A pedido del FMI, el Gobierno aceptó restringir la intervención en los dólares paralelos y pondrá filtros en la moratoria

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"Cerramos anoche a las 11 de la noche". La frase que soltó un funcionario del Ministerio de Economía refleja las vicisitudes que afrontó el Gobierno para flexibilizar el acuerdo con

el FMI. Apretado por la falta de reservas y en vista de un año electoral, el Gobierno tuvo que aceptar mayores restricciones para intervenir sobre los dólares paralelos, la recompra de deuda y en la puesta en marcha de la moratoria previsional, una medida que cayó mal en Washington.

El Fondo puso la mira en las compras desde enero de US$ 520 millones de bonos en dólares. Ya sin la ayuda del dólar soja, el Banco Central contuvo así los dólares financieros, pero la semana pasada volvieron a despertar. Ahora, según fuentes del Ministerio de Economía, "el compromiso es que no se van a usar reservas para intervenir en el mercado paralelo" y "se suspende" la recompra de deuda con reservas, algo que de hecho se frenó en febrero.

La letra chica del acuerdo también contempla el compromiso de "no emitir instrumentos de deuda externa de corto plazo" para intervenir en los mercados paralelos. Para algunos analistas, se trata de un freno de mano al crédito con bancos extranjeros con bonos en garantía, pero desde Economía creen aún hay margen para negociar un "repo", una de las medidas que Sergio Massa anunció al asumir para fortalecer las reservas y que aún no pudo concretar.

Dentro del capítulo cambiario, el Fondo también habría dado luz verde para una nueva edición del dólar soja o el dólar Malbec que permita compensar la pérdida de reservas.

En el año, el BCRA vendió US$ 1.400 millones de reservas en el mercado de cambios, como parte de su estrategia de subas moderadas del dólar oficial para evitar una devaluación brusca. "Si es para fortalecer reservas, nos autorizan que lo hagamos", señalaron en Economía.

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El Fondo no precisó cifras sobre el nuevo objetivo de reservas, pero por la noche desde Economía sugirieron que habrá un "ajuste muy significativo en primer trimestre" y un recorte menor (unos US$ 2.000 millones) en 2023. Desde la cartera habían dejado trascender por la mañana un cálculo similar, que contempla un stock de US$ 4.700 millones en marzo y de US$ 10.100 millones a fines de diciembre. En definitiva, será un respiro.

Después de dos meses meses de negociaciones y "peleas" tras la cumbre del G20 en India, el acuerdo con el staff todavía debe pasar el filtro del directorio del organismo, de quien depende la aprobación del desembolso de US$ 5.300 millones. El problema es que la reunión sería en abril y la semana próxima vencen US$ 2.600 millones. Con las reservas al límite, desde Economía apuestan a que haya un aplazo de los pagos, como ocurrió en diciembre.

Uno de los escollos que complicó las tratativas y forzó nuevas proyecciones fiscales fue la aprobación de la moratoria jubilatoria la semana pasada en el Congreso. Esa decisión "imprevista", según el staff del FMI, impulsada por el kirchnerismo, requerirá "medidas tempranas" para asegurar la la reducción del déficit primario del 2,3% al 1,9% del PBI. Por ello, la idea que se baraja una suerte de segmentación por nivel de consumo con tarjeta.

Con una recaudación golpeada por la sequía, la eliminación de los subsidios energéticos también quedó en la mira. En medio de los cortes de luz, el Gobierno confirmó que mantendrá hasta mediados de abril abierto el registro para mantener la ayuda a sectores de menores ingresos, mientras el Fondo ratificó que espera avances en la quita de subvenciones a los usuarios residenciales de mayores ingresos en mayo y los comerciales a fines del 2023.

El alivio con el FMI se conoció apenas dos días después del nuevo reclamo de Cristina Kirchner para "revisar" el acuerdo y luego de una semana de fuertes cruces con la oposición por el canje de deuda acordado con los bancos para despejar el pago de $ 4,3 billones en 2023. El organismo viene reclamando "consenso político" para sostener el programa, pero en Economía aseguran que "Cristina no es un tema" que preocupe en Washington.

AQ

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