En lucha desesperada contra el tiempo, un equipo de rescatistas consiguió sacar con vida a Zeynep Kahraman, de 40 años, de los restos de un edificio en la ciudad turca de
Kirikan, luego que permaneciera 104 horas bajo los escombros. La mujer fue sacada en camilla en medio de los aplausos de los presentes, en una situación casi milagrosa porque a cada minuto que pasa hay menos chanecs de encontrar a sobrevivientes del devastador terremoto que azotó a Turquía y ya dejó más de 27 mil muertos.
"Ahora creo en los milagros", dijo en el lugar Steven Bayer, jefe del equipo internacional de búsqueda y rescate. El sismo que hizo temblar hace más de 100 horas a Siria y Turquía provocó más de 23 mil muertes, según informaron autoridades locales. Además, los heridos ya superan ampliamente los 80 mil.
"Puedes ver a la gente llorando y abrazándose. Es un gran alivio que esta mujer, en esas condiciones, haya salido tan bien. Es un auténtico milagro", amplió el rescatista Bayer.
Se trata del terremoto más mortífero de la región en décadas en el sur de Turquía y el noroeste de Siria. Donde, además de las víctimas fatales y heridos, cientos de miles de personas más se han quedado sin hogar y sin alimentos en las sombrías condiciones invernales, desesperadas por un esfuerzo de ayuda multinacional para aliviar su sufrimiento.
Según la agencia de calificación financiera Fitch estimó que los daños económicos por el sismo superarán los 2.000 millones de dólares y probablemente alcancen los 4.000 millones.
Además del terremoto, por estas horas la zona está sometida a muy bajas temperaturas que agravan la situación tanto para las posibles personas atrapadas entre los escombros como para los supervivientes, que no encuentran camas en los albergues habilitados en gimnasios o mezquitas o que prefieren dormir en autos o tiendas que volver a sus casas.
