Sigue el misterio de los Gill, la familia desaparecida hace 20 años por la que ofrecen $9 millones

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En enero de 2002, Rubén José Gill ató unos terneros y se dispuso a ordeñar las vacas en la estancia "La Candelaria", ubicada en el pueblo entrerriano de Crucecitas Séptima. Luego,

con su esposa Norma Margarita Gallego y sus cuatro hijos se fueron al velorio de un amigo hasta la ciudad de Viale. Después regresaron al campo y esa fue la última vez que se los vio.

Veinte años después, el Ministerio de Seguridad de la Nación anunció que dará una recompensa de 9 millones de pesos a quien pueda brindar datos precisos para echar luz sobre uno de los mayores misterios de todo el país. La medida fue solicitada por el juez Gustavo Adolfo Acosta, del Juzgado de Transición y Garantías de Nogoyá, a cargo del caso.

Caso de la Familia Gill 20220711

Los Gill simbolizan una de las historias más oscuras de la Argentina, con más rumores con certezas y ningún rastro del matrimonio y los niños. Rubén Gill, apodado como "Mencho", tenía 56 años al momento de su desaparición, se desempeñaba como casero y hacía diversos trabajos rurales. Margarita tenía 26 y era cocinera en la escuela donde asistían sus hijos. La pareja tenía cuatro niños: María Ofelia, de 12 años, Osvaldo José, de 9, Sofía Margarita, de 6 y Carlos Daniel, de 3.

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La familia vivía en la estancia "La Candelaria", una propiedad de alrededor de 500 hectáreas ubicada en el mencionado paraje que se encuentra a 50 km de la ciudad de Paraná. El campo pertenecía a Alfonso Fernando Goette, uno de los sospechosos del confuso hecho. Sin embargo, el hombre murió en un accidente en 2016 y todo quedó en la nada.

Ofrecen 9 millones de pesos para encontrar a una familia desaparecida hace 20 años

Allegados y familiares de los Gill se enteraron de su desaparición más de dos meses después. Goette manifestó que les había dado tres meses de vacaciones y en abril no se habían presentado. Luisa Eva, hermana de Rubén, radicó la denuncia en la comisaría de Viale. La causa fue caratulada como "averiguación de paradero" y quedó en manos del magistrado Jorge Sebastián Gallino, hasta que en 2015 pasó al juez Gustavo Acosta.

La primera pista llevó a Santa Fe, donde existía una versión que habían emigrado por un destino mejor. Más tarde, hubo búsquedas en Córdoba, Chaco, Corrientes así como también en Paraguay y Brasil. Otro dato generó aún más misterio: en 2010, Rubén Gill y sus hijos figuraban anotados en la Asignación Universal por Hijo, aunque trascendió que se habría tratado de "un error".

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Alfonso Goette, dueño de la estancia La Candelaria, falleció en 2016. Nunca fue imputado por el caso.

En febrero de 2018 se llevó a cabo un operativo en el terreno de la estancia, siguiendo la pista de un contratista rural llamado Armando Nanni, que dijo haber visto a Rubén Gill el 14 de enero de 2022, un día después del velorio, quejándose por unas excavaciones que le habían ordenado hacer. Se inspeccionó también un pozo de agua, donde había restos de animales.

Algunas crónicas de aquel tiempo cuentan que la casa de los Gill quedó tal cual la dejaron sus ocupantes. Ropa, juguetes y hasta la comida servida, como si todos se hubieran esfumado en ese instante. Testigos manifestaron a la Justicia que "Mencho" no tenía mucho contacto con los chacareros de la zona pero tampoco enemistades. Incluso se lo describió como una persona "alegre, locuaz, sociable, al que nunca se le veía triste".

Durante estos 20 años se realizaron otras excavaciones en la estancia para intentar corroborar declaraciones de testigos, que decían que la familia podría haber sido enterrada allí. Aún no se ha hallado nada en ese sentido y el destino de los Gill sigue siendo un misterio.

fp / ds