En medio de un velatorio con custodia policial, la familia de Máximo Jerez denunció este lunes que los autores del crimen en Rosario dispararon desde un auto polarizado. La tía del nene de
"Estamos todos dolidos porque nos tocaron un chico inocente", afirmó Antonia sobre el estado crítico del barrio Los Pumitas. Luego destacó que el niño fallecido "era muy querido" por la comunidad qom afincada en ese sector del noroeste de la ciudad.
Al recordar lo que pasó entre la noche del sábado y la madrugada del domingo en Cabal al 1300 bis, la mujer precisó que empezaron a tirar tiros desde un "auto negro" con vidrios polarizados. Su testimonio difiere de la primera hipótesis oficial, referida a un hombre que llegó a pie y abrió fuego contra un grupo de personas que estaba cerca del sitio donde habían comido los chicos.
Maxi jugaba al fútbol con la camiseta 11 en el club que lleva el nombre del barrio. Allí fueron a despedirlo familiares, amigos y docentes de la Escuela Taigoyé, que amaneció con la bandera a media asta. La medida se replicó en el resto de las instituciones educativas por iniciativa de la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafe).
La noche anterior, las autoridades locales del gremio docente publicaron una carta para leer en todos los establecimientos durante la jornada. "Basta de matar a nuestros alumnos y alumnas", exigieron.
Durante el velatorio, el padre de la víctima afirmó que los asesinos "buscaban a alguien, pero agarrar gente inocente no vale la pena". Julio enfatizó que en el sitio de la balacera "todos eran niños".
"Estábamos comiendo una pizza, yo hago pizza casera", aclaró la tía del nene sobre la situación en la que les dispararon a los menores de edad. Al respecto, comentó que se juntaron en la vereda cuando ya había refrescado y después habían ido a un kiosco vecino a comprar algo para tomar tereré.
Antonia confirmó que uno de los chicos de 13 años herido en el ataque se encontraba estable durante su internación, al igual que la nena de 2 años que recibió un disparo en el brazo derecho. En cambio, el primo de Máximo seguía "luchando por su vida" en el Hospital de Niños Zona Norte.
"Espero que la persona que mató a mi sobrino tome conciencia, nadie me lo devuelve. La comunidad se levanta llorando", exclamó la mujer entre lágrimas. Luego se quejó de que "la policía de Rosario jamás sirvió en la vida" en el barrio y enfatizó: "Cuando llamás a una ambulancia, pasan y nunca dicen nada".
Desconsolada por el asesinato, la tía de Máximo remarcó que los chicos "no viven de la droga" en Los Pumitas. "Viven cartoneando y no ganan nada", subrayó.
"¿Por qué no se ponen las pilas y vienen a ver cómo vivimos nosotros? Vivimos mal, pero seguimos", expresó la mujer que vio el feroz ataque durante la madrugada del domingo. Por otra parte, concluyó: "Estamos mal, nos arruinaron la vida completa".
En medio de las especulaciones sobre el motivo del asesinato, la familia de Máximo desmintió parentescos con Mauro Gerez, preso como líder de una célula de Los Monos que operaba en los barrios vecinos de Ludueña y Empalme Graneros. En este sentido, la tía del nene agregó: "Jamás en la vida tuve una amenaza. No nos metemos con nadie".
Al margen del crimen en Los Pumitas, Rosario sumó otro homicidio a última hora del domingo. Pasadas las 23, un joven de 27 años falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
Fuentes policiales reportaron que Eduardo Benítez recibió múltiples disparos cerca de la esquina de Rouillón y Bulevar Seguí. Después del ataque, su papá lo llevó a la guardia del centro de salud municipal para pedir ayuda. Minutos más tarde, murió por un paro cardiorrespiratorio.
A partir de este episodio, este año ya se registraron al menos 63 homicidios en el departamento Rosario. En los primeros seis días de marzo se reportaron siete muertes y se mantiene el promedio de casi una víctima fatal por día en lo que va de 2023.
Rosario. Corresponsalía.