El futbolista Voria Ghafouri, que fue capitán y formó parte de la Selección de Irán, fue detenido este jueves por las fuerzas de Seguridad de su país por apoyar las protestas
y movilizaciones en contra del régimen tras la muerte de la joven Mahsa Amini, que estaba bajo custodia de la llamada Policía de la moral.
El jugador de 35 años, que actualmente milita en el Foolad Khouzestan Football Club de la primera división iraní, fue arrestado por "insultar y socavar a la selección nacional de fútbol y por propaganda contra el régimen", informó la agencia de noticias Tasnim, cercana a la Guardia Revolucionaria. Los oficiales acudieron al entrenamiento del equipo para detener a Ghafouri.
El seleccionado iraní que participa en el Mundial de Qatar 2022 realizó un gesto de apoyo a las protestas en su debut en el torneo, donde cayó este lunes ante Inglaterra por 6-2. Los jugadores guardaron silencio durante el himno antes del inicio del partido en señal de reclamo.
Por su parte, Ghafouri, que es de origen kurdo, se mostró a favor de las protestas que se desarrollaron tras el deceso de Amini (nacida en Kurdistán), ocurrido en septiembre, y que ya ha dejado como saldo a más de 400 personas muertas.
El ex capitán de la Selección iraní es conocido en su país por su activismo y manifestarse regularmente sobre los problemas generales de la sociedad en Irán en sus redes sociales. También ha expresado repetidamente su apoyo al derecho de las mujeres a asistir a los partidos de fútbol en los estadios.
En agradecimiento por su voz, durante el primer partido de Esteghal abierto a mujeres en agosto de este año, las hinchadas gritaron el nombre de Ghafouri: "Voria, tus palabras son las palabras de la nación", se escuchó desde las tribunas.
Las protestas contra el régimen iraní
La represión de las protestas en Irán, surgidas hace dos meses por las reivindicaciones de los derechos de las mujeres tras la muerte de Amini ha dejado al menos 416 muertos, 51 de ellos niños, según informó la ONG Iran Human Rights (IHR).
Las manifestaciones fueron motivadas por la obligación de que las mujeres usen un velo para cubrir su cabeza, una norma impuesta por el ayatolá Ruhollah Jomeini, fundador de la República Islámica. Estas movilizaciones constituyen el mayor movimiento en las calles contra el poder desde la revolución de 1979.
En medio de las críticas internacionales, las fuerzas de seguridad detuvieron a unas 15.000 personas -según el informe de un relator especial de la ONU en Irán-, de las que al menos 2.000 fueron acusadas de diversos delitos, y seis de ellos fueron condenados a muerte.
FP / MCP
