Fotos y más víctimas: qué buscan en el celular del empresario acusado por explotación sexual

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El celular de un empresario procesado por “explotación sexual” de menores de edad parece infranqueable. El acusado se negó a dar de forma voluntaria la clave para que los expertos pudieran

peritarlo. Los programas para desbloquearlo que hay en el país no sirven para ese modelo de aparato y solo Brasil o Israel cuentan con la tecnología para lograrlo, pero es un camino más engorroso y se demoraría más tiempo en acceder a los resultados. Por eso, desde la fiscalía le pidieron al juez que ordene la “obtención compulsiva de los datos biométricos” para lograr la apertura del Iphone 13. El Juzgado interviniente lo autorizó. ¿Pero, qué buscarán en el teléfono?

La información que se pueda obtener del celular del empresario Eduardo Made (67) puede ser clave para ampliar la acusación en su contra de “trata de personas”. Es que, en julio pasado, fue procesado y le dictaron la prisión preventiva por “promoción y facilitación de la prostitución agravada” de siete menores, porque el juez Fernando Poviña que lo procesó, entendió que aún no había pruebas suficientes para adosarle esa acusación como había solicitado el fiscal federal Agustín Chit, quien lleva adelante la causa.

En esa línea, el juez Poviña entendió ahora (en la resolución que se conoció esta semana y a la que tuvo acceso PERFIL) que era fundamental autorizar la apertura del celular del empresario investigado a través del reconocimiento facial o la huella dactilar para “afirmar la existencia o establecer fehacientemente la no concurrencia del delito de trata de personas”.

Se tuvo que recurrir a esta medida, luego de que el acusado se negara a aportar de manera voluntaria la clave de desbloqueo del Iphone 13 y que se intentara abrirlo con los programas con los que cuentan los peritos informáticos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), pero no lo lograran.

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La causa cuenta con la denuncia de siete adolescentes de entre 15 y 17 años que narraron que habían sido contactadas por Made desde Instagram, y que luego mantenían comunicaciones por Whatsapp. Hasta una de ellas apuntó que se tomó una fotografía con el celular del acusado cuando estaba en el baño de la habitación del hotel en el piso 7 (ver aparte) que había reservado el empresario cuando viajó de Miami a Tucumán. Los encuentros investigados ocurrieron, al menos, a partir de febrero último en el Hotel Sheraton, de la capital tucumana.

Por eso es importante para los investigadores poder dar con esas fotos que mencionaron las denunciantes en sus declaraciones en cámara Gesell para sumar indicios en contra del presunto accionar delictivo de Made y que se puedan agregar a las conversaciones aportadas por las menores a la causa. Pero también para conocer si existen más fotografías que pudieran comprometerlo y si se logra rastrear otras posibles víctimas.

La clave. El empresario Made fue detenido el 5 de mayo pasado en su Tucumán natal. Lo acusan de haber contactado a adolescentes por redes sociales desde Miami, donde residía, y haber tenido encuentros sexuales a cambio de dinero en ese hotel de alta categoría.

En ese momento, además de llevarse esposado a Made, los agentes de Gendarmería Nacional, a cargo del operativo, incautaron el celular del acusado. Se trata de un Iphone 13 que no pudo ser desbloqueado por los peritos de la PSA, ante la negativa del acusado de aportar voluntariamente la clave del aparato. Solo Brasil o Israel contarían con las licencias técnicas necesarias para realizar la apertura del equipo.

También se le había pedido colaboración a la fuerza federal de Estados Unidos conocida como Homeland Security Investigation para saber si contaban con la capacidad de análisis para lograr el desbloqueo del celular. Pero, a cuatro meses de la detención de Made, los investigadores aún no habían tenido una respuesta concreta al respecto.

Ante este panorama, el fiscal Chit le solicitó al Juzgado Federal N° 1 de Tucumán que ordene la apertura del Iphone 13 con los datos biométricos del acusado. Es decir: el reconocimiento facial o la huella dactilar del empresario.

El juez Poviña le dio el visto bueno a la solicitud de la fiscalía y ordenó que Made sea trasladado a una sede de Gendarmería para que allí, y ante la presencia de todas las partes, se acceda al desbloqueo del celular a través del reconocimiento facial o la huella dactilar.

Pero la defensa del empresario se opuso a la resolución y ahora la Cámara de Apelaciones de Tucumán deberá revisar la decisión del juez de primera instancia para saber si ratifica la orden de avanzar en la apertura del aparato con los datos biométricos.

El séptimo piso

Eduardo Made se mostraba ante las víctimas como un importante empresario y realizaba ante ellas una “fastuosa exhibición de poderío económico”. Según la causa, su modo de actuar era convencer a las jóvenes y ganarse su confianza. Luego les prometía una “gran ganancia de dinero” a cambio de tener encuentros sexuales.

El juez que lo procesó entendió que el acusado “manipuló psicológicamente” a las víctimas y se aprovechó de su minoría de edad para lograr su objetivo.

La primera joven en ser captada fue una chica de 15 años. La comunicación entre ambos comenzó cuando Made estaba en Estados Unidos. Luego de ganar su confianza, le pidió que “le consiguiese el contacto de otras menores de su entorno”. Así, se sumaron las otras seis víctimas.

Los encuentros, según la acusación, se realizaron en una habitación del piso 7 del Hotel Sheraton, en los viajes que realizó Made de Miami a Tucumán. “En los videos del hotel se pudo advertir cómo el imputado ingresaba al lugar acompañado de diferentes adolescentes, ya sea por el hall de entrada o por el ascensor que da al estacionamiento. Una vez allí, subía con las jóvenes a su habitación, lugar donde se consumaba la explotación sexual”, se detalló.

Antecedente

◆ El fiscal federal Azzolín había solicitado la apertura de una aplicación de mensajería de una mujer que había sido imputada por acopio de marihuana y cocaína.

◆ Los peritos habían intentado desbloquearlo, pero no pudieron. Así se entendió que solo se lograría con los datos biométricos de la imputada. Por eso Azzolín realizó el pedido.

◆ Finalmente en mayo pasado, la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca ratificó la orden de que se abra la aplicación con el reconocimiento facial o la huella.

◆ Allí se argumentó que la medida era “similar o hasta incluso menos invasiva” que la extracción de sangre para un cotejo de ADN o la utilización del acusado en una rueda de reconocimientos.

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