Con la declinación de Mauricio Macri a la candidatura presidencial, se aceleraron los movimientos electorales pero también se tensó la cuerda que sostienen, en cada extremo, el PRO y el radicalismo,
En principio Macri ha conseguido que su primo, Jorge, quede como el único precandidato del PRO para la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta. Un pedido que el propio aspirante al Ejecutivo porteño planteaba permanentemente, que haya un sólo competidor "amarillo".
A la baja de Emmanuel Ferrario de la precandidatura a la Jefatura del Gobierno, esta semana o a mas tardar la próxima Soledad Acuña anunciará su declinación. La ministra de Educación vienen sonando como compañera de fórmula de Macri o Lousteau.
El caso de Fernán Quirós es más complejo. Elisa Carrió decidió apoyar su postulación, ha compartido actividades con el ministro de Salud y no quiere que lo bajen. Ante el temor de su reacción, lo más probable -tal como anticipó Clarín- es que en tres o cuatro semanas, a partir del resultado de una encuesta, Quirós de un paso al costado si es que Jorge Macri -como se estima- tiene una mayor intención de votos.
Resuelta la polarización entre Jorge Macri y Martín Lousteau, la preocupación del larretismo comenzó a ser cómo contener al aspirante radical.
Ocurre que el sector más duro del PRO pretende que Lousteau no vaya atado ni a Larreta ni a Patricia Bullrich, sino al precandidato presidencial de turno de la UCR, ya sea Gerardo Morales o Facundo Manes. Se sabe, con los números de intención de voto de hoy de cualquier encuesta, no es la mejor ecuación para el exministro de Economía.
Se especulaba, incluso, qué pasaría si el radicalismo no tuviera precandidato presidencial y nadie traccionará a favor de su candidato en la Ciudad.
¿Qué salida encontraron los radicales y el larretismo para sostener esa alianza y que no haya ruptura en Juntos por el Cambio versión porteña? Una elección concurrente.
Se trata de una suerte de desdoblamiento de la elección nacional y la de la Ciudad, pero el mismo día. El votante porteño encontraría en las PASO del 13 de agosto dos boletas y dos urnas: una para elegir al candidato presidencial, y otra para designar al candidato a Jefe de Gobierno porteño de JxC.
“Es una facultad que tiene el Jefe de Gobierno de la Ciudad. Decidir si la elección en el distrito va separada de la presidencial, aunque sea el mismo día. Y para eso hay tiempo hasta el 13 de abril”, afirman en la sede de Uspallata.
En el entorno de Jorge Macri rechazan ese recurso porque consideran que los candidatos PRO deben ir juntos, separados de los radicales. Y tampoco temen alguna ruptura porque creen que la incidencia de Lousteau en la UCR es muy limitada.
Sin embargo, la duda principal era qué opinaría Mauricio Macri. El ex presidente -supo Clarín- admitió que estaba en análisis esa posibilidad de desenganchar la elección porteña de la nacional. A su manera, deja abierta esa posibilidad. También lo confirmaron dirigentes de su entorno.
Ese había sido el pedido que le hizo Larreta a Macri durante la reunión a solas que ambos tuvieron el viernes pasado. ¿El acuerdo final habrá sido la candidatura única en el PRO de Jorge Macri a cambio de no aislar la candidatura de Lousteau?
Por las dudas, los radicales hicieron un sondeo en la justicia electoral, y quedaron convencidos de que una presentación para pedir que se vote con boletas distintas -Ciudad y Nación- basados en la necesidad de fortalecer la autonomía porteña, no será rechazada.
En ese terreno de hipótesis, desde el macrismo surgió un Plan B, pero siempre en esa misma línea. Que haya cuatro tipos de boletas: Larreta-J.Macri; Larreta-Lousteau, Bullrich-J.Macri; Bullrich-Lousteau. Los críticos sostienen que confunde al electorado y que es un mayor gasto de boletas. Pero aún no está todo dicho.
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