El Papa Francisco arremete contra el Opus Dei

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El Papa Francisco inició en el seno del Vaticano un proceso de reconfiguración en el estatuto institucional del Opus Dei. Con esta decisión, Jorge Bergoglio recortó las atribuciones que Juan Pablo II le había conferido al Opus Dei.

Por Gabriel Laesprella*| Esta decisión del Sumo Pontífice conocida como “Motu propio” (por iniciativa propia), tiene similitud con un decreto presidencial realizado por un gobierno democrático.

La resolución “Ad CharismaTuendum” (Para Tutelar el Carisma), entrada en vigencia el 4 de agosto del corriente año, el Papa Francisco le impuso al Opus Dei la elaboración de un informe anual (antes era cada cinco años) “sobre el estado de la Prelatura y sobre el desarrollo de su labor apostólica”.

Esta decisión del Papa Francisco se elevará al Dicasterio (Ministerio) para el Clero.

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Por otra parte, la determinación que el Prelado (la máxima autoridad del Opus Dei) ya no será Obispo, genera una notoria merma de la influencia institucional del Opus Dei en el seno de la Iglesia Católica.

De hecho, el actual Prelado del Opus Dei, el sacerdote español Fernando Ocáriz, a diferencia de sus antecesores, nunca fue designado obispo por Francisco,

El Opus Dei deberá reformar su funcionamiento interno, modificando el contenido de sus estatutos, con el control directo del Vaticano para posibilitar la aprobación de la Congregación para el Clero.

El Opus Dei (significa Orden de Dios) fue creado por el sacerdote español José María Escrivá de Balaguer en Madrid, España, el 2 de octubre de 1928.

El rol político del Opus Dei durante la dictadura franquista en España fue muy turbio. Dicha congregación de la Iglesia Católica tuvo un rol protagónico de respaldo al dictador español Francisco Franco, apadrinando las flagarantes violaciones a los derechos humanos de la dictadura como los asesinatos, las torturas y todas las demás formas de represión, basándose en una matriz ideológica conservadora, anticomunista y con muchas similitudes con el fascismo.

En marzo de 1950 el Opus Dei inició sus actividades en Argentina. Antonio Caggiano fue su precursor. Caggiano fue arzobispo de Rosario y luego fue arzobispo y cardenal de Buenos Aires. En condescendencia con su ultraconservadurismo político, Caggiano tuvo un rol protagónico bajo la dictadura de Juan Carlos Onganía, que padeció el país entre 1966 y 1970.

Al menos cincuenta asociaciones civiles argentinas tienen algún tipo de vinculación con el Opus Dei.

Pero adentrándonos nuevamente en esta “bajada de pulgar” del Papa Francisco al Opus Dei, esto se asocia con la impronta progresista de Bergoglio en oposición al conservadurismo político del Opus Dei.

Juan Pablo II en su labor como Jefe del Estado del Vaticano fue una pieza clave de los intereses geopolíticos estadounidense en el contexto mundial de la “Guerra Fría” para enfrentar al peligro “rojo”. Esa lógica anticomunista se vio claramente ejemplificada en el respaldo político a la organización sindical derechista polaca “Solidaridad”, que tenía como principal referente a Lech Walesa. El Opus Dei fue un actor político fundamental en el seno de la Iglesia Católica en esa “cruzada anticomunista” en tiempos de la “Guerra Fría”.

El desarrollo de los próximos acontecimientos a la interna de la Iglesia Católica y del Estado del Vaticano develará la incógnita de si el Papa Francisco podrá modificar la correlación de fuerzas políticas en beneficio de los sectores progresistas de la Iglesia, o si las fuerzas conservadoras se reconfiguran políticamente para recuperar el terreno perdido en la Santa Sede.

* Gabriel Laesprella|Sociólogo|Columnista invitado