Decenas de miles de manifestantes colmaron este domingo el Zócalo, la principal plaza pública de Ciudad de México, en rechazo a una reforma electoral aprobada por la mayoría oficialista en el Congreso,
Bajo la consigna #MiVotoNoSeToca, una multitud vestida de blanco y rosa, los colores institucionales del organismo electoral, llenó gran parte de la explanada de la capital y varias calles aledañas del centro histórico de Ciudad de México.
"¿A qué le tiene miedo? ¿A la ciudadanía? ¿A la democracia? ¿A elecciones libres y neutras?", señaló este domingo en Twitter Claudio X. González, uno de los organizadores de la protesta, sobre las medidas de seguridad en la plaza, en uno de cuyos flancos está el palacio donde vive el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario de centro izquierda se hallaba este fin de semana de gira por el interior del país.
Los cambios cuestionados
Los opositores rechazan modificaciones a leyes impulsadas por López Obrador y que fueron avaladas el miércoles pasado por el Legislativo, dominado por el oficialismo y sus aliados.
Según el autónomo Instituto Nacional Electoral (INE), esos cambios eliminan 85% de su personal de carrera y reducen la capacidad operativa del organismo, al que López Obrador acusa de ser oneroso y de haber tolerado fraudes en el pasado.
El INE asegura que las reformas disminuyen su estructura territorial al eliminar 300 juntas distritales que tiene en todo el país y que son los órganos que preparan, organizan y celebran las elecciones. En cada estado habría ahora una oficina operada por una sola persona.
Con estos cambios se afecta la actualización y depuración del padrón electoral (conformado por unos 93 millones de votantes), señaló la entidad en un análisis de los artículos aprobados.
También desaparece el personal encargado de capacitar a los jurados de votación y se limita la capacidad para monitorear la propaganda electoral en radio y televisión, agrega.
Igualmente, la reforma acota las atribuciones del INE para sancionar a los funcionarios públicos que se expresen a favor de un candidato en campaña.
"Piezas clave del diseño legal e institucional del sistema electoral mexicano que ha permitido la renovación pacífica y periódica de los poderes a través del voto libre y secreto pueden correr el riesgo de verse lesionadas", subraya el instituto.
López Obrador se defiende
Los opositores denuncian que con estos cambios se afecta la independencia del INE y se inclina la balanza a favor del gobierno de cara a los comicios presidenciales, previstos para mediados de 2024.
López Obrador ha descalificado la protesta de este domingo, al señalar que detrás está un grupo de "corruptos" que quiere volver al poder para seguir robando. El presidente, cuya popularidad ronda 60%, defiende la reforma al asegurar que la organización de las elecciones en México es onerosa.
El mandatario, sin opciones legales para buscar la reelección, ha insinuado que quienes asisten a la protesta defienden también a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante el gobierno del ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), quien acaba de ser declarado culpable en una corte de Nueva York por narcotráfico.
"Vienen a decir: 'El INE no se toca', pero también 'García Luna no se toca', y en el fondo es 'el régimen corrupto y conservador no se toca'. Para eso es", afirmó el gobernante en sus más recientes conferencias de prensa.
López Obrador denuncia que le "robaron" la presidencia en los comicios de 2006 y 2012.
Las modificaciones a las leyes electorales fueron avaladas luego de que en diciembre pasado fracasara una reforma constitucional en la que el oficialismo proponía eliminar al INE, al no alcanzar los votos necesarios.
Ese intento dio pie a una multitudinaria protesta el 13 de noviembre en Ciudad de México, a la que López Obrador respondió movilizando a decenas de miles de sus simpatizantes en la capital.
Tanto el INE como los partidos de oposición anunciaron que demandarán el llamado "plan B" del gobierno ante la Suprema Corte de Justicia.
Fuente: AFP
CB
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