Femicidio en Catriel: las 40 horas que pasaron entre el crimen de su ex y el hallazgo del cuerpo

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“Nunca hubiésemos encontrado el cuerpo si el señor no nos hubiese llevado hasta allí”. Esas fueron las palabras del fiscal general cuando detalló cómo había ocurrido el femicidio de Patricia Rendón

Rodríguez (31) en la localidad rionegrina de Catriel y cómo lograron dar con el cadáver de la víctima. Fue el propio acusado el que confesó y acompañó a las autoridades hasta el descampado “de difícil acceso” donde enterró a ex esposa.

Unas 42 horas pasaron entre el asesinato de Patricia y el hallazgo del cuerpo en una zona descampada y de montes sobre la ruta 57. Según la reconstrucción que hicieron los investigadores, la víctima fue asesinada entre las 8 y las 9 de la mañana del martes pasado en la casa de su ex pareja y padre de su hija de 8 años, Luis Fernando Cronenbold Suárez.

Al mediodía del martes pasado, una amiga de Patricia denunció que la mujer no atendía el teléfono y le habían perdido el rastro. Lo que era muy raro, porque ese día la víctima tenía pensado viajar a la ciudad de Neuquén para tomarse un vuelo hasta Buenos Aires para realizar el trámite de la visa ya que tenía programado reencontrarse con su novio en Italia.

Pero nada de esto fue posible. Ante los planes y deseos de Patricia se interpuso su ex marido. El acusado, este jueves, fue imputado por el femicidio de la mujer y le dictaron prisión preventiva por seis meses.

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Según detalló el fiscal general Gustavo Herrera, Patricia fue atacada a golpes y asesinada en la casa del acusado sobre la calle Nicaragua. La víctima primero fue golpeada de frente y luego recibió, de espalda, el golpe mortal que le produjo una hemorragia cerebral, según determinó la autopsia.

Tras el ataque, el acusado envolvió la cabeza de la víctima con papel film y puso su cuerpo en el baúl del auto para “trasladarlo 80 kilómetros” hasta el lugar donde fue descartado, por la tarde de ese mismo día. Pero antes tenía que evitar que las amistades de Patricia se preocuparan por su ausencia.

Por eso, una vez que la víctima estaba muerta, su ex marido “le cortó el pulgar de la mano derecha”, explicó el fiscal, porque ese dedo utilizaba Patricia para desbloquear su teléfono. Y esto no es un dato menor, ya que desde el celular de la mujer se escribieron tres mensajes de texto que se sospecha fueron enviados cuando ella ya había sido asesinada.

El último de ellos fue dirigido a la empleada del comercio de ropa que tenía la víctima. “Te mando la llave por Fer”, decía el texto enviado a las 8:46. A la mujer le llamó la atención que la víctima escribiera el mensaje y no le enviara un audio como era su costumbre. Pero también le pareció raro que llamara “Fer” a su ex marido, al que mencionaba como “Fernando”.

Alrededor de las 9.20, el acusado se encontró con la empleada de Patricia y le entregó la llave. La mujer dijo que lo vio raro y con los ojos como llorosos. Luego, al mediodía, el sospechoso fue a buscar a su hija al colegio y se la entregó a la niñera. Le dijo que la dejaba un rato porque tenía que ir a trabajar.

En ese mismo momento los allegados a Patricia radicaban la denuncia por su desaparición en una comisaría de Catriel y comenzaba la búsqueda de la mujer.

Cronenbold Suárez trasladó el cuerpo de Patricia en el baúl de su auto unos 80 kilómetros desde el centro de Catriel a una zona rural, entre el mediodía y las 17 horas, según la investigación. “Saca el cuerpo, cava un pozo y lo entierra”, indica el fiscal Herrera. “Después que le da muerte y la traslada, el señor le cortó el pulgar de la mano derecha (a Patricia)”, describió.

El celular de Patricia siempre estuvo activo. Y lo que llamó la atención del fiscal y marcó como indicio de culpabilidad contra el presunto femicida es que el técnico informático alertó que los teléfonos de la víctima y el víctimario eran alcanzados por las mismas antenas en los mismos momentos.

Es que, según detalló Herrera, los amigos de Patricia, en la desesperación por encontrarla, llamaban al celular de ella y como no respondía marcaban el número de Cronenbold Suárez. Así fue como ambos aparatos rebotaban en las mismas antenas. O sea, que la sospecha de los investigadores es que los teléfonos estaban juntos y los tenía el acusado.

“A las 16:20 el celular de Patricia estaba activo en el centro. Ambos celulares viajaron juntos, y deja de funcionar el de él cuando lo detienen. Pero el de ella siguió activo”, describe Herrera. Más tarde, se descubre que el teléfono de la víctima lo tenía el acusado en la celda donde estaba detenido.

Cronenbold Suárez es atrapado cuando vuelve en su auto al centro de Catriel e intenta cambiar el recorrido cuando divisa un control policial. Los efectivos notaron la maniobra del conductor y comenzaron a perseguirlo. Allí fue detenido, después de las 17, y le sacaron su celular. Aunque, el presunto femicida, habría conservado consigo el aparato de Patricia.

Hallazgo. El cuerpo de Patricia fue encontrado en una zona rural sobre la ruta 57, a unos 80 kilómetros del casco urbano de Catriel. Si bien el lugar es de difícil acceso, es muy conocida por el detenido, ya que había trabajado en esa zona petrolera. “Nunca hubiésemos encontrado el cuerpo si el señor no nos hubiese llevado hasta allí. Lo encontramos porque él nos dijo dónde estaba”, sostuvo Herrera.

Cerca de la medianoche del miércoles último integrantes del Ministerio Público Fiscal y de la Policía de Río Negro se trasladaron a esa zona rural en Catriel luego de que el acusado “se quebrara” y “confesara dónde estaba el cuerpo”, según se informó.

No fue fácil encontrar el lugar exacto donde estaba el cuerpo de Patricia. El mismo fiscal contó que el acusado “estaba como perdido” y les llevó unas dos horas dar con la víctima. “A la 1:50 (del jueves) dijo: ‘es acá’”. El cuerpo de Patricia estaba enterrado y tenía la cabeza envuelta en papel film.

“Justicia”. “Justicia por Paty”. “Marcho porque estoy viva y no sé hasta cuándo”. “Fernando Cronenbold femicida”. Esas fueron los carteles que levantó un nutrido número de personas que reclamaron tras conocerse el hallazgo del cuerpo y se confirmara el peor final para Patricia.

El fiscal encuadró el caso como un femicidio. Contó que Patricia, de nacionalidad boliviana, había comenzado una nueva relación y en un mes se iba a encontrar con su novio en Italia. Además, destacó que ella no quería que su ex marido tuviese contacto con la hija que tenían en común.

Pero por su parte, el abogado defensor planteó un escenario totalmente distinto al de la fiscalía y, hasta, absurdo. El letrado sostuvo que Cronenbold Suárez era inocente y que el crimen estaba vinculado con el narcotráfico.

Dijo que a su defendido le “habían plantado” el celular de Patricia y que lo “obligaron” a decir dónde estaba el cuerpo.

La jueza de Garantías María Agustina Bagniole no dio lugar a este planteo de la defensa y le dio la derecha a la fiscalía. Por eso le dictó la prisión preventiva por el femicidio de Patricia.

146 mujeres, asesinadas

En los primeros seis meses del año fueron asesinadas 146 mujeres en el país, según el último informe de la ONG La Casa del Encuentro. En el 58 por ciento de los hechos el agresor era la pareja o ex pareja de la víctima, como sucedió en el caso de Catriel donde Fernando Cronenbold Suárez confesó, esta semana, haber matado a su ex esposa.

De las 146 femicidios, tres de ellos fueron transfemicidios, según detallaron en el informe confeccionado a partir de reportes periodísticos en el periodo comprendido entre el 1° de enero y el 30 de junio de 2022.

La mayoría de estas mujeres fueron baleadas para darles muerte. Mientras que 22 de ellas fueron atacadas a golpes, como hizo Cronenbold Suárez con Patricia Rendón González. El hogar de la víctima o el compartido sigue siendo el lugar más inseguro para las mujeres que sufren violencia de género, ya que en ese sitio se cometieron el 62 por ciento de los femicidios.

Entre las víctimas colaterales de estos crímenes de género están los hijos de las mujeres asesinadas. En estos primeros seis meses, 162 chicos se quedaron sin mamá. De los cuales, el 66 por ciento de ellos son menores de edad.

La hija de 8 años de Patricia es una de esas víctimas colaterales. Su papá está acusado de haber asesinado a golpes a su mamá el martes pasado. Una posibilidad es que esa niña se vaya a vivir a Bolivia con su abuela materna, según trascendió, porque no tendría otros familiares en Argentina para que puedan cuidarla.

Mientras que el 14 por ciento de los femicidas se suicidaron luego de matar, según el reporte del observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” de La Casa del Encuentro.

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