El Papa Francisco: “Sufro y lloro pensando en la población ucraniana”

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Sufro y lloro pensando en la población ucraniana”. Estas palabras pronunciadas por el Papa Francisco y que encabezan esta nueva edición del L’Osservatore Romano en español fueron pronunciada en el Regina

Caeli recitado del pasado domingo. Al inicio del «mes dedicado a la Madre de Dios» el Papa Francisco invitó a «todos los fieles y comunidades a rezar el Rosario por la paz todos los días de mayo».

La exhortación fue dirigida en la plaza de San Pedro a medio día del 1 de mayo desde la ventana del Estudio privado del Palacio apostólico vaticano. En precedencia el Pontífice había comentado, como es habitual, el Evangelio del domingo, deteniéndose en la tercera aparición de Jesús resucitado a los apóstoles.

Luego de su homilía tradicional dominical, el Papa Bergoglio expresó: “Mi pensamiento va inmediatamente a la ciudad ucraniana de Mariúpol, “ciudad de María”, bárbaramente bombardeada y destruida. Una vez más, y desde aquí, renuevo el llamamiento de que se establezcan corredores humanitarios seguros para las personas atrapadas en la acería de esa ciudad. Sufro y lloro pensando en los sufrimientos de la población ucraniana y en particular de los más débiles, los ancianos y los niños. Incluso llegan terribles noticias de niños expulsados y deportados. Y mientras asistimos a una macabra regresión de humanidad, me pregunto, junto a tanta gente angustiada, si verdaderamente se está buscando la paz; si existe la voluntad de evitar una continua escalada militar y verbal; si se está haciendo todo lo posible para que callen las armas. Por favor, no nos rindamos a la lógica de la violencia, a la perversa espiral de las armas. ¡Tomemos el camino del diálogo y de la paz!”

Siempre en relación con el constante llamado, gestos y oraciones del Papa Francisco a la paz en medio del conflicto bélico en Ucrania, este ejemplar transcribe la conversación en el Vaticano entre el Papa Francisco y el director del «Corriere della sera» Luciano Fontana, presente también la vicediretora Fiorenza Sarzanini. Publicada el martes 3 de mayo en el periódico, la entrevista realizada en Santa Marta parte del conflicto en el corazón de Europa que inició el pasado 24 de febrero, cuando las armadas rusas invadieron Ucrania sembrando muerte y destrucción. destrucción.

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«El primer día de la guerra llamé al presidente ucraniano Zelenski al teléfono», recuerda el Pontífice. «Sin embargo a Putin —explica— no le he llamado. Hablé con él en diciembre por mi cumpleaños, pero esta vez no, no le he llamado. Quise hacer un gesto claro que todo el mundo viera y por eso fui donde el embajador ruso. Pedí que me explicaran, dije: por favor detenéos». El mismo llamamiento a “detenerse”, por un alto el fuego, lanzado en varias ocasiones por el Obispo de Roma durante las citas dominicales de oración con los fieles presentes en la plaza de San Pedro. «Después pedí al cardenal Parolin, después de veinte días de guerra, que hiciera llegar el mensaje a Putin de que yo estaba dispuesto a ir a Moscú» prosigue Francisco en la “reconstrucción ” con los dos periodistas, subrayando el rol de su secretario de Estado –definido «verdaderamente un gran diplomático, en la tradición de Agostino Casaroli»— el cual «sabe moverse en ese mundo: yo confío mucho en él y me fío».

«Ciertamente era necesario –prosigue el Papa– que el líder del Kremlin concediera alguna ventana». Pero, es la constatación, «todavía no hemos tenido respuesta y estamos todavía insistiendo; también si temo que Putin no pueda y quiera hacer este encuentro en este momento». Sin embargo, se pregunta el Pontífice, «toda esta brutalidad ¿cómo se hace para no detenerla? Interpelado sobre las posibles causas del drama ucraniano Francisco hipotetiza «una ira facilitada» quizá inicialmente por el «ladrido de la OTAN en la puerta de Rusia. Una ira que no sé decir si haya sido provocada, pero facilitada quizá sí» puntualiza, añadiendo que no sabe «responder» —estando «demasiado lejos»— «al interrogante de si sea justo abastecer a los ucranianos». Pero «la cosa clara es que en esa tierra se están probando las armas. Los rusos ahora saben que los carros armados sirven de poco y están pensando en otras cosas».

Mariúpol, Ucrania.
La ciudad de Mairúpol quedó destruida en un 90%.

Después de todo, concluye, «las guerras se hacen por esto: para probar las armas que hemos producido», como «sucedió en la guerra civil española antes del segundo conflicto mundial», dice como ejemplo. Sobre esto el Papa no tiene dudas: «El comercio de los armamentos es un escándalo, pocos se oponen. el Pontífice anunciando también que por el momento el gesto simbólico de una visita a Ucrania no es posible. «A Kiev por ahora no voy» afirma recordando que ya ha enviado al país a los cardinales Michael Czerny, prefecto del dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral, y el ya citado Konrad Krajewski, «que ha viajado allí por cuarta vez. Pero yo –reitera – siento que no debo ir. Yo primero tengo que ir a Moscú, primero debo encontrarme con Putin. Pero también yo soy un sacerdote, ¿qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta...» comenta dejando el pensamiento suspendido.

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Entonces los entrevistadores evocan el nombre del patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa. «Hablé con Kirill –responde Francisco– 40 minutos a través de “Zoom”. Los primeros veinte minutos con un folio en la mano leyó todas las justificaciones a la guerra. Escuché y le dije: de esto no entiendo nada. Hermano nosotros no somos clérigos de Estado, no podemos utilizar el lenguaje de la política, sino el de Jesús. Somos pastores del mismo santo pueblo de Dios. Por esto, debemos buscar camino de paz, para que cese el fuego de las armas. El patriarca no puede transformarse en el monaguillo de Putin. Yo tenía un encuentro fijado con él en Jerusalén el 14 de junio. Habría sido nuestro segundo cara a cara, nada que ver con la guerra. Pero ahora también él está de acuerdo: detengámonos, podría ser una señal ambigua». En definitiva, el Papa afirma que «para la paz hay bastante voluntad; la guerra es terrible y debemos gritarlo.

«Os exhorto a ayudar a las Conferencias Episcopales a realizar centros específicos donde las personas que han sufrido abusos y sus familiares puedan encontrar acogida y escucha y ser acompañados en un camino de sanación y de justicia». Lo dijo el Papa Francisco a los miembros de la Pontificia Comisión para la tutela de los menores, a quienes recibió en audiencia en la mañana del viernes 29 de abril. Se publica en esta edición el discurso del Pontífice.

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«Es necesario que en todos los países se promuevan políticas sociales, económicas y culturales “amigas de la familia”». Lo pidió el Papa Francisco en el discurso dirigido a los participantes de la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, recibidos en audiencia en la mañana del viernes 29 de abril, en la Sala del Consistorio. Entre los presentes, como nuevo miembro de la Academia, también Mario Draghi, presidente del Consejo de ministros italiano. El texto oficial se incluye en este ejemplar. Si bien la práctica de la fe se encuentra «periódicamente bajo la presión, incluso violenta» de quien «intenta envilecerla tratándola como un hallazgo arqueológico», creer no es «algo “de viejos”»: lo remarcó el Papa Francisco en la audiencia general de la mañana del miércoles 4 de mayo, prosiguiendo en la plaza de San Pedro la catequesis sobre el valor de los ancianos.

Para inspirar la reflexión del Pontífice, la figura bíblica del anciano Eleazar, modelo de coherencia contra la tentación de la hipocresía en tiempo de persecución, y por eso testigo capaz de hablar sobre todo a los jóvenes. Como es habitual, el texto completo y oficial de esta tradicional Catequesis semanal, se incluye en esta edición del periódico vaticano en lengua española.