La migración vuelve a dividir a Europa en la última cumbre de Merkel

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Los líderes de la UE despidieron ayer del escenario europeo a la líder alemana Angela Merkel, durante una jornada en que se discutieron extensivamente el sensible tema de la política migratoria.

Merkel, quien participó en Bruselas de su cumbre europea número 107, recibió una cerrada ovación de pie de parte de los otros líderes, quienes destacaron su influencia continental en los 16 años en el poder.

Migración en la agenda. Ayer, la reunión se concentró en discutir la política migratoria de la UE. Los dirigentes europeos, en particular los de países situados en el Este del bloque, acusan al gobierno de Bielorrusia de utilizar la migración clandestina como una arma política, permitiendo el paso de migrantes hacia países vecinos.

Lituania y la UE acusan al gobierno del bielorruso Alexander Lukashenko de permitir el paso de inmigrantes clandestinos provenientes de Oriente Medio y África como una represalia por las sanciones que le ha impuesto la UE. Por ello, varios países pasaron a defender con todas las letras la necesidad de implementar “barreras” en las fronteras externas de la UE, una idea de extrema sensibilidad en el bloque.

En una carta a la Comisión Europea 12 países pidieron además que la construcción e instalación de las “barreras” sea financiada con dinero de la propia Unión Europea. En este sentido, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen despejó cualquier duda: “he sido muy clara: no habrá financiamiento para alambradas de púas ni muros” contra migrantes, dijo.

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Después de varias horas de discusiones en busca de un consenso, la Declaración adoptada ayer menciona que “la UE permanece determinada a garantizar un control efectivo de sus fronteras externas”, pero sin mencionar otros detalles.

El documento también “invita a la Comisión” Europea a que proponga enventuales cambios en el marco legal para permitir “medidas concretas apoyadas en soporte financiero adecuado y permitir una respuesta inmediata y apropiada”.

Controversia con Polonia. La jornada inaugural de la cumbre de líderes europeos arrancó bajo la sombra de la dramática agudización en la crisis de las relaciones entre la Comisión Europea y Polonia, por el rechazo de este país a admitir la supremacía plena del derecho europeo sobre la legislación nacional.

En un notable esfuerzo diplomático, la UE decidió bajar el volumen a la controversia y extendió una mano negociadora a Polonia, pero se reservó la posibilidad de aplicar medidas de represalia en caso de que el país no respete el Estado de derecho. Por ello, los líderes europeos reafirmaron la posibilidad de “recurrir a los mecanismos existentes previstos en los tratados europeos”, de acuerdo con una fuente europea.

El jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo que el debate sobre Polonia fue “respetuoso, pero franco, en el que quedó claro que es fundamental respetar el Estado de Derecho”.

Sin embargo, la jornada inaugural fue marcada por las dificultades de hallar una vía de consenso sobre las formas de interpretar y tratar la crisis desatada por el aumento en los precios de la energía.

De acuerdo con fuentes coincidentes, las diferencias en este tema se centraron en el funcionamiento del mercado europeo de permisos de emisión de CO2, al que determinados países atribuyen la responsabilidad por el alza en los precios de la energía.

Finamente, los líderes invitaron para que la Comisión Europa “estudie el funcionamiento de los mercados de gas y electricidad, así como el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión” (RCDE) para posteriormente evaluar si “ciertos comportamientos” en ese mercado “requieren acción regulatoria”.

“Mi sucesor tendrá retos enormes”

Agencias

Angela Merkel aseguró ayer que abandona la política europea en un momento en que existen “motivos de preocupación” para la UE que plantean “retos enormes” para su sucesor, como el debate sobre la dirección que debe tomar el proyecto comunitario, limar las diferencias en política migratoria o afrontar la “presión económica” actual.

En una rueda de prensa tras su última reunión en Bruselas con el resto de jefes de Estado y de Gobierno, Merkel destacó que los veintisiete han sido capaces de superar “muchas crisis” y acordar “soluciones comunes” durante sus 16 años como canciller, pero también admitió que “todavía hay una serie de problemas que deben ser resueltos”.

“Los retos para mi sucesor son enormes”, enfatizó, entre los que citó la necesidad de que los socios comunitarios lleguen a un “entendimiento general” sobre a dónde debe avanzar el proyecto europeo o la política migratoria, que precisamente ha sido el asunto que dividió ayer a los países.

Merkel también destacó la “presión económica” y la carrera por la innovación, que es ahora “más ajustada. Cuando miras una serie de aspectos, Europa ya no es el continente líder en innovación”, recordó, después de apuntar también que hace 16 años el PIB alemán era superior al chino y ahora la economía del gigante asiático es cuatro veces superior.

Ante las críticas por su gestión de la crisis financiera o la respuesta de la UE a la deriva autoritaria de Hungría o Polonia, Merkel se defendió diciendo que Europa está compuesta por “sociedades libres” en las que “todo el mundo puede expresar sus críticas”, pero reivindicó que siempre ha “ayudado para intentar resolver los problemas”.