Francia: la reforma jubilatoria pasa al Consejo Constitucional que decidirá si la deroga o la legaliza

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La crisis por la reforma de las jubilaciones en Francia podría conseguir una “salida por lo alto” y destrabarla, ante la preocupación que genera la violencia y la falta de entendimiento

entre los sabios franceses.

El Consejo Constitucional, la corte suprema francesa de los sabios, se expedirá sobre su legalidad el próximo viernes 14 de abril, “al final del día”.

El organismo tiene la posibilidad de declarar la reforma completamente ilegal o en parte o pedir su retiro y expedirse sobre el referéndum de iniciativa compartida, depositado por la izquierda, para que sea consultada la ciudadanía.

La primera ministra Elisabeth Borne, las centrales obreras , sesenta diputados y sesenta senadores de izquierda presentaron un recurso ante el Consejo de sabios. El 4 de abril se sumarán una delegación de diputados de izquierdas y ecologistas para presentaciones ante el Consejo, que oficialmente tiene hasta el 21 de abril para expedirse.

Los sabios serán los árbitros de una de las más graves crisis políticas en el país desde la aparición de los Chalecos Amarillos, en un escenario inflamable.

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Puede descartar el texto, elegir una censura parcial o una censura total.

Fabious, con mucha experiencia


El presidente del Consejo Constitucional es un hombre con experiencia. Laurent Fabius fue el primer ministro de Francois Mitterrand y luego, canciller francés. Será el artículo 7, que se convirtió en el artículo 10, que fija la edad de la jubilación a los 64 años, el que deberá decidir el Consejo.

Casi nunca el Consejo Constitucional declara una censura absoluta, pero en el debate de la reforma hay elementos que seguramente abordará: la ausencia de claridad y sinceridad de los debates parlamentarios. No solo la aplicación del artículo 49.3 de la Constitución, el mecanismo que usó el gobierno para no aprobarla vía el Parlamento, sino también la limitación del tiempo de interlocutores en el debate en el Senado.

El Consejo puede validar el proyecto de referéndum.

Encuentro entre gobierno y sindicatos

Después de la décima marcha, que terminó en violencia e incendios de los Black Blocs en la plaza de la Nación, en la noche del martes, la primera ministra Elisabeth Borne invitó a los sindicalistas de la Intersindical a reunirse la semana próxima en el palacio de Matignon. Puede ser el lunes o martes porque los sindicalistas convocaron a otra marcha el próximo 6 de abril.

Manifestantes en en la plaza de la Nación de París. Foto: Bloomberg
Manifestantes en en la plaza de la Nación de París. Foto: Bloomberg

Por la mañana del miércoles, el portavoz del gobierno Olivier Veran había rechazado “la mediación” que ofreció Laurent Berger, el líder de la moderada CFDT, primera central obrera francesa. Dijo que no se necesitaban mediadores pero había otras rutas. Poco después llegó la llamada de Borne a Berger, un social demócrata que ha superado a la CGT en número de afiliados.

Un gesto de Macron

La llamada responde a un clamor de los ministros al presidente Emmanuel Macron para que haga “un gesto” para sacar al país de la crisis. A ellos se sumaron sus aliados, los diputados del MODEM.

Apelaron a Israel y las increíbles imágenes de las marchas contra la reforma de la Corte Suprema que buscaba el primer ministro Benjamin Netanyahu, con las calles abarrotadas de manifestantes defendiendo la democracia y denunciando la dictadura que llegaba.

Netanyahu resolvió el lunes por la noche anunciar una "pausa", tras la renuncia del ministro de Defensa y la exigencia del presidente israelí de frenar la reforma.

Netanyahu dijo que la aceptaba “para evitar la guerra civil”. Justo lo que exigen los opositores a la reforma de las pensiones en Francia, que movilizaron este martes a más de 740.000 personas, según el Ministerio del Interior -más de 2 millones según la CGT- para su décima jornada de acción.

No ceder

Además, Emmanuel Macron no es Netanyahu. En el recinto del Salón des Ambassadeurs, en el Palacio del Elíseo, el presidente de la República advirtió este lunes a sus ministros y ejecutivos de su campo que una "pausa" de su proyecto equivaldría a una "retirada". La consigna fue aplicada al día siguiente en la cima del Estado.

“No debemos volver atrás", insistió este lunes en TMC el exprimer ministro Édouard Philippe, haciéndose eco de quienes aconsejan a Emmanuel Macron que "aguante".

El ejecutivo más bien pretende utilizar temas distintos a las pensiones en su discusión con los sindicalistas: reparto de la riqueza empresarial, el aporte excepcional de las empresas que obtienen “super ganancias”, fin de carrera y “salarios bajos”.

Llamados con experiencia

Ante el tenso clima social, marcado en los últimos días por la violencia, algunos instan al presidente para consentir un "gesto". Su predecesor, François Hollande, llamó el domingo en BFMTV a "invitar a la intersindical", "sin condiciones previas", cuando el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve pide "suspender" su reforma.

En su campo, sus aliados del Movimiento Democrático (MoDem) lo empujan a considerar la "mediación" propuesta por la CFDT.

"Es bueno tener una o dos personas para tratar de encontrar el diálogo y tener cierta distancia", insistió el martes ante la prensa el jefe de los diputados centristas, Jean-Paul Mattei. Una posición de liderazgo para los diputados del Renacimiento Stella Dupont y Patrick Vignal, miembros del ala izquierda de la mayoría. .

¿Qué hacer entonces con el proyecto de ley, aprobado sin votación por la Asamblea Nacional, por medio del artículo 49.3 de la Constitución?

La respuesta se conocerá el 14 de abril. El texto está en manos del presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, y de los otros ocho "Ancianos" de la alta jurisdicción. Tres escenarios son posibles: cumplimiento total del proyecto de ley, censura de muchas medidas o censura total.

Francia no puede continuar en esta crisis política, social y un bloqueo que esta en manos de un presidente caprichoso.

Los sindicalistas irán a la reunión en Matignon para discutir las jubilaciones y no otra cosa. Si Macron no alivia el tono, incendiará aun más el país y será peor que la crisis de los Chalecos Amarillos, que destrozó su primer mandato.

París, corresponsal

ap

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