Las cosas que llevaban los soldados

Sociedad
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Tim O'Brien nació en un pequeño pueblo de Minnesota, hijo de un vendedor de seguros y de una maestra de grado en Austin el 10 de Octubre de 1946. Se graduó

en Macalaster College, donde en 1968 obtuvo el título en Ciencias Políticas; y en 1969, a pesar de sostener una postura anti bélica fue reclutado como soldado de infantería a Vietnam. A su regreso de Vietnam se gradúa en Harvard. Sin lugar a dudas, era uno de los pocos veteranos de Vietnam, en Harvard. Comienza escribiendo reportes personales sobre la guerra, el primero de estos se convertirá en Si muero en la zona de combate . Inmediatamente después tuvo la posibilidad de hacer una pasantía en el Washington Post, durante un año, y en ese lapso dice haber aprendido la virtud de la tenacidad. En 1999, en la President´s Lecture dice O’ Brien: “Los cuentos de guerra no son siempre sobre la guerra per se. No son sobre bombas y balas y maniobras militares. No son sobre tácticas, sobre trincheras y cantinas. Los cuentos o historias de guerra, como cualquier buen cuento, son finalmente sobre el corazón humano. Sobre las elecciones que hacemos o no hacemos. Son sobre las pérdidas en nuestras vidas. Son para consolarnos y para inspirarnos y ayudar a curarnos... Para mí una buena historia de guerra es una que te impacta como importante, no para satisfacer a la guerra sino para satisfacer al corazón.”

Hace unos días supimos que el veterano inglés Mark Eyles Thomas estaba buscando a Virginia Sírtori, para devolverle el casco que había usado su padre, Daniel Sírtori, el soldado de Chajarí, durante la guerra que enfrentó a argentinos y británicos en 1982. Este hecho trascendente para la memoria de nuestro país fue posible gracias a la ayuda de Agustín Vázquez, un empleado de la administración pública seguidor de la causa de Malvinas, quien entró en contacto con numerosos veteranos del país y del Reino Unido en los últimos años. “Con la traducción por párrafos que iba realizando la propia Virginia, hija de Daniel Sírtori, Thomas agradeció la intervención del santafesino Agustín Vásquez por ayudar a contactar a la familia de Sírtori y al embajador de Argentina ante Reino Unido e Irlanda, Javier Figueroa, quien “transportó el casco a través de canales diplomáticos”. También mencionó a Waldemar y Norma Aquino por trasladarlo desde Buenos Aires a Chajarí, a la familia de Sírtori, a los veteranos y a su esposa que lo acompañó en este viaje, consignó a Chajarí al Día, según leo en Diario Uno de Entre Ríos. “Esposas, madres, padres, hermanos y amigos tuvieron que soportar la dureza del conflicto y llevar consigo la cruz hasta el final. No hubo medallas ni reconocimiento para ellos”, afirmó Thomas . Por su parte Virginia Sírtori dijo “La aparición del casco simboliza la paz. Une y deja atrás el odio. Mi viejo era eso. Era paz, unión y amistad. Él hizo aparecer el casco para dejarnos este mensaje. Lo siento así.”

El poeta William Butler Yeats, traducido por Rolando Costa Picazo en Tierra de Nadie, escribió en en 1915, a modo de epitafio:

“Creo que es mejor en tiempos como estos

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que la boca de un poeta permanezca en silencio, porque en verdad

no tenemos la aptitud de corregir a un estadista…”

por Elisa Salzmann 

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Tim O´Brien