 viviendas para sumarlas al mercado de alquileres. Con el aumento de la oferta intentará hacer bajar los precios de plaza, en un ciudad en la que cerca del 80 por ciento de las familias alquilan.

A esa iniciativa se suma el referéndum llevado a cabo en las últimas elecciones, que surgió por ciudadanos que se movilizaron para lograr una consulta popular. Los berlineses se expresaron, y con un 56 por ciento de los votos apoyaron la expropiación de más de 200 mil viviendas de parte del gobierno berlinés, y para volcarlas al mercado de alquiler público a un precio accesible.

Muchos de esos inmuebles están en manos de solo seis grandes empresas y una de estas tiene más de 100 mil. Una gran concentración del mercado que hace que el precio de los alquileres esté atado a variables ajenas al sector que necesita alquilar. Cabe decir que los actuales dueños de esas propiedades recibirán una remuneración adecuada por la expropiación.

2-Barcelona

La capital de Cataluña en España ha logrado avanzar en diferentes normas para ordenar el mercado de alquiler de viviendas.

El gobierno de esa ciudad, con 40 por ciento inquilinos, ha propuesto diferenciar entre pequeños y grades propietarios.

Y ha llegado al máximo histórico en la construcción de vivienda pública: 2.329 pisos.

Según señaló la alcaldesa Ada Colau, en esa búsqueda se lograron grandes incentivos para congelar precios de alquiler de pequeños propietarios y se limitó en gran medida la capacidad de especulación de los grandes.

En paralelo también se legisló para que los nuevos proyectos edilicios contengan un 30 por ciento de unidades protegidas, o destinadas a sectores sin vivienda propia.

3-París

Por último, París también es una ciudad europea que avanza con proyectos para lograr un mayor equilibrio en el precio de la locación de viviendas.

En la misma línea que Barcelona, el gobierno de la capital francesa ha comprado propiedades para ampliar el plan de alquileres públicos.

Hace algunas semanas anunció que comprará 96 departamentos en uno de los barrios más caros de París para ofrecer en alquiler social. El objetivo de la medida es satisfacer la demanda de sectores de bajos recursos pero a su vez impedir la segregación urbana, y el alejamiento de sectores de menores ingresos.

por Sebastián Di Domenica

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