Jair Bolsonaro, aislado: su "enemigo" Alexandre de Moraes le arrebató el apoyo de los militares

Internacionales
Lectura

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, enfrenta un nuevo revés en la recta final de la campaña electoral, luego de que la Justicia reconociera a los militares como “parte del proceso

democrático” para custodiar la transparencia de las elecciones presidenciales de Brasil, socavando así uno de los principales apoyos del mandatario ultraderechista.

En el marco de la incertidumbre que rige los comicios del 2 de octubre, agitada por los constantes ataques infundados de Bolsonaro al voto electrónico y las amenazas de no reconocer el resultado electoral, el rol de los militares -legitimados como custodios del proceso electoral- se tornó crucial.

Esto no pasó desapercibido para el juez Alexandre de Moraes, miembro del Supremo Tribunal Federal (el máximo órgano de justicia de Brasil) y presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), que viene librando una batalla silenciosa contra el actual jefe de estado y ex capitán del Ejército, cuya gestión estuvo marcada por sus exabruptos y desafíos a la institucionalidad.

En lo que puede haber sido su jugada maestra, de Moraes apuntó los cañones a uno de los bastiones de Bolsonaro: las Fuerzas Armadas. Su acercamiento en pos de incluir a los militares en el tablero para garantizar la transparencia del proceso electoral atentó directamente contra el inquilino del Palacio del Planalto, quien viene denunciando -sin pruebas- la fragilidad de las urnas electrónicas, lo que le valió la apertura de un sumario por difusión de noticias falsas.

BANER MTV 1
Jair Bolsonaro 20220926
Jair Bolsonaro, de 67 años, apuesta por la segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales de Brasil.

Jair Bolsonaro y el fantasma del golpismo: quién es Alexandre de Moraes, el juez que frena a la ultraderecha en Brasil

“De Moraes construyó de salvaguardas desde todos puntos de vista para que se proteja el proceso electoral, lo que incluyó a los militares y otros actores institucionales internos de Brasil”, explicó a PERFIL el doctor en Ciencias Políticas y analista de Riesgo Político, Creomar de Souza, en una conferencia virtual organizada por la Cámara de Comercio, Industria y Servicios Argentino Brasileña de la República Argentina (CAMBRAS).

Los militares, garantes de la transparencia electoral en Brasil

“¿Qué sería de Brasil sin las obras del gobierno militar? No sería nada, seríamos una republiqueta”, expresó Jair Bolsonaro en abril de este año en el aniversario del golpe de Estado de 1964. Las Fuerzas Armadas en Brasil tienen un rol preponderante. A diferencia del caso argentino, en Brasil, donde nunca se hizo un proceso de memoria de la dictadura, los militares no solo lograron reconstruir su imagen sino que se convirtieron en un actor clave en la política brasileña.

A priori, el gran capitalizador de este proceso fue mismo Bolsonaro en su carácter de “exmilitar”, pese a los numerosos actos de insubordinación que salpican su pasado castrense. El mandatario ultraderechista, defensor a ultranza de la dictadura militar (1964-1985), se rodeó de militares en su gabinete y nombró miles (tanto retirados como activos) en cargos de la administración pública (también en importantes empresas estatales), incluso saltándose varios de los requisitos legales.

Asunción de Alexandre de Moraes como titular del Tribunal Superior Electoral en Brasilia 20220825
El juez Alexandre de Moraes, presidente del Tribunal Superior Electoral.

“Hubo dos movimientos políticos entre los militares: uno abogaba para que Bolsonaro fuese visto como parte del cuerpo; y otros que se presentaron con la mínima lógica de partido político sin ser partido político, que buscaron ganar espacios decisorios en otros espacios institucionales y que se presentaron como elemento de garantía a la legitimidad del proceso”, explicó de Souza.

A este último grupo apeló el juez de Moraes en su intento de preparar el terreno hacia los convulsionados comicios del domingo 2 de octubre, marcados por una polarización sin precedentes entre el mandatario que busca reelegir y su archirival y favorito en las encuestas, el expresidente Lula da Silva.

La jugada de Moraes que socavó la base de apoyo de Bolsonaro

A tan solo una semana de las elecciones, mientras Bolsonaro se dedicó a seguir criticando abiertamente a la Justicia, a atacar a de Moraes y a agitar la bandera del fraude (algo que ni la investigación judicial en su contra desalentó), la máxima autoridad electoral se reunió con los militares para tender puentes de cara a los comicios.

Silvio Tendler: "El país está reaccionando al terror de cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro"

Asunción de Alexandre de Moraes como titular del Tribunal Superior Electoral en Brasilia 20220825
Lula da Silva y Jair Bolsonaro, presentes en la asunción de Alexandre de Moraes como titular del Tribunal Superior Electoral en Brasilia, el 18 de agosto de 2022.

La reunión del pasado domingo cobró especial relevancia luego de las tensiones respecto a la iniciativa de los militares para realizar “un control paralelo” de los votos que circuló en las últimas semanas, según reveló el diario Folha de Sao Paulo, lo que elevó aun más la tensión institucional.

Así fue como el “enemigo de Bolsonaro” cosechó el apoyo de esta pieza clave de la democracia brasileña. Lo hizo al menosentre los militares en servicio activo, conscientes de los riesgos de apoyar a un Bolsonaro que podría negar el resultado electoral o generar tumulto tras las elecciones generales. “No habrá un proceso de amnistía para los que se posicionan contra el proceso de democracia”, afirmó de Souza, y cerró: “Cuando fueron reconocidos por el juez de Moraes como actores legítimos del proceso democrático, los militares dijeron: ‘la cosa está decidida: no hay duda sobre la urna electrónica”.

De esta manera, en la recta final de la campaña electoral de alto voltaje, Bolsonaro perdió un apoyo esencial para sostener su discurso que incluye la anti-fiabilidad del voto electrónico, un mecanismo electoral que incluso volvió a ser reivindicado por la embajada de Estados Unidos en Brasilia en los últimos días. Ironía mediante, su principal aliado internacional también servirá de garante el próximo domingo.

cd / ds