Brecha de género en tecnología: un mercado en el que aún hay cinco varones por cada mujer

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Es una realidad. Si bien cada vez son más las mujeres que se animan a dar el paso en un mercado históricamente dominado por hombres como el de la tecnología, continúan

siendo minoría.

Mientras que en nuestro país seis de cada diez estudiantes en las universidades son mujeres, en carreras de ciencias aplicadas y programación apenas alcanzan un 15%.

A nivel mundial la cifra es similar: actualmente solo hay un 18% de mujeres en ciencias de la computación a nivel educativo, y un 31% en el mercado profesional.

Y en América Latina la brecha de género no parece muy distinta: un 58% las personas que finalizan sus estudios de grado y maestría son mujeres, pero el porcentaje de graduadas se reduce al 20% en carreras de ingeniería y a un 32% en profesiones relacionadas con tecnologías de la información y comunicación.

Según datos de Argencon, en 2021 el porcentaje de mujeres profesionales en empresas de la industria del conocimiento superó el 50%, pero en el área tecnológica sólo alcanzó el 24.5%.

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Algo está cambiando

Sin embargo, hay situaciones que comienzan a moverse. Las estadísticas son malas, sin dudas, pero muchas empresas tecnológicas contratan mujeres, las ponen en total igualdad de condiciones y generan valor.

“Honestamente, para mí el aporte es el mismo que puede hacer cualquier persona que tiene ganas de sumar en un proyecto. Lo que pesa es el talento de cada uno, que no tiene género, del valor que cada uno le da al trabajo, esto tiene que ver con las personas y con la relación con su vocación”, explica Mar Gestoso, Head de Talento y Cultura de Paisanos, una compañía argentina que usa la tecnología para generar experiencias y conectar a startups y grandes empresas con sus clientes a través del desarrollo de productos digitales, y que ya tiene todo su equipo repartido entre mujeres y hombres.

Gestoso, head de Talento y Cultura de Paisanos
Gestoso, head de Talento y Cultura de Paisanos

Gestoso afirma que, sin dudas, es una decisión que la empresa toma, en este caso en el papel de su cofundador, Santiago Echazú, muy joven y con mente abierta. “Hay mucha gente que rompe los paradigmas y que está en esos lugares que son a los que queremos ir, hay un montón de mujeres en tecnología hoy, aunque quizás no estén tanto en redes o no tengan tanta visibilidad. Lo que hay que hacer es salir a buscar este cambio desde las compañías. Nosotros no abrimos una búsqueda solo para mujeres, nosotros abrimos búsquedas y salimos a buscar a mujeres porque queremos trabajar con ese aspecto de la diversidad dentro de la empresa”, explica Gestoso.

Por su parte, Florencia Trotta, de Nimble Giant, desarrolladora de videojuegos, cuenta que “las mujeres aportan la otra mirada, esa que por mucho tiempo fue escasa en la industria y que contribuye a la construcción inclusiva”. Según explica, la idea es transitar el camino hacia la paridad, siendo los beneficios sumar todo el potencial y las habilidades que tienen las mujeres y las personas no binarias.

Las chicas de Nimble Giant
Las chicas de Nimble Giant

Y, entonces, ¿por qué todavía este desfasaje? Marina G. Alvarez, responsable de Diversidad Américas en NTT DATA Europa y LATAM, cree que “uno de los factores primordiales se centra en la elección que las mujeres realizan al finalizar su formación de grado. Estudios locales revelan que el volumen de inscripciones de mujeres en carreras universitarias supera ampliamente al de los hombres, pero, al analizar el campo de especialización elegido, la relación hombre/mujer en la elección de disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) se evidencia una significativa caída: una relación cercana a cinco hombres por cada mujer”.

Entonces, quizás las mujeres, a diferencia de la ejecutiva de Paisanos, por ejemplo, no creen que haya oportunidades para ellas también.

Nicolás Kneler, gerente de operaciones de Microverse para América Latina, coincide en que la desigualdad en la educación es uno de los motivos del desbalance.

Pero la nueva modalidad del trabajo remoto permite a las mujeres que eligen ser madres realizar sus tareas desde su hogar y lograr un equilibrio entre la vida profesional y familiar, e incluso les otorga la posibilidad de internacionalizarse. “La gran oferta laboral del sector, que año tras año genera miles de nuevas vacantes en el país y en el mundo resulta también un poderoso atractivo”, dice Kneler.

Además de estas empresas argentinas que sí apuestan a las mujeres, se potenció también el surgimiento de agrupaciones como “Chicas programadoras” y “Chicas en tecnología”, que buscan formar una red de apoyo, ayudando a mujeres a capacitarse e insertarse en un mercado laboral que hasta hace pocos años les resultaba esquivo.

Tercera edición de "Programando un mundo mejor", organizado por Chicas en Tecnología
Tercera edición de "Programando un mundo mejor", organizado por Chicas en Tecnología

El mismo escenario se replica a nivel mundial, donde a pesar del crecimiento en el porcentaje de trabajos tecnológicos ocupados por mujeres, y las políticas de inclusión impulsadas por las grandes empresas del mercado, aún quedan brechas por cerrar, siendo la salarial una de las más importantes.

“La empatía suele estar también más relacionada a las mujeres, pero para mí no debería pasar. Los valores deberían ser valores universales -concluye Gestoso-. Y la sociedad tendría que velar por ellos a nivel histórico para todas las personas por igual”.

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