Juicio por Fernando Báez Sosa: la inocultable reacción de los rugbiers frente a Fernando Burlando

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"Todos son asesinos, no le tuvieron piedad, estaban conscientes, lo festejaron", sollozó al cierre de la extensa audiencia Graciela, la mamá de Fernando Báez Sosa (18), y aunque puede que en otros

momentos haya dicho algo similar, la lectura y elucidación de los alegatos terminaron por darle mayores certezas. No perdió detalle de las exposiciones: los fiscales y los querellantes ubicaron a los ocho rugbiers en la escena del crimen, definieron su autoría y pidieron perpetua para todos.

Fueron diez horas y media de alegatos en una jornada que comenzó con el relato de lo que ocurrió la madrugada del 18 de enero de 2020 en Villa Gesell por parte del fiscal Gustavo García, un trabajo para el que utilizó cada uno de los testimonios, chats e imágenes que se exhibieron en la etapa de prueba.

La primera jornada de alegatos la cerró el abogado de los Báez Sosa, Fernando Burlando, con el mismo pedido de pena para los ocho amigos de Zárate y con una serie de videos mejorados por un estudio gráfico, con el que ubicó en esas imágenes tan dinámicas a todos los atacantes. Por ejemplo, allí se lo ve con mayor claridad a Ayrton Viollaz, quien se creía que solo había pegado a los amigos de Fernando para evitar que se acercaran.

"Nuestro reclamo de justicia ante lo que damos en llamar el suplicio de Fernando Báez Sosa. La responsabilidad, la que tienen sus ocho asesinos, se resume en dos momentos de salvajismo y de horror. Cuadros de este filme imaginario en el que hemos asistido en estas jornadas, no fruto de la imaginación, sino producto de sumar una y otra prueba", explicó y más de una vez afirmó: "Participaron todos, pegaron todos, mataron todos".

Los padres de todos los imputados estuvieron en la pequeña sala del primer piso del Palacio de Tribunales de Dolores, sentados en tres filas detrás de las dos que ocupan sus hijos. Solo los separaba una línea de agentes penitenciarios. Permanecieron en silencio; la dureza de los alegatos los fueron atribulando poco a poco: con sus cabezas apoyadas en el respaldo del pupitre de adelante, algunos de ellos eligieron no seguir parte de la acusación.

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Es que los fiscales, Gustavo García y Juan Manuel Dávila, para fundamentar los agravantes del delito de homicidio doblemente agravado que pesa contra ellos, la premeditación y la alevosía, hicieron hincapié en los movimientos que cada uno hizo esa noche, solos y en conjunto.

García sostuvo que entre que los rugbiers fueron expulsados del boliche Le Brique y el ataque a Fernando, que ocurre cuando advierten (lo reconocen en chats los propios imputados) que "la Poli se fue", tuvieron siete minutos para determinar qué harían.

"Atacaron por sorpresa, a traición, al unísono a Fernando, sin que pudiera defenderse", sostuvo García y agregó: "Acordaron matar a Fernando y esperaron el momento adecuado para hacerlo".

Luego de mostrar los videos del ataque de Fernando en la calle, el mismo fiscal sostuvo que "la alevosía agrava la menor posibilidad de defensa de la víctima, es similar fundamento para la premeditación, cuya posibilidad de defensa de la víctima se ve disminuida por la pluralidad de agentes".

Los fiscales Dávila y García. Foto: Andres D'Elia.
Los fiscales Dávila y García. Foto: Andres D'Elia.

Destacó el hecho de que el ataque de los rugbiers se dio en simultáneo y desde distintos lugares. E hizo una curiosa comparación: "Cuando el doctor Burlando dijo 'dos flancos', a mí que soy bastante grande se me vino a la cabeza el croquis de la batalla de San Lorenzo, cuando San Martín escondió a los granaderos detrás del convento y atacó a los realistas de los dos flancos. Y es tal cual", dijo para afirmar que esta forma de atacar no sólo mostraría una estrategia, sino que también les dio una ventaja en el ataque.

"Ahí está la estrategia de cómo atacar sin ningún riesgo y aprovechando la situación de indefensión en la que estaba Fernando", expresó García.

El fiscal confesó que dudó al darle nombre al capítulo de su exposición que habla de "la atracción y fascinación" de los videos -fue el que el que finalmente le puso-, porque entendió que el crimen de Fernando Báez Sosa, o mejor, el hecho de que haya sido filmado, terminó por opacar el resto de la prueba. Por ejemplo, el testimonio de los testigos presenciales del hecho.

Los abogados Facundo y Fabián Améndola, junto a Fernando Burlando. Detrás, los papás de Fernando Báez Sosa. Foto German Garcia Adrasti.
Los abogados Facundo y Fabián Améndola, junto a Fernando Burlando. Detrás, los papás de Fernando Báez Sosa.Foto German Garcia Adrasti.

"Nunca en mi vida vi 23 testigos presenciales del hecho. Todos algo aportan respecto a lo que ocurrió. Sin embargo, es como que le dimos demasiada trascendencia a los videos, como que nos sacó de foco del resto de la prueba", expuso, y a continuación presentó esos mismos videos, ahora sincronizados con el resto de la prueba, una sólida y minuciosa reconstrucción del minuto a minuto del ataque.

Ahí se oyó la primera objeción de Hugo Tomei, el abogado de los imputados, para quien esos videos no eran más que un "montaje". La presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, resolvió que la fiscalía pudiera continuar con la exhibición de las imágenes.

"El apoyo fílmico gráfico, de los alegatos, es una metodología aprobada por el Tribunal, inclusive lo hemos hablado antes del juicio. Por otro lado, esto que usted dice que es un montaje, estamos viendo videos que durante el debate hemos visto todos", dijo. Luego, Tomei volvería a objetar la exposición de otro trabajo hecho sobre los videos, los que expuso Burlando, sin éxito también.

Hugo Tomei alegará este jueves. Foto German Garcia Adrasti.
Hugo Tomei alegará este jueves. Foto German Garcia Adrasti.

El fiscal Dávila, a continuación, definió los roles de cada uno de los rugbiers esa madrugada. Los ubicó a los ocho en la escena,y lo sindicó como coautores a Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).

Se los acusa por "homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves reiteradas". Un delito que prevé prisión perpetua.

También pidió que se procese por falso testimonio a Juan Pedro Guarino, quien fue sobreseído, y a Tomás Colazo, nunca imputado en la causa. Pero ambos estuvieron con los ocho acusados en Villa Gesell esa madrugada. Los fiscales entienden que no contaron la verdad, y que omitieron información. "No tengo duda de que mintieron", aseguró Dávila.

Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de la víctima, al final de una extenuante audiencia. Foto Germán Garcia Adrasti.
Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de la víctima, al final de una extenuante audiencia. Foto Germán Garcia Adrasti.

Hasta entonces, tres horas y media de alegatos y un par de breves cuartos intermedios, los rugbiers prestaron atención tanto a la pantalla como a lo que sostenían sobre ellos los fiscales. Luego, al turno del alegato de la querella, que tomó en principio Burlando, resolvieron fijar la mirada al frente. Lo detestan al abogado, que también terminó pidiéndoles perpetua para todos.

"Buscaron la muerte. Los golpes fueron como disparos de arma. Cada patada fue un tiro. Fernando Báez Sosa fue fusilado a golpes y patadas", dijo el querellante.

Sostuvo que "Máximo Thomsen es el líder de la manada, el resto los obsecuentes". Luego: "Ayrton Viollaz dio la orden", y agregó: "Fernando era un despojo, excelentísimo tribunal, cuando ya se lo habían llevado de trofeo. Todo fue por las espaldas. Sin riesgo para la manada. Desde mi punto de vista, como cobardes. No improvisaron ni un solo movimiento, porque ya sabían moverse, conocían el protocolo y manual de los golpes".

La llegada de los imputados. Foto Germán Garcia Adrasti.
La llegada de los imputados. Foto Germán Garcia Adrasti.

Burlando cerró con un video mejorado, que fue pixelado pero no editado, sobre el que señaló con distintos colores a los imputados en la escena, alrededor de Fernando, alrededor de su amigo Tomás D'Alessandro (también pateado en el suelo), y demostró que los ocho rugbiers estuvieron allí. 

Facundo Améndola, hijo de otro letrado de la querella, Fabián Améndola, se encargó de ubicar los roles que tuvo cada uno esa noche, qué hicieron para que el resultado fuera la muerte de Fernando Báez Sosa, y se refirió a los padres de los acusados, allí en la sala. 

"Los padres de los imputados vinieron acá a contar lo que les pasaba a ellos. Ninguno sintió empatía por los padres de la verdadera víctima, Fernando Báez Sosa. Ninguno dijo que sus hijos son inocentes. Solo relataron sus padecimientos", explicó en el tramo final de su intervención, y al responder una frase que había dejado Héctor Benicelli, padre de Matías, se quebró. El hombre había dicho que con el juicio se intentaba "curar dolor generando más dolor".

Le respondió el joven abogado: "No, no venimos a curar dolor con más dolor. Sino a curar dolor con justicia por Fernando Báez Sosa, a quien le arrebataron la vida cuando estaba de vacaciones". La mamá de Fernando se puso de pie para abrazarlo.

Este jueves, a partir de las 12, será el turno de la defensa que encabeza Tomei, asistido por su ahijada, Emilia Pertossi, hermana y prima de tres de los imputados, que también podrían decir sus últimas palabras antes del veredicto, previsto para el lunes o martes próximo.

Dolores / Enviado Especial

EMJ

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