El triple crimen ocurrió en la intersección de Chacabuco y Garibaldi, en el barrio Tablada, y en la escena del crimen se hallaron 21 vainas servidas de grueso calibre.
Las víctimas fueron identificadas como Rodrigo Tomás Morera, de 27 años, su pareja Naira Gabriela Altamirano, de 25, y su hija Auriazul Morena, de 6.
El hombre murió en el lugar, mientras que la joven y la niña fallecieron mientras eran llevadas al Hospital Roque Sáenz Peña, donde se confirmaron sus decesos.
La causa quedó a cargo de la fiscal de homicidios Marisol Fabbro, quien ordenó al Gabinete Criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) el levantamiento de rastros y testimonios en la escena del crimen.
Además, la integrante del Ministerio Público solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, tanto públicas como privadas, para poder identificar a los atacantes.
Según trascendió en la prensa local, la Policía levantó en la escena del crimen 16 vainas servidas calibre 9 milímetros, cinco calibre 40, dos cartuchos intactos, uno calibre 40 y otro 9 milímetros, y cuatro plomos.
También se secuestró el teléfono celular de una de las víctimas, y se les realizó la prueba de dermotest de sus ropas.
La violencia en Rosario no cede
Este sábado por la mañana, el ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, calificó de "horrendo" el triple crimen y reconoció las dificultades que tiene para atenuar la ola de violencia que sufren los barrios rosarinos.
El funcionario provincial, pidió además, que la política haga un "mea culpa" por su responsabilidad al dejar que la situación haya llegado tan lejos.
"Estuve hasta las 6 de la mañana con este tema", comentó Lagna, para luego agregar: "Se venía proyectando un crecimiento de mafias, que tienen que ver con el delito complejo, con niveles de violencia altos, con picos, subas y bajas, pero altos que hacen mala la vida de mucha gente que vive en barrios donde la violencia es extrema, como anoche Tablada".
