La pandemia trajo cambios que llegaron para quedarse y también obligó a explotar la creatividad para pensar nuevas maneras para juntarse con los seres queridos. Las restricciones del momento sugerían a
Julia (6) celebró su segundo cumpleaños en un parque y esta vez con temática mundialista. Su mamá, Florencia, le propuso la idea de la plaza como lo hicieron sus compañeros y compañeras de jardín.
“Pospandemia, el 90 por ciento de los cumples de los amigos de Julia fueron en plazas. Los pocos que se hicieron en salones fueron en temporada otoño-invierno cuando el clima te puede jugar una mala pasada”, dice la mujer.
Las fiestas en las plazas no tuvieron nada que envidiarle a los salones tradicionales. De hecho, contaron con las mismas atracciones. “Contraté animación y me di cuenta de que es más barato que alquilar un espacio, porque no solo te podés quedar más tiempo, sino que también pudimos estar al aire libre, y los chicos se engancharon con los juegos del propio lugar”, remarca.
A su vez, considera que al ser un cumpleaños en verano no le veía “demasiado sentido encerrarse en un salón” y que en algunos casos si bien el gasto es similar, hay libertad de llevar “mejor comida, mejor animación y mejor cotillón”.
En 2021, a medida que se acercaba la fecha del cumpleaños de 5 de Juana, Julia empezó a barajar opciones. Como había asistido a varias celebraciones en diversas plazas, le propuso a su hija un festejo diferente, que le permitiera a la niña sentir que su cumpleaños no había pasado de largo.
En una primera oportunidad, los preparativos fueron en la plaza Mafalda, de Colegiales, y luego volvió a repetir la experiencia al año siguiente pero en la plaza Leopoldo Marechal, a pocos metros de la anterior. “Ella estaba súper emocionada por festejar”, cuenta Julia.
Respecto a la hora de decidir por un lugar de celebración, la mamá de Juana sostiene que los peloteros tradicionales “manejan precios que resultan imposibles de pagar, quedaron pasados de moda y las plazas cuentan con más ofertas de entretenimiento, incluso surge del propio juego espontáneo de los chicos y chicas”.
“Hacerlo en un parque me dio más flexibilidad en ciertas cosas como el horario, la cantidad de personas y la posibilidad de tener distintas alternativas de juegos”, admite y agrega: “Para la organización se necesitaron muchas manos para decorar, llevar, limpiar; aun así, a esta altura, no cambio la plaza por nada”.
En cuanto al precio que barajan los peloteros, suelen variar por estar sujeto a la cantidad de invitados. Un presupuesto para 25 chicos y chicas va desde 38 mil hasta 100 mil pesos. Por lo general, cuentan con servicio de catering, animación y también suelen tener en canchas de fútbol.
“A la gente le sirve, le gusta y la pasa bien, es más económico, entonces finalmente termina siendo una propuesta más completa que un pelotero donde todo es estructurado”, completa Julia.
Desde el Ministerio de Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires dicen a Clarín que “los festejos en plazas no son algo regulado, por tanto no se tiene que tramitar ningún tipo de permiso para realizarlo”.
Además, remarcan que “llevar adelante este tipo de actividades al aire libre fomenta el uso del espacio público”.
Festejo en Puerto Madero
En plena plaza de Puerto Madero, León (5) se lleva la atención de todos. El parque se tiñe de fiesta, globos, torta, telas, juguetes, pelota de colores, panchos, y animación que ambientan el lugar. "Estaba muy contento de poder hacerlo en la plaza. La verdad que fue lindo hacerlo al aire libre", expresa su mamá, Geraldine.
Para la mujer, los peloteros ofrecen una oferta "estandarizada y poco flexible", en cambio al hacerlo en una plaza "podés ajustar la fiesta a tu propio presupuesto".
Asimismo, considera que los parques "permiten a los más chicos armar sus propios juegos, llevar sus propios juguetes y usar los juegos de la plaza, además de disfrutar de la animación".
"Hay uso más creativo en la plaza. Por ejemplo, en el cumple de León, sus amigos y él se subieron al ombú y jugaron ahí. Capaz fue más protagonista que la animación", indica.
En muchos festejos al aire libre, la animación formó parte del entretenimiento central. "En el 2020, con la pandemia, todos los eventos que ya teníamos reservados empezaron a ser cancelados. En el 2021, cuando comenzaron los cumpleaños al aire libre, fue el boom de las plazas, que luego terminó convirtiéndose en una tendencia", afirma uno de los organizadores de Limoncitos Animaciones.
En cuanto a los servicios que ofrecen, no varía dependiendo el lugar donde se haga la animación.
”Nosotros llevamos absolutamente todo. Como el sonido, juegos, micrófonos, escenografía y lo necesario. En una plaza tenés que pensar que el sonido tiene que ser inalámbrico. Nosotros por ejemplo tenemos equipo de sonido a batería, eso no solo nos permite tener música sino que además podemos usar el micrófono”, señala.
Los precios de las animaciones de 45 minutos oscilan de 15 a 25 mil pesos, pero siempre varían por el traslado y cantidad de personas que asisten.
¿Qué pasó con los peloteros?
Varios testimonios sostienen que prefieren las plazas antes que los peloteros por una cuestión económica, pero también porque simplemente han pasado de moda.
A su vez, otras de las razones que inciden en el fenómeno es porque producto de la pandemia se fueron cerrando varios salones. Según la Cámara de Salones de Fiestas, el 63% no volvió a abrir sus puertas.
Rosario es la dueña de Peces Voladores, un pelotero muy reconocido de la zona de Barracas. Para ella, la pandemia “fue devastadora”.
“Cerré antes que reabra el rubro”, señala y añade que “las nuevas formas de festejos no incidieron en el cierre definitivo”.
Los casos de peloteros que han cerrado por pandemia son numerosos. María Soledad, propietaria de Marambá, relata: “Veníamos trabajando hace cuatro años y cuando comenzó la pandemia pensamos que era solo por un mes, pero duró más. Comenzamos a hacer mini festejos pensando siempre en reabrir, sin embargo en 2021 vimos que no volveríamos y ahí tomamos la decisión de cerrar”.
A su vez, muchos peloteros recurrieron a dejar sus precios congelados por la alta competencia que hay en el rubro como los cumpleaños con día de spa, juegos láser, salas de escape y otras propuestas innovadoras.
“Nosotros hemos dejado nuestros presupuestos muy accesibles porque fue difícil retomar y también porque cada salón siempre propone un diferencial”, asevera el responsable del pelotero Wembley, de Temperley.
En cuanto a las necesidades de los más pequeños, evalúa: “Notamos que los chicos se divierten más con ser más libres, porque hemos visto que los abruma mucho la estructura y lo monótono que resulta la conducción de un evento infantil”.
Se fueron creando muchas formas de festejar los cumpleaños, pero lo cierto es que la tendencia de las plazas llegó para quedarse y, junto con eso, la revalorización del aire libre y los espacios verdes.
Candela Toledo / Maestría Universidad de San Andrés / Clarín
EMJ
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