Cómo actuaba el empresario que ostentaba una vida lujosa y cayó por explotación sexual

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Eduardo Made (67) ingresaba al hotel Sheraton de la provincia de Tucumán con diferentes jóvenes. Si alguien preguntaba, tenían que decir que eran sus sobrinas. Todas eran menores de edad. Pero

en realidad se cree que las prostituía. Y por eso, el empresario, radicado en Miami, fue detenido y procesado por “explotación sexual”.

Todo el recorrido del acusado junto a las menores, desde el ingreso al hotel hasta llegar a la habitación, fue registrado por distintas cámaras del lugar. Las víctimas tienen entre 15 y 17 años. Todas son del círculo de amistad de la primera de ellas que fue captada. El juez que finalmente imputó al acusado entendió que Made “manipuló psicológicamente” a las víctimas y se aprovechó de su minoría de edad.

Al parecer, el acusado las habría contactado por redes sociales. Y aprovechaba sus viajes desde Estados Unidos, donde residía hace más de una década, hasta Tucumán para concretar encuentros sexuales con las menores a cambio de dinero. Les prometía dólares, según informaron fuentes del caso a PERFIL.

Según la investigación del fiscal federal Agustín Chit, Made captó a un grupo de siete adolescentes a través de medios digitales “con la finalidad de captarlas, acogerlas y explotarlas sexualmente”. Lo que “logró materializar, al menos a partir de enero de 2022”. El lugar donde ocurrieron los encuentros sexuales fue el hotel Sheraton de San Miguel de Tucumán, se detalló en el sitio Fiscales. El acusado reside en Estados Unidos y, según se informó, “dirigía varias empresas multinacionales”. En sus redes sociales indicaba que vivía en la ciudad de Miami, pero fue detenido cuando llegó a Tucumán, de donde es oriundo. Made fue apresado en mayo pasado por personal de Gendarmería Nacional y esta semana se informó que fue imputado por el Juzgado Federal Nº 1 de Tucumán con prisión preventiva, acusado de “promover y facilitar la explotación” de adolescentes.

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Imagen. Made se mostraba como un importante empresario ante las víctimas y realizaba una “fastuosa exhibición de poderío económico”. Su modo de actuar, según la acusación, era convencer a las jóvenes y ganarse su confianza. Luego les prometía una “gran ganancia de dinero”.

La primera joven en ser captada fue una chica de 15 años. La comunicación entre ambos comenzó cuando el acusado estaba en Estados Unidos. Luego de ganar su confianza, le pidió que “le consiguiese el contacto de otras menores de edad de su entorno”. Más tarde, se sumaron las otras seis víctimas.

Finalmente los encuentros, según la acusación, se realizaron entre febrero y abril pasado en el hotel Sheraton de Tucumán, en uno de los viajes que hizo Made del norte del continente americano hacia el sur. “En los videos del hotel se pudo advertir cómo el imputado ingresaba al lugar acompañado de diferentes adolescentes, ya sea por el hall de entrada o por el ascensor que da al estacionamiento. Una vez allí, subía con las jóvenes a su habitación, lugar donde se consumaba la explotación sexual”, se informó.

Además de las imágenes como pruebas en contra de Made, en la causa figuran los testimonios de las víctimas y “tareas de investigación reservadas” llevadas a cabo por Gendarmería.

Pero según la investigación de la fiscalía, Made pudo moverse con tranquilidad en el hotel porque “se valió de la complicidad de personal perteneciente al establecimiento que conocía lo que allí sucedía”. El gerente de la reconocida cadena hotelera aseguró que “están a disposición de la Justicia” (ver aparte).

Una de las adolescentes declaró que “todos conocían” a Made en el Sheraton y que “los que trabajaban allí lo ayudaban”. Además, una de las menores contó que el acusado le decía que “a él no le pasaría nada” y que tenía que decir que “era su sobrina”.

“Las víctimas marcaron también que el imputado insistentemente intentaba convencerlas de viajar a Miami con él, donde las ayudaría a insertarse en el mundo del modelaje”, se detalló.

Made declaró ante el juez y dijo estar “totalmente shockeado de que se me acuse de trata”. “Eso está totalmente fuera de la verdad y de la realidad. Estas chicas y la madre de la persona que me acusa es gente que conocí por otras amigas, es decir que había una amistad de por medio, o por lo menos eso pensaba. Ellas me pedían ayuda económica”, sostuvo cuando declaró ante el juez Fernando Poviña, según publicó el diario La Gaceta.

Si bien en su presentación el fiscal Chit entendió que los hechos imputados debían encuadrarse bajo los delitos de trata de personas y corrupción de menores agravada, en su resolución el Juzgado Federal N° 1 de Tucumán marcó que, si bien “se encontraba acreditado que había promovido la prostitución” de las menores, “no había aún elementos” para procesar bajo la figura de trata.

El juez resaltó que “ninguna de las adolescentes se encontraba en situación de prostitución previamente al contacto con el imputado y que dicho estado era buscado y motivado por Made a través de maniobras de manipulación psicológica, aprovechándose de la minoría de edad de las jóvenes”.

Finalmente, el juez decidió procesarlo por la “promoción y facilitación de la prostitución agravada”. Además, dispuso que continúe la investigación “con el objetivo de corroborar la presencia de elementos que resulten dirimentes para acreditar la consumación del delito de trata de personas”.

En esa línea, la fiscalía y personal de Gendarmería, junto a las fuerzas especializadas estadounidenses en lucha contra la trata de personas Homeland Security Investigations-Office of International Operations y la Embajada norteamericana, continúan las tareas de investigación a nivel internacional, informó GNA. Es que se sospecha que el empresario haya captado a otras víctimas también en Estados Unidos.

Actualmente, las víctimas y sus familias son asistidas por personal especializado de la Fundación María de los Ángeles de la provincia.

Ahora, Made está preso. Muy lejos de su vida en Miami y de los lujos que ostentaba ante las menores captadas y que habría prostituido.

El hotel está “a disposición”

El gerente del Sheraton Tucumán sosuvo que están a disposición de la Justicia desde un primer momento por la investigación que tiene en la mira al empresario Eduardo Made.

“Este fue un caso que nos tomó por sorpresa. Primero vinieron gendarmes a solicitar que les facilitáramos el Libro de Policía, que es un cuaderno donde quedan registrados los ingresos de los pasajeros. Después, nos pidieron los registros fílmicos de nuestras cámaras de seguridad. Y por último, efectivos de esa fuerza se presentaron con una orden de detención en contra de esta persona. Nunca pusimos ninguna traba”, indicó el responsable del hotel, Marcos Gual, a La Gaceta de Tucumán. “Imagínese la sorpresa que nos llevamos porque era una persona que se alojaba seguido en nuestras instalaciones. No aparentaba nada extraño y no nos consta que aquello de lo que se lo acusa haya ocurrido”, indicó el gerente.

“No investigamos a nuestro personal –explicó– porque no nos consta que hayan estado involucrados en el caso. Trabajan con nosotros desde hace mucho tiempo y no sabemos si tenían conocimiento de esta situación”.

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