“Bolsonaro es un fiel imitador de Trump”

Internacionales
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó ayer del surgimiento de una “ultraderecha organizada mundial” y pidió atención a las “actitudes nazis” que pueden surgir de ahí, en

una entrevista en Washington con motivo de su visita a la Casa Blanca.

Aunque Lula se ha mostrado convencido de que la “democracia prevalecerá” en Brasil tras los ataques a las instituciones del 8 de enero, alertó que hay “una ultraderecha organizada en el mundo”, presente, ha dicho, en países como España, Francia, Hungría o Alemania.

“Si no tenemos cuidado, habrá actitudes nazis a partir de ahí”, puso de relieve en una entrevista con la periodista Christiane Amanpour ha puesto de relieve en una conversación con la cadena CNN, en la que tratado diversos asuntos, como la presencia de Jair Bolsonaro en Estados Unidos, la crisis medioambiental o la guerra de Ucrania, conflicto para el que se ha propuesto como “hombre de paz”.

Aprovechando su paso por Estados Unidos, Lula ha comentado las grandes similitudes entre los ataques del Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 y los de la Explanada de los Ministerios el 8 de enero de este año, subrayando la vinculación entre los expresidentes Bolsonaro y Donald Trump.

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“Nunca pudimos imaginar que en un país que era el símbolo de la democracia en el mundo, alguien pudiera intentar invadir el Capitolio”, ha valorado el presidente Lula, quien ha calificado a Bolsonaro como un “fiel imitador de Trump” al que “no le gustan los sindicatos, los trabajadores, las mujeres o los negros”.

Hablando de su rival político, Lula ha descartado que tenga intención alguna de pedir al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que intervenga para extraditar a Bolsonaro. “No voy a hablar de eso, que lo decidan los tribunales. Un día volverá a Brasil y se enfrentará a los juicios que tiene en su contra”, ha dicho. En ese sentido, ha cifrado en casi media docena los procesos judiciales que Bolsonaro tiene abiertos, y si bien ha vaticinado que “vendrán más”, confía en que pueda ser condenado “en algún tribunal internacional por el genocidio” que supuso su gestión de la crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus.

A su vez, ha contado que Bolsonaro podría ser “castigado” también por “el genocidio contra el pueblo indígena yanomami” por el abandono de las instituciones y la permisividad de su gobierno con la minería ilegal a pesar de ser tierras protegidas por el Estado.

En relación con los problemas medioambientales, Lula ha reconocido que queda mucho por hacer en Brasil, sobre todo tras la herencia recibida, y ha remarcado su compromiso para reducir emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 39 por ciento y luchar contra la deforestación legal.

Por último, en lo que respecta a Ucrania, Lula, que se ha mostrado desde que comenzó la invasión rusa muy crítico con las potencias occidentales por el papel que estaban desempeñando en el conflicto, ha insistido en que Brasil no se unirá de ninguna manera a la guerra, pues su objetivo es “terminar” con ella. No obstante, ha subrayado “el derecho a defenderse” de Ucrania tras el “error” de Rusia que supuso la invasión y se ha propuesto como intermediario en el conflicto. “Quiero terminar la guerra”, ha enfatizado.

Para ello, ha revelado que aprovechó la reciente visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a Brasil para hacerle saber que quiere hablar de este asunto con el presidente ruso, Vladimir Putin, e incluso con el chino, Xi Jinping.

“Quiero hablar de paz con Putin. Quiero hablar de paz con el presidente Biden, quiero hablar de paz con Xi Jinping. Quiero hablar de paz con India, con Indonesia, porque para mí el mundo solo se desarrollará si tenemos paz”, concluyó.