Dominique Metzger, la chef que colgó el delantal y soñaba con Telenoche: ahora ocupa la silla de su amiga Mónica

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No es Lionel Messi, ni Julián Álvarez ni Enzo Fernández, pero algo la emparenta con ellos. Los videos que muestran a los 'muchachos' de chiquitos compartiendo el sueño de

jugar un Mundial tienen algo de esos viejos recortes de diario en los que se lee que, hace muchos años, Dominique Metzger soñaba con Telenoche. Era su Copa del Mundo.

Y, ahora, sin la capa negra ni la cinta de capitana, la alza sin más prepotencia que la del trabajo. Ése que la llevó a pisar cada una de las baldosas de su camino periodístico: empezó atendiendo un teléfono en Desayuno (el primer noticiero matutino de la TV, que producía su padre) y siguió haciendo pie en cada escalón, sin saltearse ni uno.

Porque lo suyo fue avanzar -de a poco, pero fue- hacia adelante y hacia arriba. Y esa chica que quedaba fascinada viendo a Mónica Cahen D'Anvers manejando como nadie los hilos del que fue -durante décadas- el mejor noticiero argentino ahora ocupa su silla. Es, oficialmente, la nueva conductora de Telenoche junto a Nelson Castro (a las 20, por El Trece).

Metzger llega al canal entre las 11.30 y las 12 y se va 22.30. Conduce en el cable y en la TV abierta. Foto: juan Manuel Foglia.
Metzger llega al canal entre las 11.30 y las 12 y se va 22.30. Conduce en el cable y en la TV abierta. Foto: juan Manuel Foglia.

Y, sin embargo, sigue siendo -o al menos se percibe- ese tipo de gente que toca su cielo con las manos, pero se preocupa por no despegar los pies del piso. La sencillez, el humor a mano, el lenguaje simple, la búsqueda por acortar la distancia entre la noticia y el espectador la vuelven cercana.

En las antípodas del estilo engolado, explica que “a mí me sale ser fresca, natural, no sé, no me va marcar distancia. Yo también soy público y me gusta que me informen claro, entender. Detesto la solemnidad. Se puede ser creíble, serio y confiable también desde la coloquialidad”.

BANER MTV 1

La nueva dupla del programa que inauguró Mónica el 3 de enero de 1966, junto a Tomás Eloy Martínez y Andrés Percivale, se probó como pareja de reemplazo durante las vacaciones, pero ante la salida definitiva de Diego Leuco y Luciana Geuna, ellos quedaron en cancha, en una suerte de continuidad sin fiesta de lanzamiento.

Nelson & Dominique

Se les nota la buena química, potenciada por la diferencia de estilos y de trayectoria. En ellos hay un médico y una chef. Hay dos periodistas que buscan reconquistar una audiencia que encontraba en Telenoche al mejor noticiero. No en vano ganó 15 Martín Fierro. Y se llevó la estatuilla de Oro en el 2000.

-Ojalá que no se transformen en esas parejas que se pelean en cámara por ver quién mete el último bocadillo.

-No, eso no pasará, jugamos para el mismo equipo. Esa más, sobre la marcha salió algo que me encanta y le pedí a Nelson que quedara para siempre. Yo le digo al aire que cierre con una frase suya: “Nos vamos con buen humor y espíritu deportivo”.

Hija de Eduardo Metzger -histórico productor de televisión- y de María Cristina González -ex gerenta de contrataciones en Canal 9 y el viejo Canal 11-, creció en los pasillos de los canales, espiando detrás de cámaras, compartiendo mesas con amigos como Mónica, “mi ídola”.

César Mascetti, junto a Dominique Metzger y su hermana Mariana.
César Mascetti, junto a Dominique Metzger y su hermana Mariana.

El álbum familiar que comparte generosamente una de sus hermanas las encuentra paseando con Mónica y César, por caso.

Unos días antes de esta nota con Clarín, Dominique la llamó por teléfono.

Y, desde su afectivo búnker en San Pedro -donde transita el duelo tras la muerte de su compañero, en todos los sentidos de la palabra- le dijo “que estaba muy contenta, que me recontra felicitaba. Que le gustaba la pareja, que somos personas serias en el plano profesional, pero sabía que le íbamos a poner una sonrisa nuevamente a Telenoche. Me marcó mucho eso: que, además de informar, no había que olvidarse de hacer sonreír a la gente”.

Si bien hay registro -video cedido por los Metzger a este diario- de los primeros pasos que dio la pequeña Domi en una fiesta familiar, con micrófono en mano, no estaba en sus planes iniciales trabajar en la televisión.

De chica decía que, de grande, “sería embajadora del mundo”. Luego se formó como chef y finalmente ingresó a Desayuno, pero no como columnista culinaria, aunque el titulo del ciclo invitara a calzarse el delantal. Detrás de cámara sintió la necesidad de estudiar periodismo y cursó la carrera en TEA.

Sola en la madrugada

Ya con su Norte más definido, hace 15 años ingresó a TN, en una franja que no pintaba óptima, pero para ella fue la mejor. Era trabajar de lo que quería y de lo que sabía.

Debutó el 1° de enero de 2008, cubriendo la madrugada en la calle, de 0 a 7: “Entré como movilera suplente, en una tarea un tanto hostil, con choques, incendios, paros de transporte, inseguridad, pero no daba para negarme porque creo que las oportunidades hay que aprovecharlas. Si pedía otro turno tenía miedo de que no me llamaran más. Y de ahí en más todo fue paso a paso y hermoso”.

Lejos de los que hablan de sus propios derroteros como golpes de suerte o bendiciones sorpresivas, reconoce que “no tuve un ascenso meteórico, lo mío siempre fue pico y pala, y a repetición. Estuve un año y medio en ese horario y pensaba que nadie del medio iba a ver mi laburo, que no tendría chance de que me probaran en otra cosa”.

-¿Y vos qué querías, exactamente?

-No tenía pretensión de figurar, sólo de que se viera más lo que hacía. Mi deseo más profundo era llegar a Telenoche. Y, después de dos años, un día llegué.

-¿Fue la cobertura de tu vida?

-No exactamente, pero yo estaba dando el reporte de mi vida y no lo olvido más. Me mandaron al peaje de Hudson, creo que era un fin de semana largo. Informaba cuántos autos pasaban por minuto.

-¿Estabas suelta como ahora?

-No, pero no salió tan mal. Lo que pasa es que me anotaba todo y me apoyaba en mis papelitos para tener más seguridad. Me dijeron “aire” y me mandé.

En ese entonces, el noticiero estaba conducido por María Laura Santillán y Santo Biasatti. Confiesa, con la mente puesta en aquella nota, que “tal vez lo podía haber hecho un poquito mejor, pero nadie me va quitar nunca la felicidad que tenía ese día. Era estar en el programa que había visto toda mi vida”.

Saber esperar, para pegar el salto 

Y, a 13 años de aquel debut, ahora le toca compartir las riendas de la conducción. Sabe que Telenocheya no es lo que era, pero que tranquilamente puede volver a serlo: “Pasa por momentos difíciles, con lo cual vivo esto como un desafío enorme. La intención es que recupere el lugar que tenía entre la gente. Siempre fue la excelencia periodística”.

Reconoce sentirse “revolucionada. Y fue una sorpresa la convocatoria. Porque, además, pensaba en esa máxima que dice que 'Quien hace reemplazos nunca es titular'. Y yo estuve varios veranos haciendo pareja con Fede Wiemeyer”.

Como si estuviera viendo sus trabajos en un monitor, describe su estilo como “natural, fresco, sin casete, muy cercana a la gente. Y una de mis virtudes quizás pase por ahí, por el hecho de que no te lo cuento como te lo contaría ‘la de la tele’, sino como alguien que conocés. Por eso, lo que jamás podría hacer es impostar. Hablo y me muestro como soy. Y en eso me siento muy Mónica”.

-Y ¿cuál sería el retrato conceptual de Nelson?

-Nelson es un tipo súper cariñoso, se ocupa mucho del otro. Y lo hace de un modo muy genuino. Es un gran jugador de equipo que no necesita estar contando su trayectoria. Escucha mucho, se involucra e informa con una claridad y una profundidad únicas. Es uno más. Y si tiene que ir a la esquina, o a donde sea, con un móvil va sin drama. Enorme compañero. Ninguno de los dos está en divo y eso suma.

-No manejan la misma clase de humor, ¿verdad?

-No, pero le estamos encontrando la vuelta al punto de encuentro. Lo pico un poquito y enseguida agarra todas. Y no es de los que se ofenden si le digo cualquier cosa.

-Cualquier cosa, ¿cómo qué?

-Ponele, el otro día hablábamos de la mujer de un jugador que bailaba en el carnaval y yo decía que no entendía de dónde se agarraba el conchero, porque ¿viste que no tiene tiritas al costado? Y él levantó muy bien el guante y dijo “Eso se llama la línea interglútea”.Y fue genial ese momento.

De Devoto a Qatar, y regreso con premio

Dominique Metzger en la cobertura de Bariloche tomada por las cenizas.
Dominique Metzger en la cobertura de Bariloche tomada por las cenizas.

Entre sus coberturas que dejaron huella en TN y Telenoche figuran la de las cenizas en Bariloche, la de la pueblada en Junín cuando recibió un piedrazo en la cara (2013), la de los premios Oscar en 2017 y la más fresquita, desde las calles y los estadios de Qatar, durante el Mundial que ganó la Selección argentina: “Ese viaje fue maravilloso, divertido, intenso, de mucho laburo grupal”.

-Y, cuando volviste, tuviste premio…

-Me dijeron lo de conducir Telenoche con Nelson, pero lo tomé como una suplencia más. Y luego escuché un “queremos ver qué pasa” y acá estamos, en la gloria.

Dominique agredida en la pueblada de Junín, hace 10 años.
Dominique agredida en la pueblada de Junín, hace 10 años.

Ya no está en radio Continental, con lo cual se reparte ahora en dos trabajos: de 13 a 16 conduce Nuestra tarde, por TN, y de 20 a 21.15, Telenoche. “Me la paso en el canal y reconozco que me encanta. La tele es un lugar muy cómodo para mí, es como si estuviera a salvo”, dice quien llega entre 11.30 y 12 y se va 22.30 rumbo a su departamento de Devoto, cerca de su familia.

Mujer de televisión, su primer contacto del día con la actualidad es a través del celular, viendo los portales de noticias, y luego, sí, “un poco de tele”. Sabiendo que después tendrá "mucha tele" desde adentro.

La palabra de Mónica

Mónica, César y los Metzger (Dominique entre Mascetti y su papá), navegando por el Paraná.
Mónica, César y los Metzger (Dominique entre Mascetti y su papá), navegando por el Paraná.

Su teléfono le devuelve elogios y felicitaciones por su nuevo rol. Y le refresca una cita con su padre para estos días: “Me dijo de juntarnos para decirme algunas cositas de cómo me ve… después te cuento”, promete relajada, sabiendo que lo que le dirá será desde el conocimiento de causa.

En este punto de la charla, recuerda un pedacito de la conversación que tuvo con Mónica hace poco: “Me dijo que me deseaba lo mejor y que supiera que El Tata (César Mascetti, que falleció en 2022), desde arriba, nos iba a estar mirando”.

Tras ese silencio que impone la emoción apuntando al alma, Dominique agrega que “seguramente ahí también estará mi querido Edgar”. Habla de Edgardo Antoñana (murió en 2017), con quien armó una de las mejores duplas de TN.

En ese segmento matinal de los fines de semana comenzó a desplegar su abanico de herramientas, su modo descontracturado, su capacidad para la empatía y -sin quererlo, pero sí deseándolo, que no es lo mismo- fue construyendo su pista de despegue para llegar a la silla en la que tranquilamente, hace más de 30 años, le pudo haber hecho upa su amiga Mónica.

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