En una de las primeras escenas de El maestro y la música azul (Netflix), aparece una bella joven montando una scooter por las estrechas calles de una isla de
Esos dos mundos, el del idilio isleño y el del hondo bajo fondo donde el barro se subleva -como dice el tango-, pretende contar la primera serie griega de la plataforma de streaming. La producción, que se realizó en la isla de Paxos en aguas del mar Jónico, tiene nueve episodios de casi una hora de duración.
Klelia (Klelia Andriolatou), la chica de la moto e hija de un empresario y candidato a alcalde, se enamora de Orestis (Christopher Papakaliatis), un profesor 30 años mayor que llega a la isla para montar un festival de música. Y, de alguna forma, también arriba para sacudir la aparente calma del lugar.
Belleza y romance oculto
A lo largo de los episodios, los creadores Christopher Papakaliatis y Akis Polizos muestran las bellezas de la isla y el avance lento -y tormentoso- del romance entre el profesor y la alumna. A su vez, comienzan a desgranar las historias de triángulos amorosos y de familias en muchas ocasiones rotas.
En ese despliegue, aparecen los trapos sucios. O, al menos, lo suficientemente turbios para tapar tanta belleza mediterránea.
Uno de los hombres guarda miles de euros debajo de unas maderas en la bodega de su casa. Otro golpea a la esposa y es socio de éste en sus chanchullos de lavado de dinero. Las mujeres están doblegadas. Los jóvenes se quieren ir a Atenas para lograr algo de libertad. Y el maestro también tiene sus cosas que esconder.
Uno de los problemas de El maestro y la música azul es que, por momentos, se preocupa solamente en el esplendor visual de una hermosa fotografía y en la música. A la fuerza, intenta sostener la tensión del relato con numerosos flashbacks, un recurso que pierde eficacia con el correr de los episodios.
Un pecado en común
De esa forma, la serie comete el pecado de muchas otras de Netflix: estiran la trama hasta lo indecible. El resultado es una sucesión de situaciones repetidas, una voz en off que narra, explica y cansa, y personajes perdidos; todos aparecen como criaturas perdidas en historias que resultan poco convincentes.
Con temas demasiados universales y paisajes muy locales, la serie se va diluyendo y tornando aburrida, principalmente a causa de un guión débil. La narrativa elegida, con múltiples perspectivas, no hace otra cosa que confundir e interrumpir cierto ritmo de la historia. Las actuaciones son sólo correctas, pero no alcanzan para salvar a la producción europea.
Un paseo en moto por una isla bendecida del Mediterráneo es un lindo plan. Un romance prohibido puede ser algo tentador. Los negocios turbios y un crimen le agregan algo de pimienta a la historia. Pero nada de eso resulta suficiente para sostener toda una serie, con más de seis horas frente a la pantalla.
Ficha
El maestro y la música azul
Calificación: Regular.
Género: Romance y misterio Protagonistas: Christopher Papakaliatis, Klelia Andriolatou y Maria Kavoyianni Creadores: Christopher Papakaliatis y Akis Polizos Emisión: Netflix Duración: nueve episodios de 50 minutos
WD
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