Suman 62 los cadáveres hasta ahora recuperados del naufragio de la nave turca que chocó contra unas rocas y se arenó en una playa de Calabria en la madrugada de este domingo.
Según la organización humanitaria Médicos sin Fronteras, la embarcación partió hace cinco días con 177 personas a bordo.
Si esta cifra es exacta, descontando los 81 sobrevivientes y los 62 cadáveres ya recuperados, habría otras 34 personas desaparecidas. Pero algunos de los que lograron salvarse dijeron que había más gente a bordo.
El testimonio de una mujer sobreviviente, recogido por una organización católica que colabora en las tareas del naufragio, echó más dudas sobre el número de desaparecidos: “Cuando estábamos a 500 metros de la playa, los traficantes que gobernaban la nave vieron unas luces y creyeron que era la Policía. Decidieron huir pero necesitaban velocidad con menos peso y tiraron por la borda a más de veinte personas”.
Durante esas maniobras, el barco terminó chocando unas rocas y arenándose a 150 metros de la playa. Una mitad del “caccio” se rompió y hundió. “Allí no se salvo nadie”, dijo otro testigo.
En el hospital adonde fueron llevados los heridos (uno está muy grave en terapia intensiva), una joven que logró llegar nadando dijo que sintieron "un fuerte ruido y la barca se rompió por la mitad pasando por un escollo”.
“Yo estaba abrazada a mi marido y en un instante nos encontramos en el mar. A mi marido no lo volví a ver”, agregó. Uno de los carabineros que participan de los rescates dijo que su esposo fue encontrado muerto en la playa.
Otro testimonio del desastre fue el de Alef y su marido, quienes contaron que pagaron 2.500 euros primero y al embarcarse otros 2.500. Lo que sumó, en total, unos diez mil euros por los dos. También sostuvo que algunos debieron pagar 8.000 euros por persona.
Los criminales traficantes de personas hacen negocios millonarios con habitantes desesperados de países pobres que buscan huir hacia la próspera Europa.
Las autoridades italianas ya lograron identificar a dos presuntos traficantes que trataban de huir. Uno de ellos es turco. Van a ser procesados por los tribunales penales de Crotone, la ciudad calabresa que está a veinte kilómetros del lugar del desastre.
Las escenas que dejó el horror
Entre los 62 muertos hay 14 niños. Dos de ellos eran hermano mellizos. Un bebé fue encontrado en la playa. Otros tres flotaban en el agua.
Un voluntario en los rescates contó que en la mañana del domingo, cuando se descubrió el desastre humano que dejó la tragedia ocurrida a las 4:40 de la madrugada, vio “un espectáculo que te destrozaba el corazón”: el de dos madres, una con la nariz visiblemente fracturada, que caminaban por la playa llamando a los gritos a sus hijos, a a quienes no encontraron
Las operaciones de búsqueda abarcan unos veinte kilómetros en las costas calabresas, coordinadas por la Capitanería de Puerto de Crotone y la Guardia Costera. También participan algunos aviones y helicópteros, mientras que se están empleando buzos en el lugar del naufragio, donde se hundió la mitad del barco de madera turco.
Mientras se alzan las polémicas en Italia entre el gobierno y la oposición, la semana próxima en Bruselas, capital de la Unión Europea de 27 países, se reunirán en forma conjunta los ministros del Interior y de Relaciones Exteriores para tratar la situación.
No hay otra solución al “cementerio del Mediterráneo”, que en diez años causó más de 26 mil muertos, que la Unión Europea se asuma colectivamente una política a fondo para controlar la inmigración aluvional que en los próximos años amenaza aumentar más rápidamente que ahora.
Roma, corresponsal
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