Nicaragua dispuesta por Joe Biden, empaña el vínculo de Estados Unidos con la región.
En los últimos días, Biden relajó las sanciones contra Cuba, restableciendo vuelos comerciales con la isla más allá de La Habana, quitando el límite en el envío de remesas y reactivando un programa de reunificación familiar. En forma paralela rebajó las sanciones económicas contra Venezuela, particularmente en el sector petrolero.
No alcanzó. Varios mandatarios cuestionan la exclusión de los tres países, más allá de que Cuba nunca haya participado de la cita, el régimen de Nicolás Maduro no es reconocido oficialmente y el de Daniel Ortega haya derrapado tras el fraude electoral.
Joe Biden suaviza las sanciones contra Nicolás Maduro
La reunión de mandatarios convoca a los gobiernos de las naciones que forman parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La isla no forma parte del organismo desde hace décadas y los regímenes de Venezuela y Nicaragua se retiraron en 2017 y 2022, respectivamente.
La cumbre se hará en Los Ángeles, del 6 al 10 de junio, con Biden como anfitrión. La Casa Blanca anunció que no extendería invitaciones a Cuba, Nicaragua y Venezuela, países a los que no considera democráticos.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el 11 de mayo que no asistiría al encuentro si esos países no son invitados. Postura respaldada por su par de Bolivia, Luis Arce, mientras los 15 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) han puesto en duda su participación.
Más tibios, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Chile, Gabriel Boric, abogan por una amplia participación. El de Guatemala, Alejandro Giammattei, no acudirá por roces bilaterales, especialmente luego de las sanciones de Estados Unidos a su fiscal general, María Consuelo Porras, tras calificarla de corrupta.
Hasta este momento, si se cumplen las amenazas, la Cumbre de las Américas podría contar con los mandatarios de 17 de los 35 países que conforman el continente.
JL PAR
