En modo candidato, Daniel Scioli busca potenciar un perfil autónomo y rescata planteos de Javier Milei

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Dicen quienes lo frecuentan en Brasil y durante sus visitas constantes al país que Daniel Osvaldo Scioli nunca sonó más optimista. El embajador argentino en Brasilia está tan confiado que, en charlas con

dirigentes de su confianza, no descarta que el peronismo gane en primera vuelta gracias a la dimensión de la interna opositora. No importa si no hay encuestas que sostengan esa hipótesis. Libre de ataduras, el ex gobernador bonaerense evita confrontar con los propios y hasta rescata planteos de Javier Milei mientras se ilusiona con gobernar con el apoyo de opositores duros como Patricia Bullrich.

De los errores siempre se aprende”, contesta el vicepresidente de Néstor Kirchner cuando le sugieren que esta vez no repita los pasos en falso de la estrategia de la campaña de 2015 que lo dejó en la orilla, a 680 mil votos de la presidencia.

Después de que publicara un mensaje ambiguo pero elocuente sobre su voluntad de ser candidato, algunos de sus laderos hace 8 años -que hoy también lo acompañan- recuerdan que, cuando "el candidato pasó a ser el proyecto”, la confianza que el círculo rojo había depositado en él, se quebró.

Contá con nosotros. Los carteles a favor de Scioli que aparecieron esta semana.
Contá con nosotros. Los carteles a favor de Scioli que aparecieron esta semana.

Para otros, tampoco fue de ayuda la designación a dedo de Claudio Zannini como como su compañero de fórmula. Ahora, Scioli -que tampoco le echa la culpa al actual procurador del Tesoro- piensa influir en un 100% en la elección de su compañero de fórmula y en un perfil que sirva para gobernar. “No le van a imponer nombres. Eso tiene que ver con una independencia de elección y autonomía que no va en contra de nadie”, explican en el entorno del ex motonauta.

La independencia que busca proyectar Scioli es tal que no teme avalar públicamente una política de seguridad más punitivista. “Estoy a la derecha de la derecha. Si los tipos (por los narcos) están dispuestos a todo, el Estado tiene que estar dispuesto a todo”, dijo la semana pasada en una entrevista con C5N. Durante sus años como gobernador soportaba en silenció la presión kirchnerista contra su ministro de Justicia y Seguridad Ricardo Casal.

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Más que mirar en el espejo retrovisor de 2015, Scioli busca replicar la estrategia que llevó de regreso a la presidencia a Lula da Silva, con quien compartió un acto este miércoles. El embajador vivió de cerca el acercamiento del líder del PT a históricos adversarios como Fernando Henrique Cardoso y Geraldo Alckmin, quien terminaría acompañándolo en la vicepresidencia.

Gestos. Scioli en la vendimia con la camporista Sagasti y la albertista Tolosa Paz
Gestos. Scioli en la vendimia con la camporista Sagasti y la albertista Tolosa Paz

Por eso, Scioli les pide a los propios "no simplicar el fenómeno de Javier Milei" y levantar también la bandera de una mayor eficiencia pública y de libertad. El libertario despertó también la curiosidad de Lula, que le pidió a Scioli analizar uno de sus discursos y le preguntó qué significaba el voto del ahora diputado de la Libertad Avanza. “Es un hombre que se autoexige mucho. No se quedó pensando que los éxitos del pasado le iban a garantizar una victoria”, les dice el fugaz ministro de la Producción a sus hombres sobre Lula.

El precandidato presidencial no esconde los puentes que tiende con referentes opositores de Juntos por el Cambio. Ya sean halcones o palomas. Elogió la moderación de Horacio Rodríguez Larreta. A Patricia Bullrich le dijo que contaba con ella en su eventual presidencia, exactamente lo mismo que acababa de decirle la titular del PRO.

Ocurrió en la fiesta de la vendimia, donde se fotografió con Victoria Tolosa Paz y la camporista Anabel Fernández Sagasti y donde se cruzó con los radicales Alfredo Cornejo y visitó al gobernador Rodolfo Suárez. También mantiene contacto con Martín Lousteau, que fue funcionario suyo en la Provincia.

A sus 66 años, Scioli se considera a sí mismo “un dador de previsibilidad”. “Es el traidor que nunca traicionó”, explican los colaboradores del “pichichi” para tranquilizar a los aliados más duros del kirchnerismo que nunca confiaron en él. Su defensa en privado a la vicepresidenta es sólida, pero enfatiza más sus críticas a la “judicialización de la política”.

Según cuentan sus íntimos, el embajador está convencido de que sus chances están apalancadas en su nivel de conocimiento y en mostrar sus advertencias durante el debate de 2015 sobre un eventual gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, es más enfático a la hora de plantear la necesidad de imponer una agenda de ´futuro´ de mostrar un norte venturoso, una coordenada que parece haber desaparecido de la brújula de los políticos en la que el electorado ya no confía. “El futuro de la Argentina es muy bueno. El debate de fondo es si vamos a un camino de shock de ajuste o de shockproductivo”, señala en la intimidad.

El ex gobernador apuesta a señalar el segundo sendero, mientras se entusiasma -como su amigo, el Presidente- en las divisas que podrían ingresar por la exportación de minerales y energía. Al mismo tiempo, se anima a plantear la simplificación de impuestos.

Sus amigos en Buenos Aires ya no le reprochan no haber aceptado el ministerio de Turismo, cuando tuvo que cederle a Massa el de Producción. Ahora se anima a jugar en la interna y envía mensajes pacificadores al ministro de Economía contra quien estaría dispuesto a jugar en una interna. Este jueves recibió al secretario de Producción, José de Mendiguren, y al de Comercio Interior, Matías Tombolini, dos hombres de Massa.

Scioli está convencido de que convirtió la embajada en un ministerio aparte, que le permite viajar por ambos países, recibir a gobernadores y mostrarse con Lula. Se siente uno de los garantes del Mercosur y se considera la llave que permitió conseguir energía brasileña en el pasado invierno.

Mientras Fernández deshoja la margarita para definir si será candidato, Scioli ya se anima a pronosticar una victoria en primera vuelta de 41 a 28 puntos, aunque ninguna encuesta lo avale. Esta semana aparecieron carteles de la agrupación La Juan Domingo, vinculada al ex intendente de Avellaneda Baldomero "Cacho" Alvarez

En 2015 también imaginaba un escenario sin balotaje. En el verano caminó Mar del Plata -su ciudad adoptiva- con el canciller Santiago Cafiero. Sus interlocutores afirman que no teme el peso de ser ´el candidato de Fernández´ y que tampoco teme a críticas públicas del kirchnerismo. “Aguanta todo, tiene el cuero duro y no especula. El límite son las faltas de respeto como las que sufre el Presidente”, insisten.

En privado, Scioli se anima no solo a rescatar virtudes de Milei o Bullrich sino también a parafrasear a su viejo adversario, Mauricio Macri. “No tengo que dar testimonio. Tengo que definir con toda claridad por qué y para qué quiero gobernar”, le escucharon decir.

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