Imputan a una suboficial de la policía rosarina de pasarle información secreta a su hijo narco

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”Mami, recién me corrió una Falcon y gatilló atrás mío como seis o siete tiros. Y corrí, mami. Me vendieron”. Kevin (22) estaba aterrado. La muerte lo había rodeado y lo

primero que hizo fue avisarle a su mamá policía. Analía Francia (47) es suboficial de la fuerza santafesina y trabaja en la comisaría 12 de Rosario, pero ella no le pidió ayuda a sus compañeros para esclarecer el ataque. Había una explicación: su hijo formaba parte de una organización vinculada a Los Monos y ella –según la acusación fiscal– colaboraba aportando información confidencial desde su cargo.

En Rosario, una ciudad atravesada por la violencia y el narcotráfico hace décadas, esta historia no sorprende como en otros lugares porque es un secreto a voces que muchos efectivos colaboran y hasta forman parte del crimen organizado. Hay decenas de antecedentes.

Francia es suboficial de la Policía de Santa Fe y Kevin Fracchia uno de sus cuatro hijos. Ambos están detenidos desde el 1° de marzo pasado acusados de formar parte de una banda que opera en la zona de Ludueña y Empalme Graneros y que estaría comandada por Matías “Pino” César, mano derecha de Ariel Máximo “Guille” Cantero.

César, como muchos otros miembros de la organización narcocriminal más famosa, está detenido en la cárcel de Piñero, pero seguiría ligado al negocio de la droga. En 2021 lo condenaron a veinte años de cárcel por haber planificado atentados contra edificios judiciales y casas de jueces y policías, entre otros ataques.

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Para el fiscal Pablo Socca, a cargo de la investigación, César sería el jefe de una asociación ilícita que integraban además Kevin, su mamá Analía y otras cuatro personas más. De acuerdo a las pruebas reunidas, el hijo de la suboficial de policía recibía “información privilegiada” de su madre.

“Le brindaba datos de las investigaciones en curso de esta fiscalía y de otras agencias del Estado, para luego compartirla con otros integrantes de la organización, con el fin de poder eludir, esquivar y evitar la acción de la Justicia”, se indica en el dictamen de prisión preventiva.

Los investigadores creen que el joven respondía a las órdenes de César y que personalmente se encargaba de ejecutar “amenazas o extorsiones a las víctimas, transmitiendo mensajes o intimidaciones de todo tipo”.

Además, se indica que “reparte material estupefaciente a los vendedores de la organización, para luego pasar a retirar el dinero recaudado y rendirlo ante quien corresponda”. De hecho, su nombre figura en un listado de dealers que presuntamente vendían para César, según un dato difundido por el Canal 3 de Rosario.

A su vez, sospechan que proveía los “vehículos y armas de fuego de alto poder ofensivo”. “Consigue balas y municiones de alto calibre que esconde en su domicilio para luego entregarlas a los ‘sicarios’ o ‘tiratiros’ de la organización”, se indicó en la audiencia imputativa.

El fiscal, incluso, sospecha que el hijo de la suboficial también se encargaba de “vigilar casas usurpadas por la banda, cuidando el patrimonio ilícito de la banda”.

“La mayoría de sus actividades ilícitas –dice el escrito– las realizaba acompañado de Alan Carlini (N. de R.: miembro de la misma banda y amigo de la víctima, asesinado el 7 de enero pasado). Era parte del grupo de personas de confianza que respondía a Jonatan Almada y Julián Aguirre, más arriba en la escala jerárquica de la organización”.

En una de las escuchas, a las que tuvo acceso PERFIL, se destaca un mensaje que le envió otro hijo a la mujer policía detenida. “Má, tu hijo está vendiendo droga acá a la vuelta, de vuelta. Recién le tiró un tiro a los gendarmes y se metió acá. Está toda la cuadra llena de Comando y de gendarmes. Me pasó la pistola por la ventana, está re puesto”, le informa.

Francia le responde: “Está loco, y dónde estaba, ¿En el búnker? Ya no sé qué hacer. Va a terminar mal ese pibe. Dejó de trabajar. Vos sabés que trabajaba acá al lado. No tiene ropa, nada, yo le traje todo. Debe estar re puesto, debe estar vendiendo para consumir él ahí en el búnker”.

Otro mensaje incorporado en el expediente judicial revela cómo la información aportada por la mamá de Kevin llegaba al resto de los narcos: “Quiero hablar urgente con vos. Está todo podrido. Amigo, me llamó la mamá de K (por Kevin). Le dijeron que sos el último eslabón que agarran y caen todos. Cuidate, hermano. El gil de Fabio Giménez se ve que batió la cana, algo así me dijo. Le preguntaron si te conocía y ella dijo que no, por eso me llamó para que te avise que te iban a poner captura, hermano”.

Según la imputación, esta organización –que supuestamente integran la policía y uno de sus hijos– “se dedica a cometer delitos contra las personas, la vida, la propiedad, la administración, la seguridad y la salud pública”.

¿Su propósito? “Ocupar y dominar sectores y barrios de Rosario –principalmente Ludueña y Empalme Graneros– y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas. Para llevar a cabo ese objetivo, cometieron sistemáticamente diversos delitos, entre otros: homicidios, amenazas, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego, venta ilegal de drogas y casi cuarenta hechos de extorsiones (algunas seguidas de “balaceras” –abuso de armas–) a comerciantes y otros habitantes de la zona”.

Un mes y medio del otro lado

Analía Francia y su hijo Kevin están detenidos desde el 1° de marzo y en esa situación continuarán al menos por los próximos 45 días. Es que la jueza de Primera Instancia, Silvia Castelli, decretó la prisión preventiva de los dos acusados.

Kevin, de 22 años, está acusado por “asociación ilícita”, agravada por la participación de menor de edad, mientras que su mamá fue procesada por “encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público en carácter de autor y en concurso real”.

A su vez, la Fiscalía le atribuyó a Matías César (uno de los supuestos cabecillas), junto a Andy Benítez, Mauro Gerez y Jonatan Almada, y otras personas identificadas, pero prófugas, haber formado parte de una organización que se dedicó a cometer distintos tipos de delitos.

Para los investigadores César sería el fundador de la organización. “Es la persona que ha llevado adelante las gestiones tendientes a constituir la misma, todo ello en un margen temporal que comenzó los primeros meses del año 2021 y desde en su lugar de alojamiento –Piñero– conformando una alianza y encargando la organización y el gerenciamiento extramuros de la banda a otros internos de su mismo pabellón”, destacó la fiscalìa.

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