El crimen de Fernando Báez Sosa (18) ocurrió el 18 de enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique, de Villa Gesell. Por el caso están detenidos ocho jóvenes, varios
Se trata de Máximo Thomsen, de 23; Luciano Pertossi, de 21; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.
Están imputados por "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", delito que tiene una pena de prisión perpetua.
Este lunes fue la undécima audiencia del juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 (TOC) de Dolores, integrado por los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari.
Lo más relevante fue la inesperada declaración de Thomsen, el más comprometido de los imputados. Habló y lloró, luego de que intentara declarar su madre, Rosalía Zárate (58), en una jornada que arrancó fuerte con el testimonio de Juan Pedro Guarino (22).
Juan Pedro Guarino
Guarino llegó a Dolores y dijo, antes de entrar a tribunales, que iba a colaborar con la Justicia. En la audiencia, señaló que "tenía más amistad con Ciro y Luciano Pertossi". Declaró durante 2 horas y 15 minutos. Sobre el final, le pidió disculpas a la familia de la víctima y afirmó que su vida se volvió "una mierda".
El joven, que estuvo detenido pero finalmente fue sobreseído junto a Alejo Milanesi, dijo que sintió "vergüenza y dolor" por lo sucedido, pero negó haber visto el momento en que sus amigos golpeaban a Fernando.
"Veo a todos los otros, a Máximo Thomsen contra un chico tirado en el piso, después me entero quién era. Al otro día me entero. Cuando vi eso no lo pude creer. Me enojó muchísimo, y me fui", relató y sostuvo que los rugbiers "ya se habían peleado anteriores veces" en otras vacaciones.
Tomás Colazo
Tomás Colazo (20) fue señalado por la querella como "el sospechoso número 11", aunque nunca estuvo acusado en la investigación. En su relato, ubicó a Luciano Pertossi peleándose en la salida del boliche.
"Me acuerdo tener cerca a Máximo (Thomsen), a Ciro (Pertossi). Era todo muy rápido, había gritos. En un momento veo a alguien en el piso y ahí le pongo el brazo a Máximo en el pecho, lo tiro para atrás, yo no soy de pelear, no me gustan las peleas, lo hice con la intención de parar. Hago eso, me mira y ve que era yo, no puedo recordar si continuó", indicó.
"Había piñas, patadas. Lo que vi cerca mío fue a Máximo, a Ciro, pegar bien no vi, ni a quién, no estoy seguro", dijo. Además, al ser consultado por el concepto que tenía sobre los imputados, respondió: "No los puedo definir, no puedo dar un concepto. No tiene que ver con el suceso, pero para mí son buenos chicos".
José Aníbal Leguiza
José Aníbal Leguiza (21), amigo de Blas Cinalli, contó que llegó a Gesell "el 18 de enero de 2020 a las 8 de la mañana" y se juntó a desayunar con él.
Cuando el abogado querellante Fernando Burlando le preguntó si notó que Cinalli estaba preocupado por el enfrentamiento a la salida del boliche, respondió: "No estaba preocupado, estaba re mamado".
Acerca de cómo sigue su relación con el imputado, contestó sin titubear: "Lo amo".
Santino Franco Massagli
Santino Franco Massagli (21), quien recibió el conocido mensaje de los rugbiers que decía 'amigo, creo que matamos a uno', contó la conversación que tuvo con su amigo Cinalli tras el asesinato.
"Me comentó que se habían peleado, que habían tenido una pelea, que se había ido un chico sin signos vitales. Si mal no recuerdo, le digo que tranqui, que capaz que se había desmayado. Él me puso que habían ganado. Mucha importancia no le di porque pienso que a esa hora de la noche podía haber estado borracho".
Al ser consultado por Burlando por el mensaje que recibió, el cual incriminó más a los rugbiers, Massagli apuntó: "Yo pensé que la verdad que estaba desmayado, que se había desmayado a alguien, no lo tomé literalmente, no dimensioné. Fue como un vaya y pase. Si hubiese sabido que era de verdad, hubiera sido otra mi manera de contestar".
María Paula Cinalli
María Paula Cinalli (57), mamá de Blas y tía de los Pertossi, habló sobre el asesinato a Fernando Báez Sosa.
"Es un desastre, una desgracia muy grande, no quiero ni pensar lo que habrán pasado los papás de este chico", remarcó.
"Nosotros también lo sentimos y lo sufrimos mucho, nosotros ni bien nos enteramos de todo esto no sabíamos quién era el fallecido, yo no siquiera sabía si era mi hijo, era todo muy confuso", dijo la mujer.
Rosalía Zárate
Rosalía Zárate, madre de Thomsen, no pudo emitir ninguna palabra en los primeros minutos, ni siquiera levantar la cabeza. Se la vio limpiarse la cara con la muñeca. En el banquillo de los acusados, su hijo no contuvo las lágrimas y quebró en llanto.
Al comenzar su declaración, reveló que tiene cáncer. Fue una de las pocas frases que logró decir antes de largarse a llorar desconsoladamente.
Entonces se dio la inesperada situación: Thomsen pidió declarar.
Máximo Thomsen
"Quiero pedir disculpas principalmente porque jamás en la vida se me hubiera ocurrido de tener intenciones de matar a alguien, dijeron varias cosas sobre mí. Tuve muchos años, no me reconocía. Quiero pedir disculpas porque es algo que nunca hubiera buscado", arrancó diciendo.
Reconstruyó cómo fue la pelea con el grupo de Báez Sosa adentro del boliche y también cómo siguió afuera. "Veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida. Salgo corriendo detrás de él y digo 'se van a pelear'. Y me pegan una piña en la cara. Lo primero que hago es defenderme tirando patadas. Pero jamás en la vida con la intención de matar a alguien", dijo y se puso a llorar.
"Hace tres años que dicen que yo soy líder", se quejó. Con estas palabras, el acusado buscó refutar la principal hipótesis de la parte acusadora: que fue una ataque grupal premeditado, en clara mayoría, con una víctima indefensa y que él llevaba el lugar de jefe. Además, reconoció la foto de su zapatilla manchada con sangre.
La reacción de la querella
Burlando, a quien Thomsen se negó a contestarle ("No me siento cómodo respondiéndole preguntas a una persona que me insultó mucho a mí, a mi mamá", sostuvo), advirtió que los rugbiers "son unos verdugos porque lo que hicieron con Fernando solo lo puede llevar a cabo un verdugo. Uno no, ocho".
"Es la peor estrategia que vi. Es muy duro para un padre escuchar lo que dice esta gente", dijo el abogado.
Además, resaltó: "No se atreven ni a justificar o decir lo que hicieron ni porque. Esto fue un pozo con inventos y mentiras que solo están en la imaginación de este pibe"
La reacción de la defensa
El abogado defensor de los imputados, Hugo Tomei, le restó trascendencia a lo sucedido en la audiencia.
"Fue una jornada más. Escucharon a Thomsen", manifestó.
El juicio
El Ministerio Público está representado por el fiscal Juan Manuel Dávila y Gustavo García. La querella, por Fernando Burlando y su equipo, Fabián Améndola, Facundo Améndola y Germán Facio.
En total, están citados 176 testigos, aunque algunos no declararán.
El proceso se reanuda este martes. Entre los testigos citados están las madres de dos imputados, los padres de otros dos, un policía, un perito informático, la jefa de la sección psicología de la Asesoría Pericial La Plata y un psicólogo clínico que intervino en la investigación.
Dolores. Enviado Especial
EMJ
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