Recién a la medianoche de este viernes Gustavo y su esposa Judith, los abuelos de las gemelas argentinas de 12 años que se arrojaron a la calle desde un tercer piso, estarán
En Barajas abordarán un avión de una aerolínea low cost para llegar a Barcelona. El trayecto dura una hora y media. Su familia vive a una hora de allí, en Sallent, un pueblo que no consigue salir de su estupor.
Irán directo al hospital donde permanece internada, grave, aunque con el registro de una leve mejoría, Leila, la nena que sobrevivió a la caída. Su hermana Alana murió en el momento.
"Mi hijo me llamó, me dijo que hubo una mejoría y que los médicos van a intentar despertarla. Movió los párpados cuando escuchó la voz del padre", contó Gustavo Lima durante la interminable espera en el aeropuerto de Buenos Aires. La nena, que el 7 de marzo próximo cumplirá 13 años, está internada en una sala de terapia intensiva.
“Está con asistencia mecánica respiratoria. Van a esperar a que se cumplan 72 horas para medir su reacción clínica", agregó Lima.
La tragedia
Su papá Lucas estaba en casa a la hora de la siesta, en otra habitación, cuando las nenas arrimaron un par de sillas a la baranda del balcón para ganar altura, treparon a ellas y se lanzaron a la calle. La mamá estaba en su trabajo, en una cafetería. Fue el martes.
Los Mossos d'Esquadra, el cuerpo de policía catalán, fueron los primeros en llegar y encontraron cartas de cada una de las nenas, manuscritas, disculpándose y dando pistas de los motivos que las llevaron a tomar semejante decisión.
Según contó Lima, el principal sería el bullying que sufría Alana por su decisión de que se la aceptara como varón. “Ella quería que la llamaran Iván”, contó, "y sus compañeros le decían Ivana". Recientemente, la nena se había cortado el cabello muy corto, "como un varoncito", hecho que habría generado más burlas.
A medios españoles, otros familiares de las gemelas contaron que "lo pasaban mal en el colegio" y que sabían "que hacía mucho tiempo que se reían de ellas". Otro de los motivos, se dijo, es que ninguna de las dos hablaba catalán, y por su acento argentino eran blanco del bullying escolar que ahora, después de que el ayuntamiento lo descartara, se está investigando en la Justicia.
Las gemelas y su hermano Amadeo, de 10 años, se radicaron con sus papás en Sallent, un pueblo de 7 mil habitantes a unos 70 kilómetros al oeste de Barcelona, después de dos años en los que les costó establecerse en España. De Mar del Plata, donde vivían, se fueron ni bien comenzó la pandemia, en marzo de 2020 en busca de mejores condiciones de vida.
Lima y su esposa viajaron desde esta ciudad en auto después de lanzar una colecta para recaudar fondos y poder viajar. Los ayudó la viralización de su pedido de ayuda y en horas tomarán un vuelo por primera vez. Algo desorientados en el aeropuerto, entre múltiples trámites (Cancillería los asistió) y en medio de tanto dolor, pero seguros de llegar: "Alana, nuestro angelito nos acompaña", dice el abuelo.
Mar del Plata. Corresponsal
SC