El acuerdo negociado por China entre Irán y Arabia Saudita pone patas arriba la diplomacia de Medio Oriente y desafía a EE.UU.

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Finalmente, hay un acuerdo de paz en el Medio Oriente. No entre Israel y los árabes, sino entre Arabia Saudita e Irán, que se han enfrentado durante décadas. Y con la intermediación no

de Estados Unidos sino de China. Un nuevo escenario geopolítico con Washington, al margen.

Este es uno de los desarrollos más locos y turbulentos que cualquiera podría haber imaginado, un cambio que dejó las cabezas dando vueltas en las capitales de todo el mundo. Las alianzas y rivalidades que han regido la diplomacia durante generaciones se han puesto patas arriba, al menos por el momento.

Los estadounidenses, que han sido los actores centrales en el Medio Oriente durante los últimos tres cuartos de siglo, casi siempre los que están en la sala donde las cosas suceden, ahora se encuentran al margen durante un momento de cambios significativos.

Los chinos, que durante años jugaron solo un papel secundario en la región, de repente se han transformado en el nuevo actor de poder. Y los israelíes, que han estado cortejando a los saudíes contra sus adversarios mutuos en Teherán, ahora se preguntan dónde los deja esta novedad.

El diplomático chino Wang Yi durante la ceremonia que abre el acercamiento histórico entre Irán y el reino saudita, un giro notable en la geopolítica regional y mundial. afp
El diplomático chino Wang Yi durante la ceremonia que abre el acercamiento histórico entre Irán y el reino saudita, un giro notable en la geopolítica regional y mundial. afp

“Este es un gran problema”, reconoce Amy Hawthorne, subdirectora de investigación del Proyecto sobre la Democracia en Oriente Medio, un grupo sin fines de lucro en Washington. “Estados Unidos no podría haber negociado un acuerdo así con Irán, ya que no tenemos relaciones".

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"Pero en un sentido más amplio, el prestigioso logro de China la coloca en una nueva liga diplomática y eclipsa cualquier cosa que Estados Unidos haya podido lograr en la región desde que Biden asumió el cargo”, añade

La Casa Blanca ha acogido públicamente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán y no expresó ninguna preocupación abierta sobre el papel de Beijing en volver a unir a los dos. En privado, los asesores de Joe Biden sugirieron que se estaba dando demasiada importancia al avance y se burlaron de las sugerencias de que indicaba una erosión de la influencia estadounidense en la región.

Por cierto, para Irán y Arabia Saudita, tras décadas de enfrentamientos,  la decisión de reabrir las embajadas que se cerraron en 2016 representa solo un primer paso. No significa que los sunnitas de Riad y los shiítas de Teherán hayan dejado de lado todas sus profundas y viscerales diferencias.

La clave del acuerdo, según lo que los saudíes dijeron a los estadounidenses, fue el compromiso de Irán de detener más ataques contra Arabia Saudita y reducir el apoyo a los grupos militantes contra el reino. 

Viejas rivalidades

Irán y Arabia Saudita han librado efectivamente una devastadora guerra de poder en Yemen, donde los rebeldes Houthi alineados con Teherán lucharon contra las fuerzas saudíes durante ocho años. Una tregua negociada con el apoyo de las Naciones Unidas y la administración Biden el año pasado detuvo en gran medida las hostilidades.

La ONU estimó a principios del año pasado que más de 377.000 personas habían muerto durante la guerra a causa de la violencia, el hambre o las enfermedades. Al mismo tiempo, los hutíes han disparado cientos de misiles y drones armados contra Arabia Saudita.

El Sr. Biden una vez prometió convertir a Arabia Saudita en un estado “paria” por orquestar el asesinato de Jamal Khashoggi, un columnista saudí de The Washington Post residente en los Estados Unidos. Pero accedió a regañadientes a visitar el reino el año pasado, ya que buscaba bajar los precios de los combustibles disparados por la invasión rusa de Ucrania.

Ahora Riad recurre a los chinos. “Algunas personas en el Golfo claramente ven esto como el siglo chino”, dijo Steven A. Cook, académico de estudios de Medio Oriente en el Consejo de Relaciones Exteriores. “Los saudíes han expresado interés en unirse a la Organización de Cooperación de Shanghái (que lidera Beijing) y una buena parte de su petróleo va a China”.

“Es una señal de la agilidad china aprovechar algo de la ira dirigida a Estados Unidos por parte de Arabia Saudita y un poco de vacío allí”, dijo. “Pero es un reflejo de que los saudíes y los iraníes han estado hablando durante algún tiempo”, comenta.

China reunió a Arabia Saudita con Irán en un momento en que Israel esperaba que EE.UU. lo reuniera con Arabia Saudita. Después de haber establecido relaciones diplomáticas con otros Estados del Golfo, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, Israel desea ansiosamente hacerlo también con Arabia Saudita.

Tal movimiento marcaría un cambio fundamental para Israel con su vecindario hostil durante mucho tiempo. Pero los saudíes habían pedido más de lo que Washington está dispuesto a dar. A cambio de abrir lazos formales con Israel, los saudíes reclamaron a EE.UU. garantías de seguridad, ayuda para desarrollar un programa nuclear civil y menos restricciones a las ventas de armas.

En cuanto a Irán si bien se logró calmar las hostilidades en Yemen, la administración Biden no logró revivir un acuerdo nuclear con Teherán negociado en 2015 por el presidente Barack Obama y luego abandonado por Donald Trump.

Dos años de diplomacia se han estancado y la agencia de vigilancia de la ONU dice que Irán ahora tiene suficiente uranio altamente enriquecido para construir varias armas nucleares si así lo desea, aunque aún no ha perfeccionado una ojiva.

El president echino Xi Jinping, busca ganar espacio en las regiones estratégicas que ha ido abandonando Estados Unidos. AFP
El president echino Xi Jinping, busca ganar espacio en las regiones estratégicas que ha ido abandonando Estados Unidos. AFP

Obstaculizado por las sanciones estadounidenses, Irán se ha movido para profundizar sus relaciones con Rusia y ahora con China. Teherán ha proporcionado drones muy necesarios para que Rusia los use en su guerra en Ucrania.

No a una coalición con los sauditas contra Irán

Al recurrir a Beijing para mediar con los saudíes, Irán está elevando a China en la región y tratando de escapar del aislamiento impuesto por Washington. E Israel encuentra sus esperanzas de una coalición anti-iraní con Arabia Saudita evidentemente frustradas.

Los funcionarios de la administración de Biden dicen que Irán está bajo una presión real y sufre una profunda angustia económica debido a las sanciones estadounidenses. Pero eso tampoco significa que China, uno de los signatarios del acuerdo nuclear original, quiera que la potencia persa tenga un arma nuclear.

Si Beijing tiene una nueva influencia en Teherán, los funcionarios estadounidenses esperan que tal vez pueda usarla para frenar las ambiciones nucleares de Irán. No obstante, es desconcertante para muchos legisladores estadounidenses veteranos ver a China jugando un papel tan grande en una región después de años de avances.

China ha estado buscando bases militares propias en la región mientras busca recursos energéticos e influencia más allá de Asia. La decisión de involucrarse en la ruptura entre Arabia Saudita e Irán deja en claro que hay otro jugador a tener en cuenta. El orden regional está cambiando.

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