Empieza el juicio contra 14 policías por el crimen de Lucas González: "La verdad vale más que las balas", dice su papá

Policiales
Lectura

"Va a ser un momento duro por tener que estar frente a frente con los 14 imputados. Pero a diferencia de ellos yo sí los puedo mirar a la cara, a los ojos y

no agachar la mirada. Vamos en busca de justicia. Me toca ir en representación de mi familia, porque mi mujer está internada en una clínica psiquiátrica por todo esto y no podrá declarar. Voy con la verdad, que es el arma letal que tenemos. No tenemos balas como tienen ellos. La verdad vale más".

A metros del altar en el que cada noche le reza a su hijo, Héctor "Peca" González (38) cuenta lo difícil que será la primera audiencia por el crimen de su hijo Lucas (17), que comienza este jueves. En el banquillo estarán sus asesinos: el inspector Gabriel Alejandro Isassi (41), el oficial mayor Fabián Andrés López (48) y el oficial Juan José Nieva (37), ex integrantes de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y actualmente detenidos en el Complejo Penitenciario II de Marcos Paz.

Los tres están acusados de "homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial".

Este jueves arranca el juicio contra 14 policías por el crimen de Lucas González. Foto Rafael Mario Quinteros
Este jueves arranca el juicio contra 14 policías por el crimen de Lucas González. Foto Rafael Mario Quinteros

Eso, por el crimen de Lucas. También están imputados por "tentativas de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley" por el ataque a Joaquín Zuñiga, Julián Salas y Niven Huanca, los amigos de Lucas que viajaban en el mismo coche baleado.      

Estarán acompañados por otros once policías de la misma comisaría, acusados de "falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas". El juicio constará de 11 audiencias (será una por semana) y se desarrollará en una sala de los Tribunales de Comodoro Py.   

BANER MTV 1

A Lucas lo asesinaron el 17 de noviembre de 2021. Fue a la salida de una práctica de la sexta división de Barracas Central. Estaba junto a Joaquín, Julián y Niven, que acababan de probarse en el club. Los cuatro tenían 17 años. En la Volkswagen Surán de la mamá de Julián hicieron una parada antes de dirigirse a sus casas del sur del Conurbano: compraron dos jugos en el kiosco de la esquina de Luna e Iriarte. Lucas sumó un paquete de galletitas Pepas que guardaba en su mochila.   

El Nissan Tiida en el que iban los policías que mataron a Lucas González en Barracas.
El Nissan Tiida en el que iban los policías que mataron a Lucas González en Barracas.

Metros más adelante, Julián notó que un auto empezaba a encerrarlo. Pensó que el conductor estaría distraído con el teléfono, y le tocó bocina para advertirlo. Fue completamente en vano: a los segundos tuvo que frenar de golpe. El auto, un Nissan Tiida color champagne, se le cruzó por completo, impidiéndole el paso. 

Del Nissan se bajó un hombre armado y apuntó hacia la Surán. Como vestía de civil, y no se identificó, Julián creyó que se trataba de un ladrón. Decidió escapar. Isassi, López y Nievas no dudaron en disparar con sus armas reglamentarias. Lo hicieron más de 20 veces. El único herido fue Lucas, que falleció a las 24 horas.

Joaquín iba en el asiento trasero, junto a Niven. "Yo venía escribiéndole un mensaje a mi mamá cuando me sorprendió la maniobra brusca de Julián", relató ante Clarín en noviembre pasado, en el marco del primer aniversario del crimen. Y siguió: "Levanté la cabeza y vi un arma apuntándome. Lo tenía a dos metros. Todos gritamos como desesperados. Atiné a tirarme en el piso y escuché los tiros y los ruidos de las ventanillas rotas".

El inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial José Nievas y el oficial mayor Fabián López.
El inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial José Nievas y el oficial mayor Fabián López.

Como pudieron, y aun convencidos de que sus atacantes eran ladrones, escaparon y frenaron a pedirle ayuda a policías de uniforme. A Lucas lo trasladaron al hospital Penna y a ellos, increíblemente, los esposaron y los apoyaron sobre un piso que hervía por el calor del sol. Eran cerca de las 11 de la mañana.

"Son unos villeros de mierda. A ustedes también les tendríamos que romper la cabeza", "¿Son de Florencio Varela? A personas como ustedes hay que darles un tiro en la cabeza", eran algunas de las cosas que les decían los policías y que este jueves por la mañana recrearán ante Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 25, integrado por los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero; el fiscal será Guillermo Pérez de la Fuente.

Los chicos no entendían nada. Seguían explicándoles que eran jugadores de fútbol, que en el auto estaban sus bolsos con botines y canilleras, y que habían sido víctimas de un intento de robo.

Lucas Gonzalez soñaba con llegar a Primera División pero lo mataron policías de civil a la vuelta de un entrenamiento.
Lucas Gonzalez soñaba con llegar a Primera División pero lo mataron policías de civil a la vuelta de un entrenamiento.

"Nos pegaron cachetazos, nos apoyaban las rodillas sobre nuestras espaldas. No nos creían que éramos jugadores de fútbol. A veces me acuerdo de ese momento y me pongo mal. Nadie merece pasar un momento así. Sentíamos que no sabíamos qué iba a pasar con nosotros. Y que no somos nada para esas personas. Les pedimos algo tan simple como que nos llevaran a la sombra y ni siquiera ahí nos tuvieron piedad", explicó Joaquín en el aniversario del que dicen que fue "el peor día de sus vidas", y se quebró en llantos.

"¿Dónde dejaron el arma?", les preguntaban. "Digan en qué lugar tiraron la droga o se pudre todo", los amenazaban. Todavía faltaba más. Los policías les plantaron un arma de juguete. Y se la mostraron. Aunque todavía había algo peor: debían pasar la noche en un instituto de menores por orden del Juez Alejandro Rodolfo Cilleruelo. Es que los policías habían planteado, ante la justicia y los medios de comunicación, la versión de que los chicos eran delincuentes y que se habían enfrentado a tiros a la Brigada.  

Nieven, Joaquín y Julián fueron traslados al Centro de Atención y Derivación (CAD) de menores detenidos en la Ciudad de Buenos Aires, en Perón al 2000. Ya sabían que sus atacantes eran policías. Pasaron la noche en una celda y los liberaron en las primeras horas de la mañana. Por la tarde de ese día, el 22 de noviembre, Lucas falleció en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela.

"Peca", el papá de Lucas González y un mural homenaje para su hijo, asesinado por policías. Foto Rafael Mario Quinteros
"Peca", el papá de Lucas González y un mural homenaje para su hijo, asesinado por policías. Foto Rafael Mario Quinteros

Lucas vivía en Florencio Varela y era hermano de Tiziano (9) y Valentina (15). Antes de llegar a Barracas Central había jugado en Racing y Defensa y Justicia. Su sueño era muchísimos pibes del país: llegar a Primera División y ayudar a sus padres. Uno de los últimos momentos que recuerda "Peca" con él son los festejos por la obtención de la Copa América 2021.  

"Fue difícil festejar el Mundial. Lloré mirando el cielo y le dije 'la ganamos hijo'. Haber vivido la final de la Copa América con mi hijo fue hermoso. Hicimos una batucada en familia y con Lucas creíamos lo mismo: 'el Mundial es nuestro'. Y así fue. Fue muy triste no tenerlo físicamente en los partidos para poder abrazarlo. Pero estoy seguro de algo: si su alma no estuvo con nosotros en casa, estuvo en Qatar alentando a la Selección. Y me pongo feliz de que pueda estar donde quiera. Ya sea un potrero, o un estadio. No salté de la alegría pero sí lloré de emoción".

Los tres sobrevivientes están con psicólogos y Joaquín, además, con ataques de pánico. Continúan jugando al fútbol. Joaquín y Julián en Barracas y Niven en Sacachispas. Cintia, la mamá de Lucas, se encuentra internada, luego de su cuarto intento de suicidio.   

"Voy con la verdad, que es el arma letal que tenemos. No tenemos balas como tienen ellos. La verdad vale más", dice el papá de Lucas. Foto Rafael Mario Quinteros
"Voy con la verdad, que es el arma letal que tenemos. No tenemos balas como tienen ellos. La verdad vale más", dice el papá de Lucas. Foto Rafael Mario Quinteros

"Fueron un montón de policías unidos para encubrir a sus camaradas de la Brigada", explica Gregorio Dalbón, abogado de la familia González y de los amigos de Lucas.

Y continúa: "Hay audios que los comprometen y la filmación para comprobar lo que pasó. No es serio decir antes de un juicio qué pena vamos a pedir. Pero entiendo que en 40 años de democracia no existe un caso como este. Los encerraron con un auto sin sirena, los miraron, dijeron que eran sospechosos y lo único que tenían para sospechar eran las gorritas y la tez marrón. Por eso está el agravante del odio racial, además de la quemadura de cigarrillo en la mano de Lucas. Fue un plan criminal que se concretó con el encubrimiento. Pudimos descubrirlo gracias a los familiares de los chicos y los medios". 

MG

Mirá también

Entrevista a la moza desfigurada en un bar: "No puedo mirarme al espejo sin llorar"

Dictaron prisión preventiva para dos hombres que colgaron, ahorcaron y mataron a una mujer frente a sus hijos de 5 y 7 años en Santa Fe