Inaugurado a fines del siglo XIX, el cementerio La Piedad, el más grande de Rosario, sufrió en la madrugada del jueves un importante robo: delincuentes destrozaron tumbas, lápidas y nichos y se llevaron
Los delincuentes accedieron a un depósito en el que se guardaban en bolsas placas, imágenes religiosas y jardineras, en muchos casos recogidas de distintas tumbas para ser restituidas a los familiares. El material estaba distribuido en más de cien bolsas.
Ubicado en la zona oeste de la ciudad, una necrópolis que tiene en total una extensión de veinticuatro hectáreas, sufre habitualmente robos ante la ausencia de personal de seguridad. El personal denunció que en las últimas semanas los ataques fueron casi diarios.
Los delincuentes no sólo se llevan material de bronce. Además, el uniforme y las herramientas que utilizan los empleados para desarrollar tareas de mantenimiento y cuidado del lugar.
Al no contar el sitio con personal de seguridad, los delincuentes tuvieron tiempo de romper el candado de la puerta principal, por lo que no se descarta que abandonaran el lugar caminando, por el mismo lugar por el que se ingresa.
En los últimos meses se desarrollaron distintas reuniones para evaluar la posibilidad de ampliar los muros exteriores o colocar alambrados, medidas con las que se busca impedir el acceso de los delincuentes.
Además de los robos es habitual que se provoquen destrozos en las placas, lápidas y tumbas. Algunas galerías se veían el jueves completamente arrasadas por el vandalismo.
La situación durante el día tampoco es sencilla para los trabajadores. Con un solo guardia es habitual que empleadas de limpieza o sepultureros sean amenazados ante la presencia de algún ladrón que intenta llevarse algún material de valor. “Pasan con las placas debajo de los brazos”, denunciaron los empleados.
Frente a las situaciones de inseguridad reiteradas los empleados dispusieron levantar la atención al público, aunque el cementerio permanecía abierto para las visitas.
“En la parte de los sepultureros robaron el lunes, martes, miércoles, jueves. Todos los días nos encontramos con un destrozo nuevo. Esa es la impotencia que nos da”, explicó a Canal 3 uno de los empleados. “Ya no sabemos cómo pedir seguridad”, reclamaron.
Con 40 mil sepulturas, el cementerio fue inaugurado en 1886. La construcción se terminó hacia 1897. En 1907 dejó de llamarse Enterratorio Municipal para pasar a tener el nombre actual.
El barrio donde está ubicado el cementerio también sufre situaciones de inseguridad y cuando cae la tarde son pocos los comercios que se mantienen abiertos y con atención al público.
DB
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