La presidenta del Perú, Dina Boluarte, pidió este martes una tregua a quienes protestan desde hace casi dos meses para exigir su renuncia, la disolución del Congreso, el adelanto de las
elecciones generales e inclusive la restitución del expresidente Pedro Castillo, en prisión preventiva por un intento de autogolpe y por cargos de corrupción.
Más de medio centenar de peruanos murieron en las protestas del 7 de diciembre. Boluarte está dispuesta a tender mesas de diálogo y fijar agendas en cada una de las regiones del país.
Las marchas y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que hasta hace una semana eran principalmente en el sur del Perú, confluyeron ahora en Lima en reclamo, principalmente, de la dimisión de Boluarte.
La mandataria interina, exvicepresidenta de Castillo, permanecerá en el gobierno hasta la fecha que fijen los legisladores, que acordaron que las elecciones generales sean en abril de 2024.
Estaban previstas inicialmente para 2026.
Crece de todos modos la preocupación internacional por el exceso de fuerza en la respuesta de la policía contra los manifestantes.
Boluarte acusó a narcotraficantes, mineros ilegales y contrabandistas de impulsar las protestas que, según la Defensoría del Pueblo, se cobraron 56 muertes en menos de dos meses.
La concentración en Lima lleva el nombre de marcha de los cuatro suyos, en referencia a los cuatro puntos cardinales del imperio inca.
Es el mismo nombre que recibió la movilización masiva de 2000, cuando miles de peruanos salieron a las calles para protestar contra el gobierno autocrático de Alberto Fujimori, quien dimitió meses después.
