La muestra 8M Manifiestos Visuales, que se exponía en Mendoza, en el edificio del Rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo, causó indignación de fanáticos católicos por considerarla "ofensiva" y una "falta
En la tarde del lunes, después de rezar el rosario en latín frente a la muestra y ensayar una especie de exorcismo del "demonio de la blasfemia", comenzaron a romper las obras hasta dejarlas fragmentadas en pedazos.
Fueron 20 obras de 37 artistas pero dos las que más indignación e intolerancia generaron: una vulva gigante y una crucifixión de una mujer desnuda.
Al grito de “Viva la virgen” y “Viva Cristo Rey”, los católicos autoconvocados destrozaron "El velorio de la cruz", la obra de artista plástica y cantautora mendocina Cristina Pérez.
La obra dañada, representada por una mujer desnuda con una cabeza de burro al revés, fue destruida a golpes de puño y patadas. Toda la agresión fue filmada con teléfonos de los religiosos y el personal de la sala de arte del Rectorado.
La artista se enteró cuando vio el video viralizado en las redes sociales: "Fue horrible, pero hoy me siento más fuerte. Voy a continuar con esta obra y exponer los pedazos como parte del proceso que provocó".
Cuando comenzó la campaña de distintos grupos católicos para denunciar la muestra, la Arquidiócesis de la Iglesia Católica en Mendoza emitió un comunicado en el que aseguró que algunas obras expuestas en el Rectorado “ejercen violencia simbólica sobre signos religiosos cristianos”.
Pero cuando ocurrió el exorcismo y los destrozos, la máxima autoridad católica en la provincia aclaró que no pedían el cierre de la muestra: “Nos solidarizamos con las artistas que vieron afectado el fruto de su trabajo y esfuerzo. Repudiamos este acto de violencia física hacia las obras allí expuestas".
Las obras destrozadas fueron valuadas en 480 mil pesos por los organizadores de la muestra. Por decisión de la rectora de la UNCuyo, Esther Sánchez, los pedazos diseminados seguirán siendo expuestos hasta el 31 de marzo como era la idea inicial cuando fueron expuestas el 8 de marzo, por el Día Internacional de la Mujer.
Quién es la artista
Cristina Pérez (49) es música, intérprete de charango, cantautora y artista plástica desde hace 30 años. Es egresada de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo y docente.
La obra destruida tenía más de 20 años. El velorio de la cruz formaba parte de la serie que llamada "La cruz, el cuerpo y el rito", sobre el cual la artista venía trabajando e investigando desde 2012.
“Elaboro todo en un marco conceptual previo y una investigación artística en la que trabajo”, dijo Pérez. Y contó que plasmó lo que fue encontrando en una investigación sobre la ornamentación de los santuarios populares, flores, oropeles, papelitos de brillantes de colores y todo lo que viste los santuarios de la Difunta Correa, el Gauchito Gil, Gilda y Ceferino Namuncurá.
"El velorio es pasarse toda una noche en vela y la cruz hace referencia a la cruz andina, la Chacana. No es una obra sobre Jesús crucificado. Trabajo sobre los sincretismos religiosos y los tabúes de los cuerpos desnudos", explicó.
Pérez comentó que con "El velorio de la cruz" quiso mostrar de qué manera, positiva o negativa, "la Iglesia ha influenciado en nuestras vidas y en nuestro accionar como mujeres, en lo que determina nuestros comportamientos que ha generado tanta desigualdad y seguimos sufriendo las consecuencias”.
La pintora dijo sentirse más fuerte, porque no es la primera vez que sucede esto con alguna de sus obras. Reveló a Clarín que en 2005 la sala de arte del banco Credicoop en Mendoza cerró una de sus muestras sin su consentimiento por quejas de algunas personas.
Era la exposición de 13 pinturas bajo el título "El cuerpo sin espinas", que se inauguró el 27 de octubre de 2005 y que a los pocos días las autoridades del banco decidieron cerrarla. Según Pérez fue porque los directivos del Credicoop manifestaron que "esas pinturas no podían ser exhibidas en un banco porque ofenden a los clientes y perturban la percepción de los que allí trabajan".
"Las obras ofensivas eran imágenes de desnudos femeninos intervenidos por una simbología religiosa popular que remite a las relaciones primigenias de la religión con el sexo, y que aún hoy inquietan nuestras almas", describió la autora.
Cristina Pérez llevó ese caso a la Justicia y ganó el primer juicio por censura en el arte en los tribunales mendocinos, en 2008. Ahora también demandó a los que han vuelto a censurar y dañar unas de sus obras.
Sus obras siempre están acompañadas de un texto que explica lo que he querido expresar, para ayudar a comprenderlas. Y aclaró: "No soy atea, soy una persona creyente pero soy libre pensadora y puedo cuestionar, discernir y expresar mis opiniones a traves de mis obras".
"La destrucción de esa obra es simbólica. Se destruyó la materialidad porque la obra no calla, sino que al ser destruida hace avivar más todavía la voz de lo que hay que decir”, opina Pérez.
La decisión de las artistas de la muestra dañada es que las obras sigan expuestas, aunque sea en pedazos. Estarán en la sala de arte hasta el 31 de marzo, como estaba previsto.
Un comunicado firmado por la rectora de la Univesidad destaca que la institución pública “con su pluralidad de ideas, visiones y pensamientos ofrece su espacio para la reflexión". Y pide aceptar "las diferencias en paz”.
El rectorado ha iniciado un sumario administrativo para investigar la presunta participación de docentes y alumnos en el hecho.
Las artistas demandaron a las personas que rompieron la obra, que están identificados como “católicos autoconvocados", por los daños y perjuicios y pérdida del valor de venta. Realizaron la denuncia en la Justicia Federal, penal ante la Fiscalía Federal N° 2, con el fundamento de que se investigue la responsabilidad del docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo Daniel Giaquinta y las personas autodenominadas católicos autoconvocados.
Los abogados Alejandro Acosta y Alfredo Guevara, en representación de las artistas, presentaron la demanda por el delito de daño agravado, por tratarse de hechos cometidos para impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de sus determinaciones, y sobre bienes de uso público; y por el delito de discriminación del grupo de católicos que promueven ideas o teorías de superioridad, incitando al odio por motivos religiosos.
Mendoza. Corresponsal
AS
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