Es ucraniano, cumple 100 años y pidió de regalo plata para enviar una colecta a su país

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Pedro interrumpe la emisión de "Gran Hermano", se disculpa ante Olga, su mujer, y recibe a Clarín. Llega con un andador pero dice que es algo de unos días más, que ya

se pondrá bien. Pedro Andruziak es el hombre más longevo de la comunidad ucraniana en la Argentina y este viernes cumple 100 años. "No quiero festejos, ni grandes reuniones, ni regalos", fue el claro mensaje para su familia que lo ama.

Hace casi un año que el ánimo de Pedro está en picada pero gracias a su fortaleza ese ánimo nunca se estrelló, siempre logró remontar la cuesta. "Soy una persona optimista por naturaleza, creo que pensar en positivo siempre me ayudó y haber cumplido cien años es, en parte, por tener esa personalidad y, después, por el cariño de mi familia incondicional. Pero lo que está sufriendo mi país me tiene muy angustiado, lloro por mi gente, lloro de impotencia, lloro en silencio".

El flyer empezó a circular en la comunidad ucraniana en Argentina. "Lo que hace Pedro es muy valorable y habla de su generosidad", dicen sus connacionales.
El flyer empezó a circular en la comunidad ucraniana en Argentina. "Lo que hace Pedro es muy valorable y habla de su generosidad", dicen sus connacionales.

Cuando Andruziak les dijo a su mujer Olga y sus hijas Mariana y Sonia que quería algo bien austero para celebrar su centenario de vida, acto seguido agregó. "Y va para ustedes también -les dijo con autoridad y cariño a la vez-. Si ustedes me van a regalar algo, no me lo compren, me gustaría hacer una colecta, recaudar fondos con ese dinero que iban a gastar para enviar insumos a la ciudad de Lviv", donde se encuentra un grupo de voluntarios necesitado de ayuda.

Desde que Rusia invadió Ucrania, en febrero de 2022, la salud de Pedro se deterioró un poco, pero no deja de ser asombrosa, por su avanzada edad, la lucidez, fortaleza y fluidez del referente de la comunidad ucraniana en Argentina.

"Mucha malasangre, esto no es vida, enterarse a tantos miles de kilómetros de que se están perdiendo valiosas vidas, que está en riesgo la independencia para un pueblo luchador, sufrido y para el que la patria lo es todo, es devastador. Pero como dije antes, no pierdo las esperanzas. Espero irme de este mundo con la ansiada paz en mi tierra".

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Pedro recibe un regalo dulce de sus hijas Mariana, Sonia e Ivana. "Es muy goloso", dicen.
Pedro recibe un regalo dulce de sus hijas Mariana, Sonia e Ivana. "Es muy goloso", dicen.

A Mariana, la hija que está a su lado, no le gusta esa expresión. "A fin de año lo tuvimos con Covid, lo padeció, fueron muchos días de fiebre y el cardiólogo no era muy optimista hablando de optimismo, pero papi es Highlander... Se recuperó pero a los pocos días se cayó y se fracturó el pie, por eso utiliza andador".

Cuidado y amado por sus hijas y mujeres, Mariana está pero no interviene, aunque acota: "Es el Patriarca, las vivió todas y es la persona a la que se sigue acudiendo. Es el que sabe, el que recomienda, el que tiene la palabra justa",

De repente, Pedro empieza a tararear, como que va afinando y canta. "Aun no han muerto la gloria ni la libertad de Ucrania/Aún a nosotros, hermanos compatriotas, sonreirá el destino/Se desvanecerán nuestros enemigos como el rocío bajo el sol/Gobernaremos nosotros, hermanos, en nuestra propia tierra".

Conmueve ver cantar a Pedro, emociona ver emocionado a Pedro, mientras su hija traduce nada menos que el Himno Nacional, con una letra nunca tan actual como la realidad.

"Estoy orgulloso del presidente Zelensky, un valiente que está allí y siempre dio la cara, pero sobre todo por mi pueblo, que combate con el corazón y que está dispuesto a dar su vida por la independencia".

Pedro Andruziak, Olga y su nieto Ivo, el hijo de su hija Mariana.
Pedro Andruziak, Olga y su nieto Ivo, el hijo de su hija Mariana.

Se lo ve energizado a Pedro y el cronista le pide alguna otra canción, si no es molestia, y consulta con su hija. Cantan a dúo una folclórica que se llama "Nese Halia Bodu" y una más, muy pegadiza "Oj u Luzi Chervona Kalyna". La voz y la entonación de Pedro sorprenden. Y sonríe por primera vez. "Siempre me gustó cantar y también bailar... En mis años mozos bailaba paso doble, vals, fox-trot e hice el intento con el tango, que me fascina pero es difícil. Mi tango preferido es 'El sueño del pibe´, de Francisco Canaro".

Después del intermezzo de ficción, Pedro vuelve a la realidad. "Tengo un familiar que está en combate, el hijo de mi prima hermana, se llama Igor... Es un civil, un muchacho de campo que no está preparado, tiene poco más de cuarenta años y lo llamaron del ejército. No tenía elementos para estar en el frente de guerra, pregunté qué necesitaba y pude enviar dinero para que compren un casco y un chaleco antibalas".

A partir de esa iniciativa, Don Andruziak empezó a pensar en la idea de realizar una colecta para ayudar a su pueblo. "Quiero agradecer esta posibilidad de salir en un diario tan importante para pedirle y darle las bendiciones a todo aquel que quiera ayudar... Todo lo recaudado será utilizado para comprar insumos para las personas afectadas". La cuenta para realizar envíos es de mercado pago: Gloria.Ucrania.mp.

Confiesa Pedro que nunca imaginó "semejante resistencia del pueblo ucraniano. Todos pensaban que en unos días Putin se adueñaría de nuestras tierras... Somos un pueblo pacífico pero podemos ser leones si nos sacan lo que nos pertenece. Sólo una mente perturbada y desquiciada como la de Putin (algunas palabras las dice en ucranio), pudieron volver loco al continente europeo".

Vuelve a su cumpleaños y a una cifra que, reconoce, no estaba en sus planes (tranquilamente luce como si tuviera 80). "Tener 100 años no es sencillo. Hay que estar en mis huesos, pero aquí estoy, ando, me muevo, como, río y lloro. Soy una persona -se ríe con ganas-. Y aprendí a adaptarme a este cuerpo. Lamento no poder correr, no poder bailar y no poder abrazar a los que dan la vida por mí y por tanto millones de compatriotas".

Pedro siente "un amor inexplicable" por los colores de la bande de su país. "Hay que ser ucraniano para comprender".Foto: Marcelo Carroll
Pedro siente "un amor inexplicable" por los colores de la bande de su país. "Hay que ser ucraniano para comprender".Foto: Marcelo Carroll

Reflexiona Pedro ante quien es ajeno al sentir ucraniano. "Hay que llevar esta bandera adentro -se aferra a los colores azul y amarillo- para entender lo que se sufre. Nuestro patriotismo no tiene razón, sino que hay una fuerza interior inexplicable. En la Argentina es distinto, no existe esa pasión por la patria porque tampoco está la amenaza de un invasor".

La rutina de Pedro es zambullirse dos o tres veces al día a su computadora y empezar a ver los portales de los diarios ucranianos para saber, de primera mano, cómo se sobrellevan las desventuras de la guerra. "Debo reconocer que, por pedido de mis hijos, aflojo un poco con el tema y trato de pensar en otra cosa, aunque me resulta difícil".

Miembros de la comunidad ucraniana en Argentina están orgullosos de su líder. "De Pedro no nos sorprende nada, hace honor a sus genes. Es una iniciativa conmovedora, altruista de alguien muy querido por la colectividad. Tratándose de Andruziak, con el afecto y respeto que inspira, creemos que habrá una buena respuesta", dicen desde la Asociación de Cultura Prosvita, entidad que sostiene los ideales de libertad y soberanía del pueblo.

¿Qué regalo desearía más? Piensa y sonríe Pedro. "Arrasar con Putin, quisiera la muerte del dictador Putin, que hoy por hoy sería la única solución para que la guerra termine. Y como segundo regalo, volver a Ucrania, unos días. Estar allí, reencontrarme con mi ciudad, Ivano Frankivsk, a la que no voy desde 1992, cuando fui al tiempo de la independencia. Sería un sueño, no tendría nada más que pedirle a la vida".

PS

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