Permanecen todavía sobre el vallado en la esquina los Tribunales de Dolores los carteles con la imagen de Fernando Báez Sosa (18) jugando al fútbol, sonriente abrazado a un amigo, pedidos de
En tanto Dolores empieza a retomar su pulso de pueblo de siesta establecida, los fiscales, los querellantes y los defensores examinan en detalle los fundamentos del Tribunal Oral en lo Criminal 1 para urdir sus estrategias. Las cinco perpetuas y las tres penas por las participaciones secundarias, más allá del "alivio" que los papás de Fernando dijeron que les depararon, no terminaron de conformar: todas las partes apelarán.
Los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García insistirán en el pedido que formularon en su alegato, en que las coautorías que derivaron en las penas a prisión para Máximo Thomsen, Enzo Comelli, los hermanos Luciano y Ciro Pertossi, y Matias Benicelli, deben extenderse a sus tres amigos, Lucias Pertossi (primo de los anteriores), Ayrton Viollaz y Blas Cinalli, considerados partícipes secundarios.
Para esto ya hicieron la reserva en el TOC 1. No dejaron pasar un día de los siete de plazo que tienen para hacerlo. Hugo Tomei, el abogado defensor, y los querellantes del equipo de Fernando Burlando, anticiparon a este diario que harán la reserva de apelación en las próximas horas.
En total, las partes tienen desde el momento en que dictó el veredicto veinte días para argumentar su queja, la que luego será elevada al Tribunal de Casación bonaerense.
Burlando avisó que apelará el fallo porque consideró que tres acusados "se vieron beneficiados" con una pena a 15 años "deben tener una pena acorde a la que fue su actividad en el crimen, es perpetua para todos, como dije el primer día".
Los argumentos del fallo por el crimen de Fernando Baéz Sosa
Al mismo tiempo, tras la denuncia que los fiscales Dávila y García hicieron por falso testimonio contra Juan Pedro Guarino y Tomas Colazo, se iniciará una nueva investigación. Estará a cargo de un fiscal de instrucción de Dolores a partir del visto bueno que dio el TOC 1.
Ambos jóvenes, amigos de los condenados, estuvieron a metros de la escena del crimen y sin embargo, cuando declararon, más allá de haber avisado que habían llegado para colaborar con la Justicia, dijeron no recordar nada.
"No se acordaron de nada de lo que pasó, por lo que no tengo dudas que estas personas por omisión mintieron, por lo que se va a solicitar que se inicie una causa por separado por falso testimonio”, anunció entonces Dávila.
Los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari hicieron lugar al planteo para que se extraigan copias de la causa y se inicie una investigación y establecer así si los dos jóvenes, que no fueron sometidos a juicio y declararon en calidad de testigos, cometieron falso testimonio. De ser hallados culpables, les pueden dar de un mes a cuatro años de prisión.
Mientras tanto, tras una jornada de emociones fuertes y un impacto mediático sin precedentes para un caso con decenas de particularidades, Graciela Sosa y Silvino Báez ya están de regreso en su departamento del barrio de Recoleta, donde el papá de Fernando trabaja de encargado de un edificio. Y los ocho condenados por matar a su hijo pasaron su primera noche como tal en la Alcaidía 3 de La Plata, en Melchor Romero.
De momento, en las mismas condiciones en las que estaban cuando les corría la prisión preventiva. En cuatro celdas, los ocho rugbiers se enfrentan a un próximo escenario que les puede marcar el destino inmediato, cuando la Justicia y el Servicio Penitenciario Bonaerense definan a dónde cumplirán sus condenas.
Dolores. Enviado especial.
GL
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