El Papa inicia su postergado viaje a Africa, desangrada por el hambre y las guerras

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El Papa iniciará este martes su 40° viaje apostólico con una peregrinación hasta el domingo 5 de febrero a dos países riquísimos en Africa, con sus subsuelos plenos de minerales y

considerados entre los más pobres del mundo, para darles consuelo y esperanza en un ambiente de violencia, carestía de alimentos y desastres climáticos.

En la República del Congo y en Sudán del Sur, Francisco promoverá una reconciliación nacional que los aleje de las guerras civiles, como un peregrino de paz para alejar los conflictos y la violencia que no se detienen.

El Papa argentino irá también al segundo país más grande de Africa, con más de 90 millones de habitantes, la mitad de los cuales son católicos, como “un pastor que encuentra al pueblo de Dios” en la República del Congo.

A Sudán del Sur, que se independizó en 2011 de Sudán, Jorge Bergoglio viajará junto con los jefes angliganos, el arzobispo de Canterbury Justin Welby y el moderador de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace.

Se trata de una común peregrinación ecuménica, inédita en la historia, para testimoniar a los fieles de las dos principales religiones cristianas de una joven nación martirizada por el hambre y guerras, el compromiso de sus líderes para ayudarlos a emprender el camino hacia el crecimiento económico social y la paz.

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La visita africana estaba prevista para mediados del año pasado, pero el Papa debió suspenderla debido a los problemas de movilidad que le planteaban los dolores a una rodilla que le impedían caminar.

Ahora está mucho mejor, aunque solo puede caminar brevemente y no puede celebrar misas y otros actos religiosos que preside, delegándola a otro religioso. Pero los fieles y sus interlocutores han asimilado la necesidad del Papa de seguir utilizando la silla de ruedas en sus desplazamientos.

Una mujer observa una imagen del Papa en su celular, en una iglesia de Goma, en la República Democrática del Congo, días atrás. Foto: AP
Una mujer observa una imagen del Papa en su celular, en una iglesia de Goma, en la República Democrática del Congo, días atrás. Foto: AP

Desafío para Francisco


La de esta semana es una de las giras más difíciles para Francisco, en particular en la República Democrática del Congo, castigado por la violencia en el este del país, que lo obligó a cancelar la visita prevista a Goma, segunda ciudad congoleña.

En las regiones orientales están activos más de cien grupos armados, en parte financiados por muy poderosos intereses económicos detrás del dominio de riquezas minerales tan importantes como las minas de coltán, en la frontera con Ruanda, un mineral imprescindible para fabricar aparatos electrónicos y las armas modernas más complejas.

La primera parada del Papa será en Kinshasa, una de las principales metrópolis africanas, con 16 millones de habitantes. Francisco paseará a bordo del Papa móvil saludando a la multitud que se congregará para celebrar su llegada.

La Iglesia católica tiene una gran influencia en lo que se llamó Zaire y antes de la independencia el Congo belga. El momento culminante de su visita a Kinshasa será la misa en el aeropuerto de Ndolo a la que se espera acudirá más de un millón de personas.

Imposibilitado por razones de seguridad de viajar a Goma, el Papa recibirá en el edificio de la nunciatura apostólica (embajada vaticana) donde se alojará, una delegación de víctimas de la violencia en el este del país que le testimoniarán sus sufrimientos.

En esas zonas castigadas por la guerra el año pasado fue asesinado el embajador de Italia en Kinshasa, Luca Attanasio, y su custodio.

En la región de Uturi más de doscientos civiles murieron en las últimas seis semanas debido a los choques militares y los atentados. Más de 50 mil personas fueron forzadas a huir. Según las Naciones Unidas, los desplazados en esa provincia suman un millón y medio.

Violencia y recursos naturales


El Papa criticará en sus intervenciones la explotación desmedida de los recursos naturales con el uso de una violencia que embiste a los trabajadores y a los demás habitantes del país.

El secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, que visitó el Congo en preparación de la visita del Papa, dijo que las heridas causadas por la violencia “son muy profundas”.

“Es una situación prolongada: violencia, oposición y conflictos. El hecho de que el Papa se reúna con las víctimas de esta situación es un gesto muy significativa que sin dudas las reconfortará", aseguró Parolin.

Un concierto de música gospel organizado como parte de los eventos por la visita del Papa en Kinshasa, República Democrática del Congo. Foto: REUTERS
Un concierto de música gospel organizado como parte de los eventos por la visita del Papa en Kinshasa, República Democrática del Congo. Foto: REUTERS

Los enfrentamientos en el este, sobre todo en la zona de Goma, se ven alimentados por el choque creciente entre la Republica de Congo y Ruanda, acusada de dar apoyo al M23, el grupo guerrillero más importante, que estaría implicado en el asesinato del embajador italiano y el suboficial de carabineros que lo escoltaba.

En el Vaticano señalaron que “la comunidad internacional teme que el conflicto pueda alargarse con consecuencias desestabiizadoras en las regiones de Africa oriental”.

Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, más de 26 millones de personas enfrentan un hambre severa en la República del Congo.

La Iglesia Católica ha sostenido siempre con firmeza la necesidad que el país tenga regímenes democráticos y que el proceso electoral no sea interrumpido. En diciembre habrá elecciones presidenciales y los grupos políticos aspiran a contar con el apoyo o la benevolencia de los católicos, la fe religiosa más importante del país.

Los congoleses de todas las religiones están impactados con la visita del Papa, la primera desde que en 1985 estuvo Juan Pablo II. Desde entonces, los largos conflictos han dejado miles de muertos y millones de desplazados obligados ante todo a luchar contra el hambre y la desnutrición.

Calendarios con la imagen del Papa Francisco frente a la caterdral de Nuestra Señora del Congo, en Kinshasa, este domingo. Foto: AP
Calendarios con la imagen del Papa Francisco frente a la caterdral de Nuestra Señora del Congo, en Kinshasa, este domingo. Foto: AP

Visita inédita a Sudán del Sur


El viernes el Papa se despedirá de los congoleses y partirá hacia Yuba, la capital de Sudán del Sur, el más joven y atormentado país africano.

Independizado del resto de Sudán en 2011, dos años después se desató la guerra civil, enfrentando a grupos étnicos diferentes. El resultado fue una masacre estimada en 400 mil personas.

Cinco años más tarde, se logró controlar la guerra aunque hasta ahora no se ha logrado la premisa de consolidar la paz con un ejército nacional unificado.

La llegada por primera vez de un Papa representa ya un elemento de pacificación significativo. Pero la naturaleza de la visita es aún más extraordinaria porque Francisco llegará acompañado por los dos líderes más importantes de la Iglesia anglicana. En Sudán del Sur es importante la presencia de los anglicanos. No hay antecedentes de un viaje ecuménico tan importante en la historia cristiana.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia Ian Greenshields, acompañarán al Papa católico. Welby comentó: "Después de siglos de división, los líderes de tres partes diferentes del cristianismo se están uniendo de una manera sin precedentes".

En 2013, los líderes políticos de Sudán del Sur visitaron al Papa en el Vaticano, acompañado por los jefes de la iglesia anglicana. En un gesto notable también sin precedentes que se recuerden, el pontífice se arrodilló y besó los pies de los líderes sudaneses, implorándoles que se convirtieran en “artesanos de la paz”.

Mujeres sudanesas muestran una bandera con fotos del Papa Francisco, en Yuba, Sudán del Sur, este lunes. Foto: AFP
Mujeres sudanesas muestran una bandera con fotos del Papa Francisco, en Yuba, Sudán del Sur, este lunes. Foto: AFP

La población de este nuevo Sudán, entre los que hay dos millones y medio de desplazados y refugiaos y 2,3 millones que huyeron del país por la guerra civil, vieron el gesto del Papa por los medios y recibieron con júbilo la actitud del pontífice argentino.

Ahora se preparan para recibirlo, como les prometió cuando debió suspender el año pasado su viaje por problemas de salud.

Sudán del Sur está considerado entre los países más pobres del planeta, con un ingreso por habitante de apenas 322 dólares. La población vive en parte gracias a las ayudas de las organizaciones internacionales.

Más de ocho millones y medio de personas, el 76% de la población, sufre de hambre la enfermedad más difundida en este país.

Tras su llegada, el Papa se reunirá con los líderes políticos en Yuba y el sábado 4 de febrero lo hará con los religiosos en la catedral de Santa Teresa. También ese día recibirá en la catedral a delegaciones de desplazados internos y los escuchará.

Los tres líderes religiosos participarán de una celebración ecuménica precedida en el mausoleo de Jonh Karang, héroe de la independencia. En un país de 11 millones de habitantes, el 70% se identifica como cristiano, anglicano, católico o presbiteriano.

El el escocés Greenshieds dijo que su Iglesia había colaborado con la Iglesia católica desde 2015 para “apoyar el trabajo vital por la paz, la reconciliación y a resolución de conflictos”.

Agregó: “Rezamos para que esta visita con el Santo Padre sea un catalizador para que los líderes de Sudán del Sur se concentren en lo que los une y no en lo que los divide, porque todos son amados por igual a los ojos del Señor”.

Vaticano, corresponsal

CB​

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