El embarazo en la adolescencia bajó el 60% en la última década: a qué se debe

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Desde hace décadas, en casi todos los países del mundo se trabaja para que desciendan las tasas de embarazo en la adolescencia. Las razones son múltiples: van desde los enormes riesgos físicos

que implica para cuerpos aún en desarrollo, hasta los problemas psíquicos que puede desencadenar, además de los determinantes económicos y laborales que provoca en las trayectorias de vida. En los últimos diez años Argentina logró reducir estos embarazos en un 60%. En 2013 fueron 117.386, mientras que las actuales cifras oficiales hablan de 47.630. Son 70 mil embarazos menos, 70 mil niñas y adolescentes con más oportunidades. 

¿A qué se debe el descenso? ¿Mejor distribución de anticonceptivos? ¿Mayor información? ¿Cambios en las expectativas de vida? ¿Más Educacíón Sexual Integral en las escuelas? ¿Políticas públicas? ¿Feminismo?

Una década atrás, el embarazo en la adolescencia representaba casi el 16% del total. Hoy descendió al 9%. En 2021 se registró un total de 529.794 nacimientos, un 30% menos que los más de 750 mil registrados en 2013. Es decir, si bien todas las cifras descienden, el segmento niñas/asdolescentes es el que más baja.

La llamada maternidad "temprana" (entre 10 y 14 años) producto de abuso sexual (violaciones o relaciones marcadas por la asimetría) bajó de 3269 embarazos a 1394. De todas maneras, significa que aún cada día cuatro niñas tienen un bebé: una nueva niña-madre cada seis horas.

El reclamo de "Niñas no madres", presente en las marchas de mujeres desde hace años. Foto: AP Photo/Natacha Pisarenko
El reclamo de "Niñas no madres", presente en las marchas de mujeres desde hace años. Foto: AP Photo/Natacha Pisarenko

La Ciudad Autónoma de ​Buenos Aires (Caba) es el distrito que contabiliza menos embarazos en la adolescencia del país: 650 en un total de 26.044 nacimientos. Los embarazos de menores de 20 son el 2,5%. En el otro extremo se ubica Formosa: 1472 embarazos de un total de 8818 fueron de adolescentes, es decir, el 17% del total. Misiones, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, Salta, Catamarca, San Juan, Jujuy, Entre Ríos y Tucumán son las provincias que se ubican sobre la media del país. Formosa, Chaco y Misiones son también quienes mayor porcentaje de niñas-madre contabilizan.

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​Hay que destacar que en Caba las diferencias que se dan entre las comunas son abismales. Si el promedio de la tasa de fecundidad adolescente es de 12,4 (en 2010 era 33,9), en Recoleta (comuna 2) este número es 2,6 y en Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano (comuna 8) y La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya (comuna 4) alcanzan el 32 y 31.

"Una buena noticia"

"Que baje el embarazo en la adolescencia es una buena noticia porque significa que más adolescentes están pudiendo tener acceso a sus derechos sexuales y reproductivos; esto es poder tener una sexualidad cuidada e informada, decidir si tener hijos o no, y si quieren tenerlos, con quien, en qué momento de sus vidas. La mayoría de los embarazos en la adolescencia son no planificados, no surgen de un deseo de maternar, sino, en gran parte, de falta de acceso a información, a la educación sexual integral, de acceso a métodos anticonceptivos. Que baje el indicador nos da la pauta de que cada vez más adolescentes están gozando de la autonomía corporal que les permite planificar, imaginar, y proyectar sus vidas sin que la maternidad se imponga como un hecho inevitable, sino como un proyecto o decisión", dice a Clarin Javier Quesada, especialista en Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF Argentina.

"Las adolescentes se benefician en múltiples niveles; no únicamente en términos de salud porque sabemos que los embarazos que ocurren en niñas y adolescentes menores de 15 años representan un riesgo obstétrico aumentado para su salud, sino también en términos educativos, sociales y económicos -agrega Quesada-. Las adolescentes que se convierten en madres tienen un riesgo aumentado de abandonar la escuela, y sus trayectorias educativas, y por ende laborales, se ven alteradas por la carga de cuidado que conlleva la maternidad, que sabemos recae principalmente sobre las adolescentes madres".

​La historia de dos amigas 

"El embarazo en la adolescencia, que es un momento, y la maternidad temprana, que es duradera, tiene consecuencias micro y macro a nivel socia y económica", asegura a Clarín Federico Tobar, Asesor en Financiamiento de Salud del Fondo de Población de Naciones Unidas, (UNFPA, en Nueva York). 

Para graficar el nivel micro social, Tobar cuenta la historia de dos amigas: dos adolescentes nacen en la misma ciudad, van a la misma escuela, comparten juegos, sueños, pero una de ellas queda embarazada durante la adolescencia, y la otra no. Al cumplir 24 años la que está embarazada tiene un 70% de probabilidades de estar trabajando ya hace 4 o 5 años en el mercado informal y tener dos hijos, tiene, también, 59% más de probabilidad de ir por su segunda pareja. Mientras, su amiga, lo más probable es que esté comenzando con su primer empleo formal si ha terminado sus estudios terciarios o universitarios.

"La mujer que fue madre después de los 24 años recibe ingresos que son entre 24 y 38 % superiores a la que fue madre temprana", asegura Tobar, que detalla estudios y variables sobre el impacto educativo, económico, y laboral: "Las madres tempranas tiene un ingreso 23% menor en toda la Región. Hay tres madres adultas terminando la universidad por cada madre temprana. En un país de economía campesina que no requiere de alta calificación es indiferente si se es madre temprana o no, pero en una economía industrial, por cada año adicional de estudio mayor es el salario. La brecha en el salario de madres adultas y tempranas llega al 40%. La maternidad temprana genera una inserción laboral precoz pero con ingresos bajos, el 90% va a percibir ingresos por debajo de la línea de pobreza".

También habla de la salud: una chica de 16 años tiene el doble de riesgo de morir en el parto que una mujer de 24 y una niña menor de 15 tiene 4 veces más riesgo de morir, y lo mismo pasa con sus bebés, nacen con muchos más problemas y riesgos.

"El embarazo en la adolescencia es un obstáculo tanto para el desarrollo personal como nacional -define el especialista-. Desde la teoría estructuralista como la de Cepal, el subdesarrollo no es falta de desarrollo sino un crecimiento económico que deja gente afuera. El embarazo adolescente es la mejor medida del subdesarrollo: son niñas que tienen la misma esperanza de vida al nacer, el mismo nivel de instrucción, el mismo nivel de ingresos y tasa de fecundidad que registraban sus madres y sus abuelas, pero no las ha beneficiado nada ningún desarrollo económico y social". 

"No es el aborto" 

Fabián Portnoy es director en Coordinación Salud Sexual, VIH e ITS del Ministerio de Salud de CABA da cifras de la ciudad y detalla que hay un pronunciado descenso de tasa de fecundidad adolescente y también en el acceso a la interrupción del embarazo, "con lo cual, el acceso a interrupción de embarazos no justifica el descenso de la tasa de fecundidad adolescente, es decir, la causa no es el aborto", y descarta así, de plano, uno de los argumentos que podría marcarse.

Portnoy también muestra que el descenso más pronunciado en la ciudad se da "en las comunas más pobres". Para el especialista, una de las explicaciones clave del descenso es "el mayor acceso a métodos anticonceptivos. La ciudad aumentó mucho la distribución, sobre todo la de los anticonceptivos de larga duración, hay un gran aumento de la cobertura anticonceptiva".

"Si bien hay un descenso en todo el pais y en el mundo, en Caba tiene una curva mucho mas pronunciada. Incluso en las comunas más pobres, cuyos indicadores generales de salud y socioambientales son más parecidos al NOA y al NEA que al resto de Caba, no solo bajaron también sino que los descensos fueron aun más marcados que en el resto de la ciudad. También bajaron allí los embarazos en menores de 15 años, esos que eran inamovibles", asegura a Clarín Viviana Mazur, médica generalista del equipo de Coordinación Salud Sexual VIH-ITS CABA.

"Hay muchos factores incidiendo. La Educación Sexual Integral a cuenta gotas y con dificultades, pero probablemente haya hecho lo suyo. El acceso a la anticoncepción con métodos de larga duración, equipos de salud mucho más abiertos y permeables a garantizar esos accesos y que activamente trabajan para promover la articulación de los centros de salud con escuelas y organizaciones sociales y comunitarias. Hay una red ampliada de distribución de preservativos, test de embarazo y anticoncepción de emergencia que en Caba funciona desde la pandemia y que permitió que en los comedores, en los centros barriales, centros de mujeres, estén disponibles estos insumos para que lleguen oportunamente a quienes lo necesitan", detalla.

Pero suma otro argumento: "Para mi lo mas interesante aparte de todas las medidas que lo hicieron posible, es el cambio en las jóvenes en relación al mandato de maternidad, algo que antes se escuchaba solo en algunos sectores mas acomodados y hoy se escucha en barriadas mas populares. Allí también hay muchas jóvenes que plantean 'no se si voy a querer tener hijos', 'quiero hacer otras cosas', 'no me voy a llenar de hijos como mi mamá', frases que teníamos más identificadas con chicas de otros sectores u otros colegios, como que la maternidad no es una opción. Ahora se está escuchando muchísimo en estos barrios y me parece que es un cambio cualitativo super importante, porque eso es lo que incide en que después busquen la anticoncepción. El #NiUnaMenos y la marea verde pusieron muy en discusión el patriarcado general y el rol de la mujer en relación a la maternidad". 

"La que cambió son las conductas"

"Lo que lleva al cambio es el cambio de conductas -asegura Tobar-. Que disminuyan las conductas de riesgo, la exposición a ambientes de abuso sexual, la cantidad de parejas sexuales, las relaciones sexuales sin protección. Cuando se consigue que haya menos ambientes hostiles, que haya más información sobre el cuidado del cuerpo y parejas más estables, anticonceptivos más modernos con eficacia comprobada, y entre los modernos, los que tienen mayor impacto en el adolescente son los de larga duración por su adherencia".

"Lo que pasó en Argentina fue todo junto, con un movimiento social que renovó la autovaloración de las mujeres y potenció su capacidad de decidir sobre su vida, sobre su cuerpo, sobre sus parejas, sobre sus relaciones sexuales, y eso es un movimiento poderosísimo que cambió muchas formas de pensar, apoyado con acceso a Educación Sexual Integral, y que a partir del Plan ENIA incluye contenidos de anticoncepción y espacios de asesorías en escuelas y fuera de escuelas para dar información, con derivación a centros de salud con turnos protegidos", explica Tobar.

Y agrega: "Lo social y político es fundamental, y duradero. Por más que venga un gobierno conservador y diga que no va a comprar ni entregar más métodos de larga duración la actitud social ha cambiado, las adolescentes han cambiado, y eso va a generar presión para cuidarse y que haya provisión. ¿Qué es una política de Estado? Algo que permanece porque el costo politico para discontinuar esa política tendría un costo politico muy alto para cualquier politico. Eso es lo que se está logrando en Argentina".