José C. Paz | Delincuentes colombianos secuestraron a una familia 8 días: pedían 10 millones de dólares

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La historia tiene todos los condimentos para simular una ficción, pero no lo es. Una familia domiciliada en un country de la provincia de Buenos Aires estuvo secuestrada durante ocho días

desde mediados de agosto por una banda que les exigía 10 millones de dólares a cambio de su liberación.

La Justicia actuó rápido: ya hay 11 detenidos, todos integrantes de una banda conformada por colombianos y argentinos que ejecutaron la emboscada.

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Si bien hubo un intento de secuestro a finales de julio, las intenciones de la banda delictiva no cesaron y se consumaron a mediados de agosto. Fue cuando J.J.B.V. fue sorprendido junto a su custodio al llegar a su casa en un barrio cerrado de la localidad de José C. Paz. Para ese entonces, su mujer, su suegra y su beba de dos meses ya llevaban varios minutos cautivas por los secuestradores.

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Desde ahí comenzó la trama extorsiva por parte de la banda de ocho colombianos y tres argentinos, que días atrás habían alquilado una casa en ese country para estar más cerca del objetivo. A cambio de la liberación, les pedían 10 millones de dólares.

Los pedidos, según se desprende de la resolución judicial donde se dictó el procesamiento de los sospechosos, no sólo iban a J.J.B.V., un hombre oriundo de Colombia y bajo la lupa en su país por presuntas estafas piramidales, si no que buscaron llegar hasta la familia radicada allí. Supuestamente los secuestradores ingresaron a la Argentina unos pocos días antes del secuestro.

Cómo fueron los ocho días

Todo comenzó el 13 de agosto. Las mujeres que permanecían en la casa fueron tomadas cautivas antes que llegue J.J.B.V. con su custodio.

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De acuerdo al extracto de la resolución judicial, ahí comenzaron a exigirle a las víctimas que entreguen las claves de los teléfonos celulares. Para ese entonces, el ciudadano colombiano ya estaba maniatado y había sido golpeado.

Después llegó la etapa en la que los secuestradores buscaron llevarse a la familia de la casa en el barrio cerrado. Fue con un cuidadoso operativo que buscó no despertar sospechas. La idea inicial fue separar por un lado a las mujeres y por el otro a los dos varones.

Las mujeres fueron llevadas a un hotel del centro de la Ciudad de Buenos Aires mientras que J.J.B.V. supuestamente fue llevado a varios domicilios: el último en Pilar. El custodio, en tanto, fue obligado a viajar a Colombia con una misión: buscar dinero, pertenencias, cuentas bancarias y demás activos con los que puedan completar el monto exigido para la liberación.

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El custodio fue el que se contactó con la madre de su custodiado y esta hizo la denuncia que dio inicio a la investigación. Todo se originó en la Justicia provincial pero luego pasó al ámbito federal. Hubo una serie de allanamientos y operativos sorpresa y tras ocho días de secuestro la familia fue liberada.

Los once integrantes de la banda fueron detenidos y en los últimos días procesados con prisión preventiva. El juez a cargo de la causa es Adrián González Charvay, de Campana, quien trabajó junto al fiscal Sebastián Bringas.

Los detalles del secuestro y la causa

De la resolución judicial a la que accedió PERFIL se desprende que el secuestro se cometió "con la participación conjunta y previa distribución de roles" de los once procesados. El primer intento de secuestro fue el 30 de julio en un centro comercial ubicado sobre la colectora de Panamericana Km. 50, en Pilar, cuando dos de los detenidos, ex policías de la Bonaerense, junto a otras dos personas no identificadas, usaron dos autos para interceptar al ciudadano colombiano simulando ser efectivos policiales. El secuestro no llegó a consumarse porque la víctima comenzó a gritar pidiendo auxilio y luego se refugió en un restaurante.

Al ejecutar efectivamente el secuestro, días después, los detenidos se hicieron con una importante cantidad de pertenencias, desde tarjetas de crédito hasta joyas, diamantes y wallets de NFT's.

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A los días se comunicaron directamente con el tío de la víctima y le pidieron dinero, bienes a nombre de testaferros y todo lo que se pueda pagar porque si no "tomarían acciones en contra de la víctima". Ese tipo de extorsiones se extendió por dos días.

Según se desprende del procesamiento, el ingreso de los secuestradores al barrio privado se llevó a cabo el 5 de agosto, días antes del secuestro, cuando recibieron la llave de la casa alquilada a través de la aplicación Airbnb. El encargado de ir a buscar la llave a la casa de la propietaria fue F.M., apodado "Messi".

Al ser detenidos y procesados, el juez estimó que "nos encontramos sobre una investigación de delitos extremadamente graves y que aún restan varias diligencias ordenadas por el Sr. Fiscal a producirse, lo que haría suponer que los nombrados de recuperar la libertad, intentarían entorpecer el curso de la investigación". Así argumentó la decisión de dictar la prisión preventiva.

Ahora se espera que los detenidos apelen su procesamiento y embargo dictado por la primera instancia. En ese caso, la Cámara Federal de San Martín intervendría para definir pero, a priori, la situación es difícil de revertir por el nivel de la carga probatoria contra la banda de secuestradores. Restan, en tanto, que se concluyan una serie de medidas que están en desarrollo y una vez que se concluya la instrucción el caso se elevaría a juicio.

AS/fl

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