En su última entrevista, Francisco retoma la línea reformista con un tema espinoso: el sexo

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Abierta la segunda fase de su pontificado con crecientes polémicas, acusaciones de personajes como monseñor Georg Gaenswein, secretario personal del Papa Emérito Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, fallecido hace casi

un mes, el pontífice argentino ha reaccionado con una larga entrevista a la agencia norteamericana AP,

La entrevista la centró ante todo en las polémicas y enfrentamientos entre conservadores y progresistas por las variadas cuestiones de argumentos sexuales que tanto han atormentado a la Iglesia.

“La homosexualidad no es un delito”, dijo Francisco y admitió que para la doctrina de la Iglesia es un pecado, un objetivo desorden. Agregó que las leyes que la penalizan “son injustas”. El Vaticano se negó el año pasado a aceptar las bendiciones de las parejas homosexuales promovidas por clérigos y hasta obispos en Alemania, porque“Diosno puede bendecir los pecados”.

Pero Francisco retomó las riendas de la línea reformista en la entrevista, viendo la que se viene, y reconoció que en algunas partes del mundo hay obispos católicos que apoyan las leyes que criminalizan la homosexualidad.

El Papa habló de “contextos culturales” y auspició que los obispos tengan “un proceso de conversión”.

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Una encíclica sobre la teoría de los géneros


El tema es el que produce los choques más difíciles. Tanto que en la tormenta que va envolviendo la segunda fase de su pontificado, un arma que los conservadores están utilizando es reclamar al Papa argentino nada menos que una encíclica sobre la teoría de los géneros. Es decir no solo homosexuales y lesbianas sino las otras variantes del llamado “tercer sexo”, que son más.

El Papa recibió hace tres día al jesuita norteamericano James Martin, director de la influyente revista “América”, autor de varios libros sobre la relación de la Iglesia con el movimiento por la liberación de los géneros que luce la sigla LGBTQ. Ni una frase de lo que hablaron en los 45 minutos de audiencia escapó fuera del aula del Palacio Pontificio.

Unos días antes el Papa había conversado también con el cardenal Willem Jacobus Eijk, experto de bioética y gran opositor de la teoría de los géneros, a la cual la Iglesia opone la tradicional que acepta solo al hombre y la mujer.

Francisco entrevista por AP en el Vaticano. Foto: AP
Francisco entrevista por AP en el Vaticano. Foto: AP

Eijk también le planteó la necesidad de una encíclica al pontífice sobre la materia “para poner fin al caos”.

La cuestión sexo en todas sus variantes registra, por ejemplo, que 67 países penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Once aplican la pena de muerte. En EE.UU., más de una docena de estados tienen leyes contra la sodomía.

En la entrevista, Francisco citó el catecismo de la Iglesia para señalar que los homosexuales deben ser recibidos y respetados y no deben verse marginados ni discriminados.

En esta segunda fase de su pontificado, el Papa ha trazado una estrategia que pone en el centro a dos asambleas, Sínodos de los Sínodos, que debatirán todos los temas principales de la Iglesia. El primero está convocado para octubre de este año. El segundo servirá en 2024 a completar el primero. En un arco de tiempo significativo, el tercer año será dedicado a un Año Santo Jubilar 2025.

La apertura de la Iglesia alemana


Estas citas deberían facilitar un entendimiento que evite rupturas y encarrile la protesta de la Iglesia alemana, que en su propio Camino Sinodal se propone como la gran renovadora del catolicismo.

Esto incluye las aperturas a los fieles y parejas homosexuales,que son actualmente bendecidas en las parroquias alemanas. También la transformación del celibato sacerdotal en optativo y la apertura del proceso de ingreso de las mujeres en el sacerdocio.

Francisco se mostró crítico en la entrevista de este miércoles. Dijo que el proceso germano hasta ahora ha sido liderado por la élite porque “no involucra al pueblo de Dios”.

El dialogo “es bueno” pero “la experiencia alemana no ayuda”. “El peligro es que se filtre algo muy ideológico”, aunque los líderes alemanes afirman que el proceso “no provocará un cisma”.

Los ortodoxos, conservadores y tradicionalistas replican al unísono que aunque no se llegue a un cisma, la experiencia alemana se resume en “una creciente apostasía” de la religión.

La salud


En la entrevista Francisco dijo que se siente bien de salud a los 86 años.

Una prueba para sus problemas en una rodilla que le impiden caminar normalmente aunque está mejor, la vivirá a fin de mes cuando visite en una gira apostólica muy empeñativa la República del Congo y el Sud Sudán. Un viaje muy importante que reunirá a millones de fieles y que fue obligado a cancelar el año pasado, cuando la artrosis de su rodilla se hizo más aguda.

¿Y la renuncia?Francisco dijo que “ni había pensado” en establecer normas para la renuncia de un Papa en el futuro. Es difícil creerle dada la importancia de un hecho tan importante como fue la dimisión de Benedicto XVI y sus casi diez años de Papa emérito.

Es más fácil pensar que Jorge Bergoglio quiere poner de relieve que su renuncia no es inmediata. Aclaró que si renuncia como Papa será obispo emérito de Roma. Papa hay uno solo, que de esto no haya ambigüedades. Hasta comentó que si llega el momento, prefiere vivir en la residencia destinada a los sacerdotes retirados de Roma.

¿Cuando llegará la renuncia?

En el momento oportuno.

¿Y cuando llegará el momento oportuno?

Cuando se logre el mejor resultado en agrupar a los sectores reformistas de la Iglesia que apoyan la obra del actual Papa. Y cuando Francisco estime que se ha llegado al nivel decisivo para garantizar una mayoría absoluta que vote al sucesor elegido para continuar con las reformas originadas en el actual pontificado.

¿Y quién será el sucesor?

Hoy se indica en las murmurationes vaticanas al presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y arzobispo de Bolonia, cardenal Matteo Zuppi. Romano, de 67 años, vecino a la Comunidad de San Egidio, el influyente movimiento de laicos.

Zuppi está identificado con Francisco y sus reformas, pero sabe hablar a los moderados y se profesó siempre un admirador de Joseph Ratzinger como gran teólogo de la Iglesia.

Vaticano, corresponsal

ap​

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