Una anciana de 93 añosfue encontrada asesinada el pasado 15 de febrero en la ciudad cordobesa de La Cumbre y, casi un mes después del crimen, detuvieron a su inquilino, quien en un principio
El cadáver de Rosa Lucero, que presentaba signos de violencia, fue hallado sin vida en su vivienda, ubicada en la localidad del valle de Punilla. En un principio, los investigadores se centraron en dos teorías: un violento robo o una pelea interna familiar.
Luego de varias semanas, la fiscalía de Cosquín ordenó a la Policía de Córdoba que detuviera a su inquilino, un hombre de 65 años identificado como Miguel Cáceres que vive en la planta baja de la propiedad y que, el día del homicidio, había llamado al 911 para alertar a las autoridades. Lo llamativo es que también concedió una entrevista televisiva, horas después del hallazgo.
“Ella siempre baja a las 9 de la mañana. Como no bajó, yo subí, porque tengo llave. Cuando abrí la puerta vi un charco de sangre. Una de las puertas que yo había cerrado estaba abierta. Me corrí para el pasillo, la vi tendida y le agarré la mano. Vi una puerta de madera violentada”, había expresado entre lágrimas Cáceres, el día siguiente al crimen en una nota con Noticiero Doce.
Además, había asegurado que consideraba a la anciana "como una madre" y explicó que, hace 13 años, le había dado un poder "para que todo lo que ella tuviera" le corresponda a él.
El hombre quedó imputado por el delito de homicidio calificado. Según la hipótesis de la Justicia, cometió el homicidio para robarle una suma importe de dinero, en pesos y dólares. Luego, manipuló la escena del crimen para confundir a los investigadores.
En paralelo, también se ordenó la detención de un amigo de Cáceres, de 60 años, a quien se lo acusa del delito de encubrimiento agravado. Ambos serán sometidos a una indagatoria en las próximas horas.
Asesinaron a una jubilada de 90 años en su casa de San Isidro: detuvieron a su hijo
El pasado miércoles de marzo, una jubilada de 90 años fue encontrada asesinada con un cuchillo clavado en el cuello dentro de su casa de San Isidro, en la zona norte del Gran Buenos Aires. La víctima fue identificada como María Cristina De Vincentiis (90), quien vivía sola y montada sobre una silla de ruedas.
Por el crimen detuvieron a su hijo, Aldo Di Paolo, de 65 años. Fue él quien dijo haber descubierto el asesinato, llamó a la Policía y denunció el faltante de una serie de alhajas y del celular de su madre.
Fuentes de la investigación revelaron que uno de los elementos que complicó a Di Paolo fue que los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y de la policía de San Isidro que trabajaron el caso establecieron que la única persona que había entrado al domicilio de De Vincentiis había sido su hijo.
Di Paolo fue indagado por la fiscal de la causa, Carolina Asprella, y se declaró "inocente". Quedó detenido como presunto autor de un "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por la alevosía", un delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
ES
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