La Cancillería condenó este sábado el crimen
"La República Argentina condena el crimen de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, ocurrido en Yenin en ejercicio de su rol periodístico, y la posterior actuación policial en su funeral. Es necesaria una investigación independiente que esclarezca lo ocurrido", manifestó el Ministerio de Relaciones Exteriores desde su cuenta oficial de Twitter.
La República Argentina condena el crimen de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, ocurrido en Yenin en ejercicio de su rol periodístico, y la posterior actuación policial en su funeral.
Es necesaria una investigación independiente que esclarezca lo ocurrido.
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) May 14, 2022
La declaración del Palacio San Martín se sumó a varios pronunciamientos internacionales, entre ellos una declaración del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que el viernes "condenó enérgicamente" la muerte de la periodista y exigió "una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial" del episodio, para además reclamar que se garantice "la rendición de cuentas" del autor o autores del crimen.
También la Unión Europea reclamó "una investigación rápida e independiente para llevar a los responsables ante la Justicia", según transmitió el representante de la UE ante la Autoridad Palestina, el alemán Sven Kühn von Burgsdorff, y más tarde cuestionó "el uso desproporcionado de la fuerza y el comportamiento de la policía israelí hacia los participantes en el cortejo fúnebre", al difundir otro comunicado sobre las imágenes televisivas de la represión del funeral.
Por su parte, el propio secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, manifestó estar "profundamente perturbado", mientras que el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, señaló desde sus redes que "las imágenes de la intervención policial israelí en el cortejo fúnebre nos perturbaron profundamente" y que "cada familia merece despedir a sus seres queridos de manera digna y sin trabas".
Shireen Abu Akleh, de 51 años, nacida en una familia palestina de religión cristiana que vivía en Jerusalén, recibió un disparo en la cabeza mientras cubría una operación del Ejército israelí en Cisjordania para la cadena qatarí Al Jazeera, donde trabajaba desde la fundación de la emisora; el miércoles pasado, en el momento de su muerte, la reportera llevaba un casco y un chaleco antibalas con el rótulo en inglés "Press".