Todo por un Rolex: hay pocos, crece la venta blue y un barrio es el mayor blanco de robos

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Lo que se ve es el hecho: Ezequiel Llauro, 93 años, camina por Recoleta. Son las 18 horas del último miércoles y cuando se acerca a la esquina de Guido y

Rodríguez Peña es sorprendido por un hombre que le exige su reloj Rolex, a punta de un arma de fuego. Llauro, que camina ayudado por su bastón, se resiste al robo y cae al piso, ya sobre la calle. El ladrón le dispara en el brazo izquierdo y se lleva la pieza. Sube a la moto y escapa. 

Lo que no se ve es el detrás de escena del robo: el momento en el que la víctima es seleccionada por "el marcador". La industria del robo de relojes de alta gama, por lo general, comienza con una persona especializada en reconocerlos en muñecas ajenas. "Pasan desapercibidos; pueden estar en un café, o en un sitio turístico, y su aspecto es como el de las personas que lo rodean", describe un investigador de la Policía de la Ciudad. 

Luego, llama al denominado "cortador", que es el encargado de robarlo y se mueve en el mismo radio, a la espera del llamado. Lo común es que lo acompañe el "piloto", en una moto. Pero esta vez el ladrón fue "cortador" y "piloto" a la vez.         

Lo que tampoco se ve, y que ayudaría a entender por qué se roban tantos Rolex, en Argentina y en el mundo, es el presente del mercado. "Históricamente los Rolex fueron muy buscados. Es el reloj por excelencia, un emblema de las piezas caras. Cualquier persona del planeta del nivel social que sea sabe lo que es un Rolex", advierte un allegado al mundo de la alta relojería en Argentina. Y aclara: "Ahora se suma que hay mucha más demanda que oferta. Al punto que Rolex creó un departamento oficial de relojes de segunda mano. Certificados y con garantía". 

Hace años que en el ambiente se habla de "las listas exclusivas de Rolex": clientes selectos que sí pueden acceder a comprar relojes en tiendas oficiales. El resto debe esperar, así cuente con el dinero para obtenerlo. Será anotado en otra lista de espera y su turno puede demorar varios años. En Argentina existen 10 distribuidores oficiales de la marca (uno en Rosario, uno en Mendoza, uno en el conurbano y el resto en CABA). Al igual que el resto de tiendas del mundo funcionan "como exhibición". O para anotar a interesados en las listas de espera.

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Rodriguez Peña y Guido, la esquina de Recoleta donde fue el asalto. Pero según la Policía, San Nicolás es el barrio con más asaltos de este tipo.
Rodriguez Peña y Guido, la esquina de Recoleta donde fue el asalto. Pero según la Policía, San Nicolás es el barrio con más asaltos de este tipo.

Los clientes selectos, se dice, están autorizados a comprar un reloj al mes. Un Daytona (uno de los modelos más buscados) básico, por ejemplo, ronda los 14 mil dólares. Esa misma pieza, en el mercado de la segunda mano, el cliente selecto lo ofrece al doble o al triple.

Que la demanda sea mayor que la oferta (la marca afirma que produce cerca de un millón de piezas al año) hace que el mercado ilegal, del robado, crezca. Y que sea internacional. En Miami, por ejemplo, existen ferias de relojes de segunda mano, que se ofrecen sin papeles. Hay usuarios que compran Rolex (nuevos o usados, con o sin papeles) a modo de inversión. Y coleccionistas dispuestos a pagar lo que sea con tal de obtener el reloj que desean.   

"Lo que interpretamos es que indudablemente existen personas que se dedican a reducir relojes robados, y a sacarlos del país", afirma el investigador consultado. Según datos oficiales, en lo que va del año se robaron 63 relojes de alta gama en la Ciudad de Buenos Aires. Cincuenta y uno son Rolex. Lo siguen Cartier, Omega y Audemars Piguet.

Entre septiembre y diciembre se denunciaron otros 45 casos. Hay que aclarar dos cosas: que la mayoría de las víctimas no suele denunciar este tipo de robos, y que el verano es la "temporada alta" de los ladrones de relojes, ya que los que lo usan visten de manga corta. Algunas bandas de argentinos llegan a España en junio, para hacer lo mismo, en la "temporada alta" europea.  

El 70% de los robos se producen en la Comuna 1. "Más que nada en el barrio de San Nicolás; siguen a las víctimas que salen de los hoteles de 4 o 5 estrellas. Existe una buena cooperación de hoteleros para detectar marcadores", detalla la fuente de la Policía de la Ciudad.

Lo sigue la Comuna 14 (Palermo) con el 11%. Y en la tercera posición se ubica la Comuna 2 (Recoleta). Siempre según datos oficiales, el 80% de las víctimas son extranjeros (un 35 de ese total son norteamericanos y otro 35 europeos) y el 73% mayores de 60 años. Un dato curioso es que la mayoría de los detenidos proviene del partido de Moreno. "Estamos detectando ladrones venezolanos y colombianos", agrega el investigador.    

Por lo que pudo saber Clarín, la ruta de los Rolex robados tiene su primera parada en las oficinas de los denominados "reducidores", que suelen ser joyeros o ex joyeros. Ellos son los que tienen el contacto con los ladrones (les pagan entre el 20 y el 30% del precio oficial de cada reloj). Luego lo revenderán. A algunos clientes selectos de Argentina o a colegas de Europa o Estados Unidos, que volverán a vender el mismo reloj. Hay rutas de relojes de todo tipo: piezas que se robaron en España y se encontraron en China. O que se robaron en Chile y fueron enviados a Medio Oriente. 

"Necesitamos colaboración de Rolex para combatir la modalidad", agrega el investigador. Aunque aclara: "No necesariamente el que compre fuera del circuito de los distribuidores oficiales tiene la certeza de que compra un reloj manchado con sangre. Tranquilamente puede creer que está comprando un reloj que vendió una persona que se encontraba en un apuro económico, o que lo recibió por herencia y prefirió venderlo. Porque eso pasa. Es común que exista la venta de reloj con esas características".

Existe una sola manera de comprobar si un Rolex es robado. Y es llevándolo a sus services oficiales. Allí se puede realizar la consulta. "Cuentan con un número de serie. Las Policías deberíamos tener acceso a esas listas de relojes robados. Los usuarios también. Es la mejor forma de cortar el circuito: sabiendo que lo que nos ofrecen es robado", concluye el investigador.

Además del mercado de segunda mano, y del ilegal, en los últimos años creció mucho el de las grandes imitaciones. Diferenciarlos, en muchos casos, se convirtió en todo un desafío para los especialistas. Por lo general, se hacen en China. Y sus fabricantes los envían a cualquier país del mundo. De hecho, el Rolex robado en Recoleta, según la familia de Ezequiel Llauro, que se recuperó en el hospital Fernández y está fuera de peligro, era una imitación. El "marcador" de la banda falló.     

PS

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