El domingo 24 de abril los nacionales de Francia elegirán entre el actual presidente Emmanuel Macron y la abogada Marine Le Pen para dirigir los destinos de la potencia nuclear y
séptima economía del mundo por el período 2022-2027. Si bien las encuestas dan por ganador al mandatario centrista, la acotada diferencia con la referente de la extrema derecha marca un delicado escenario futuro en el corazón de una Europa marcada por la guerra en Ucrania y con figuras autoritarias en auge.
El balotaje del 24 de abril ocurrirá luego de que el presidente centrista obtuviera el 27,85% de los votos en las elecciones primarias, algo insuficiente ante la líder del ultraderechista Agrupación Nacional (23,15%) y tras enfrentarse cara a cara por primera vez el pasado miércoles en un debate televisivo, en un intento para movilizar al electorado en la recta final de la campaña y atraer a los indecisos.
1. Macron vs. Le Pen: dos visiones opuestas
En miras de atraer los votos de la izquierda del espectro y suavizar su imagen, Macron desistió de la impopular promesa de aumentar la edad jubilatoria de 62 a 65 años (acordó en 64), prometió medidas contra el cambio climático y agitó el fantasma de la llegada de la extrema derecha al poder.
"Piensen en lo que decían los ciudadanos británicos unas horas antes del Brexit o en Estados Unidos antes de la votación por (Donald) Trump: 'No voy a ir, ¿qué sentido tiene?' Puedo decirles que al día siguiente se arrepintieron", advirtió el presidente francés del partido La República en Marcha (LREM).
En tanto, Macron llegó al poder en 2017 para romper con el establishment político francés. El exbanquero buscará la reelección en un clima social caliente por las críticas a su gestión "pro-empresaria" y en medio del eco de los desafíos que marcaron su gobierno, entre ellos,la crisis económica derivada de la pandemia y la guerra en Ucrania, pero cuyo máximo exponente fue la crisis de los “chalecos amarillos” en 2018 tras el alza de los precios del combustible.
Le Pen por su lado, moderó su discurso ultranacionalista y se presentó como la defensora de las clases populares ante el "presidente de los ricos", a pesar de conservar sus ideas para frenar la inmigración y combatir “la ideología islamista”, entre las que destacan la polémica prohibición del velo en espacios públicos. En caso de ganar, la heredera del Frente Nacional, fundado por su padre, lograría su estrategia de "limpiar" la imagen extremista del partido asociado a ideas racistas, antisemitas y nostálgicas de la época colonial
2. La clave de la elección: el voto de la izquierda
En la recta final de la campaña por la primera investidura de la Quinta República Francesa, el desafío del mandatario centrista y la abogada ultraderechista está en atraer a los indecisos para lograr el acceso al Eliseo, en una elección que se espera tendrá baja participación y a cinco años de haberse enfrentado en las urnas por primera vez, cuando Macron venció a Le Pen con un 66,1% de votos.
Macron lidera la intención de voto. Sin embargo, no cuenta con el apoyo de sectores de la izquierda, un sector clave en la elección, entre ellos Jean-Luc Mélenchon, el tercer candidato más votado en las primarias (22%) que se presenta como el aglutinador de la izquierda y que se postula como primer ministro. Además, se espera un aluvión de abstenciones y votos en blanco.
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3. El rol de Francia en el exterior, otro eje de la campaña presidencial
Dos visiones del mundo oponen al mandatario "pro Europa" Emmanuel Macron a su rival de extrema derecha, ya sea sobre la Unión Europea (UE), Rusia o la OTAN. Esto se vio reflejado en el debate del pasado miércoles, en el que Macron acusó a la líder de Agrupación Nacional de ser complaciente con "el poder ruso" y con el presidente Vladimir Putin.
Siendo Francia uno de los motores de la Unión Europea, en crisis desde el Brexit y en medio del auge de autócratas, los líderes de las democracias occidentales de Europa hicieron un llamado implícito e inédito a la sociedad francesa a votar por "el candidato demócrata", en una elección que consideran "crítica".
"Es la elección entre un candidato demócrata, que cree que la fuerza de Francia se amplía en una Unión Europea poderosa y autónoma, y una candidata de extrema derecha, que abiertamente se pone del lado de quienes atacan nuestra libertad y nuestra democracia", escribieron el pasado jueves los jefes de estado socialistas Olaf Scholz, de Alemania, el español Pedro Sánchez y el portugués António Costa, en una columna publicada por el diario Le Monde.
4. Escenarios post-balotaje
En línea con la mayoría de los sondeos, Emmanuel Macron se encamina a ejercer su segundo mandato como presidente de Francia, mientras que su primer ministro Jean Castex anticipó que dejará el cargo para "airear" el gobierno en medio de un clima de hartazgo social por el creciente costo de vida y el desafío que representa la guerra en Ucrania y el auge de los autoritarismos. En caso de perder frente a Le Pen, ejercerá la investidura hasta el 13 de mayo.
Además, tendrá que lidiar con la preocupación manifestada por los votantes, desde la transición de Francia a energías limpias, la sostenibilidad de un modelo de bienestar que ayude a las clases populares, y el creciente temor a la inmigración y el rol del islam en el país, considerado por muchos como el "primer país musulmán de Europa".
5. Las elecciones legislativas: "Tercera vuelta electoral"
A partir de la próxima semana, en Francia los ojos se centrarán en la Asamblea Nacional que renovará todos sus escaños en una elección legislativa con dos vueltas electorales pautadas para el 12 y el 19 de junio, y cuyos miembros también duran en el cargo 5 años.
El resultado del balotaje "será un buen indicador de cómo se presentarán las elecciones legislativas" de junio, dijo a AFP Gaspard Estrada, experto en campañas electorales en Sciences Po. "Hay claramente una voluntad de que sean una tercera vuelta", aseguró, un concepto que también utilizó el izquierdista Mélenchon, quien ya llamó a los franceses que lo elijan como "primer ministro" en los comicios parlamentarios en medio de las negociaciones.
6. El sistema semipresidencial francés
Francia tiene un sistema semipresidencial. El presidente es elegido por el voto popular y es el cargo político más importante, con funciones de política exterior e interior, además de elegir al primer ministro, quien administra “la cosa pública” y marca la agenda de gobierno.
La figura del presidente en Francia, elegido por voto popular, es diferente tanto a los presidentes del resto del mundo occidental con democracias presidencialistas, donde existen mayores controles al poder del mandatario mediante distintos mecanismos institucionales. También es distinta de las figuras del primer ministro de países como Gran Bretaña o Alemania, que son elegidos por los partidos que controlan el mayor número de escaños en sus órganos legislativos.
cp
