Estranguló a su mujer, le confesó el crimen a un pariente policía y no quiso declarar ante el fiscal

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Marcelo Uralde (45), un gomero y trabajador rural que vivía con su familia en la localidad bonaerense de General O’Brien, seguirá detenido por el femicidio de su mujer. Si bien confesó

el asesinato a un pariente policía, el acusado se negó a declarar cuando estuvo cara a cara con el fiscal Lisandro Massón, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 4 de Mercedes.

O’Brien es un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires que tiene poco más de 2 mil habitantes. Tiene una estación de servicio, una parroquia y dos escuelas (una primaria y otra secundaria). El simple robo de una bicicleta puede convertirse en el tema principal de conversación, pero esta semana pasó algo sumamente grave e inédito: una mujer de 30 años fue asesinada por su marido.

El femicidio de Abigail Ya-nnone (30) despertó una enorme conmoción en una localidad donde todos se conocen. Su pareja, la estranguló en medio de una fuerte discusión y llamó a un pariente policía para contarle lo que había hecho: “Me parece que se me fue la mano y maté a mi mujer”, le confesó Uralde.

La pareja vivía en una casa ubicada entre las calles Almirante Brown y Santa Fe. Tenían tres hijos menores, dos nenas y un varón. Este miércoles 3 de agosto, cerca de las 4 de la tarde, un móvil de la subcomisaría de O’Brien llegó hasta el domicilio a pedido del familiar del supuesto femicidio.

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Uralde estaba nervioso. Pero en ningún momento intentó escapar. Le abrió la puerta a los policías y los acompañó hasta una de las habitaciones, donde estaba el cuerpo de su mujer. Abigail estaba boca arriba, pero no respiraba y no respondía a ningún estímulo. Enseguida llegó una ambulancia y el médico constató lo que todos sospechaban: estaba muerta.

La casa fue vallada para no alterar la escena del crimen y el esposo esposado y trasladado a la seccional del pueblo. Según las fuentes, los forenses que revisaron el cuerpo en el lugar advirtieron signos de estrangulamiento, como una marca en el cuello similar a la que pudo haber dejado un cordón.

“Estaban casados, pero a punto de divorciarse, aunque seguían viviendo bajo el mismo techo”, reveló uno de los investigadores del caso, de acuerdo a un cable de la agencia Télam. Los voceros agregaron que no cuentan –al menos por ahora– con denuncias previas de violencia de género.

Un caso inédito. En O’Brien nadie recuerda un hecho de estas características. El robo a un establecimiento rural, ocurrido en octubre de 2019, o el asalto que sufrió una jubilada de 90 años, en enero de 2018, fueron algunos de los casos más conmocionantes de la última década.

En mayo de 2018, la impactante noticia del intento de femicidio en Junín que sufrió Luciana Dinardi, una mujer criada en esta localidad, también sacudió la habitual paz pueblerina. Su marido policía, también nacido en O’Brien, le pegó dos tiros y luego se suicidó pensando que la había matado. El femicidio de Abigail, inentendible y evitable como tantos otros, los vuelve a marcar a fuego a todos.

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